𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒐

754 89 36
                                    

~...♥︎...~

Capítulo cincuenta y cinco: Cumpleaños.

El canto de los pájaros en la mañana soleada, las hojas de los árboles danzando gracias a la leve brisa. Las sabanas volaron por el aire.

—¡Es mi cumpleaños!— brincó de la cama y dió saltitos hacia la puerta de la habitación para abrirla.

Detrás de ella se encontraba Robert con una bandeja con el desayuno. Su mirada cayó al plato con batido de melocotón y una pila de panqueques con crema.

Abrió su boca sorprendido y pegó un salto hacia la cama, metiéndose por debajo de las sabanas, llegando hasta la almohada y acostarse. Robert rió y negó con cabeza, caminó hacia la cama y dejó la bandeja sobre la mesa de luz, Gavi fingía dormir.

—Despiértame como siempre lo haces, por favor— habló con los ojos cerrados.

—Pablo...— tocó su hombro y pasó su mano por su espalda, besó su frente. El nombrado abrió sus ojos lentamente y se estiró—. Feliz cumpleaños, amor mío.

—Muchas gracias— besó sus labios con tenura.

—Te preparé el desayuno— agarró el vaso y se lo dió.

Le dió un trago al cremoso batido, dulce y frío, pasando su lengua por sus labios.

—Está delicioso, gracias.

—Tengo un regalo para tí— Gavi sonrió.

—¿De verdad?, ¿qué es?, ¿dónde está?— se sentó sobre sus piernas y se tomó la bebida. Robert rió.

—Estaba abajo. Tengo que taparte los ojos.

—¿Puedo verlo ahora?

—Primero debes tomar tu desayuno— Pablo enroscó un panqueque y metió la mitad a su boca—. No te llenes de comida, te puedes ahogar.

—No te preocupes, eso no va a pasar— le acercó la masa a la boca para que comiera, aceptó con gusto.

Mientras lo veía comer con apuro, tomó un pañuelo para poder limpiar sus labios, y cuando terminó, el pelicastaño se levantó de sus piernas y tomó sus manos.

—Llévame, llévame— Robert se levantó de la cama y salieron de la habitación.

Caminaba completamente a oscuras, confiando en que iba a guiarlo y no lo haría caer. Su respiración contra su nuca, aún estaba cerca de él. Sintió el viento chocar contra su rostro cuando las manos se quitaron.

Sus ojos se abrieron y se tapó la boca con sorpresa, sin poder creerlo. Miró al polaco y lo abrazó de golpe, aferrándose a su cuerpo.

—¡Gracias, gracias, gracias!— dió unos brinquitos, con una sonrisa enorme.

Se acercó al BMW 8 Series Convertible, color blanco brillante. Tocó el frío material y abrió la puerta, observando su interior. Los asientos forrados en cuero blanco y negro, parecían cómodos. De caja automática, impecable. Acercó su nariz al asiento, sintiendo el olor a nuevo. Torció un poco el torso, el polaco tenía las llaves colgando de su dedo índice.

—Es todo tuyo— recibió otro abrazo, lo correspondió.

—¿Cómo supiste que...?

—¿...te gustaba?— completó, soltó una risa—. He visto que mirabas mucho este coche al pasar, supuse que te gustaba.

—Me encanta. Quiero estrenarlo ahora— sonrió, devolviendo la mirada al vehículo.

—Puedes hacerlo cuando vayamos a la casa de tus padres esta noche— palmeó su espalda—. ¿Vendrá Ferran a verte?

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora