𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒔𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐

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Capítulo sesenta y cinco: Mi corazón.

Gavi se levantó del piso donde estaban Klara y Laura jugando. Subió las escaleras y tocó la puerta antes de entrar, allí se encontró con el polaco con su pantalón de gala, poniéndose la camisa blanca. Se quedó apoyado contra el marco de la puerta por unos minutos y se acercó a un paso lento.

—Qué guapo te ves— le dijo llamando su atención.

—Gracias, amor— besó su mejilla y Pablo tomó su camisa para abotonarla.

—Este traje te queda muy bien— metió la prenda por dentro del pantalón y le arregló el cuello de la camisa.

Robert rió y le plantó un beso en la boca, apoyando su mano en su espalda baja. Gavi rió sobre sus labios y lo tomó de la nuca. Al separarse, Lewandowski abotonó las muñecas y Pablo se acercó a la ventana, mirando el cielo gris, la noche estaba presente.

—Se ve que estará fría la noche, pero no creo que llueva hasta la madrugada— abrió un poco la ventana, sintiendo la fresca brisa chocar contra su suave y pálida piel.

—¿Tú crees?— se apoyó el polaco a su lado y lo miró, los ojos puestos sobre la vista que tenían.

—Sí, creo— su voz calmada no convenció al ojiceleste, quien solo podía analizar cada parte de su rostro, buscando encontrar sus sentimientos, alguna expresión que revele lo que estaba pensando realmente.

—¿Klara y Laura están bien?— bajó su atención a las manos del sevillano, las cuales se movían, jugueteaba con sus dedos.

—Sí, ellas se quedaron abajo. Ahora iré a verlas, solo... quería verte— finalmente, los ojos castaños se posaron sobre los suyos, una sonrisa forzada apareció en su rostro.

—¿Y tú estás bien?— no tuvo una respuesta rápida, lo vió desviar su atención a sus manos y luego regresó a verlo.

—Estoy bien— Robert entrecerró los ojos, pensó sus palabras. Gavi cambió el tema antes de que pudiera hacer otra pregunta—. ¿Quieres que te traiga algo?

Se separó de la ventana y caminó por la habitación, buscaba distraer su mente con algo. Revisó que esté el saco de su pareja, su reloj, su móvil.

—¿Traerme algo?

—Sí, café, jugo. Puedo llevar tus cosas abajo— continuaba revisando que estuviera todo apesar de tenerlo frente a sus ojos. Robert lo apoyó su mano sobre su hombro y lo hizo voltearse para poder hablar frente a frente.

—Gavi, ¿estás seguro que todo está bien?— el pelicastaño no respondió, pero su mirada cristalina fue suficiente para que el polaco entendiera todo. Bajó sus manos de los hombros para tomar sus manos—. ¿Por qué no mejor me acompañas? Voy a necesitar de tu compañía allí.

—No, no, no, amor, te invitaron a tí, no a mí— negó con la cabeza, manteniendo su atención en él.

—Puedes ir como mi acompañante.

—No, en la carta no dice que puedes llevar un acompañante.

—No importa, no creo que te impidan entrar si vas conmigo— llevó la mano de Pablo que tenía el anillo y besó el dorso.

—No... no quiero molestarte, además, debo quedarme para cuidar a las niñas— Lewandowski frunció los labios.

—Sabes que no me molesta, pero está bien, lo entiendo— soltó sus manos y tomó el reloj para ponérselo, luego guardar su móvil en el bolso de su pantalón, para finalmente darle el saco—. ¿Puedes llevar esto abajo?

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora