𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂

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Capítulo cincuenta: Abrazo.

El móvil sonando lo despertó de golpe, quizá no habían pasado más de 15 minutos desde que se había acostado a dormir. Se levantó y tomó su celular, bufando molesto, revisando quien era la persona que tanto insistía en hablar. Su molestia cambió a un desconcierto al ver el nombre de la persona, se paró de la cama y caminó hacia la ventana mientras atendía el llamado.

¿Robert?— pudo escuchar del otro lado una voz que sonaba preocupada.

—¿Qué quieres, João?— fue directo al asunto, tratando de hablar en voz baja.

Quiero verte— admitió nervioso—. Estoy afuera de tu casa, en un coche negro. No me iré hasta que hablemos.

Antes de que pudiera negarse, Félix colgó el telefono. Se dió la vuelta, Gavira aún seguía durmiendo. Aprovechó eso para tomar un cambio de ropa y cambiarse, dejando su pijama sobre el sillón cuando bajó. Salió de la casa con la capucha puesta, aunque conociendo la hora y la zona, no había nadie que pudiera molestarlo. Se paró frente a la puerta del copiloto y golpeó el vidrio con dos de sus dedos, viendo como volteaba a verlo y abría las puertas para que pudiera entrar.

No dijeron nada, Robert estaba sentado en el asiento, mirando hacia el frente, esperando a que comenzara a hablar y dijera la razón por la que lo hizo ir hasta allí.

—Quería pedirte perdón por lo que hice la última vez que nos vimos— comenzó cuando supo ordenar sus palabras—. No sé por qué actué así.

Lewandowski sostenía su mirada al frente, se negaba a mirarlo a los ojos. Asintió con la cabeza.

—No he dejado de pensar en lo que me has dicho— continuó, jugando con sus dedos—. No puedo entenderlo.

—¿Qué es lo que no entiendes?— su tono molesto e indiferente con él lo congeló por unos segundos. Tragó en seco y continuó.

—¿En serio estás con alguien?— el silenció reinó en el vehículo durante unos segundos. Tenía clara su respuesta.

—Sí.

—¿Quién es?— esperaba alguna señal, pero no la obtuvo.

Se levantó de su lugar y con su dedo índice movió un poco la capucha del polaco para poder verle la cara.

—Dime quién es la persona con la que estás ahora— acercó sus labios a su mejilla y susurró—. Dime a quién te estás follando.

Fue tomado de la muñeca antes de poder apoyar su mano sobre su pierna, lo miró con asombro.

—Para ya, João— su fría mirada se detuvo en el portugués—. Eso no debería importarte y te pido que respetes mi relación, que dejes de llamarme. Deja en paz a mi familia.

Abrió la puerta y Félix habló.

—¿Es Pablo Gavira?— cambió su tono de voz a una más fría, Robert se quedó sentado, con una pierna afuera del auto, sin mirarlo—. He visto como lo miras. Jamás habías visto a alguien de esa manera, ni siquiera a tu ex esposa.

Salió del auto sin decir ninguna palabra más, caminando hacia su casa. Se metió al baño y se dió una ducha rápida, poniéndose su short de dormir y tirando a lavar la ropa que usó. Se colocó un poco de perfume y se acostó en la cama.

Lo miró de reojo, la nariz de Pablo se movió ligeramente, olfateando su olor. Se levantó aún con los ojos cerrados y se acostó sobre su pecho, acurrucándose.

Peinó su cabello castaño, mirando el techo. Dormir en ese momento ya no era la idea, ver a João nuevamente no lo dejó tranquilo, quizá debería seguir sus pasos a la distancia, aunque tampoco demostraba nada malo. Quizá solo estaba malinterpretando la situación y solo quería saber de su vida.

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora