𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒊𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒂 𝒚 𝒕𝒓𝒆𝒔

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Capítulo cincuenta y tres: Playa.

Despertó gracias a la luz que ingresaba a la habitación y lentamente, con flojera, abrió los ojos, tapándolos al instante al ser cegado por el brillante Sol. Se abrazó al cuerpo de su pareja, que para su sorpresa, aún dormía. Se acurrucó sobre su pecho, frotando su mejilla contra él, escondiendo su rostro en su cuello. Robert abrazó su cintura, acariciando su espalda baja.

—Hola, mi amor— escuchó la voz ronca de Lewandowski, acababa de despertar.

—Me dijiste "mi amor"— su voz tierna, besó su rostro repetidas veces, haciendo un sonido al despejar sus labios de la piel.

—Eres mi amor— lo escuchó chillar de felicidad y sentarse sobre su abdomen.

—Tú también eres mi amor— su sonrisa llena de felicidad.

—¿Quieres desayunar afuera o prefieres hacerlo en casa?— lo pensó unos minutos.

—Desayunemos afuera— decidió algo inseguro.

—¿Seguro?— asintió con la cabeza.

Se levantaron de la cama y se cambiaron, haciendo también una mochila con ropa, para luego salir de la casa y entrar en el vehículo que estaba en el estacionamiento. Miraba el cielo despejado, celeste. Las casas con una arquitectura con un tono viejo y simple, pero bien cuidadas, las calles vacías, limpias.

Entraron al lugar y se sentaron en una mesa, un tanto apartada del resto. Robert pidió el desayuno y se lo trajeron luego de unos minutos.

Veía a Gavi tomar su jugo de naranja exprimido, para luego darle una mordida a su medialuna de manteca, contento. Le dió un trago a su café y acarició su mentón, tomándolo por sorpresa. Sonrió con dulzura, apoyando su cabeza en su hombro.

Cuando finalizaron el desayuno, salieron del lugar. La gente que vivía en esa ciudad era tranquila, por lo que no tenían tanto interés en sacarse una foto con ellos, aunque hubieron algunas personas que los detuvieron.

Subieron al coche y continuaron el viaje hasta la playa. Se cambiaron de ropa y se sentaron en la arena, bajo el Sol.

Pablo se echó protector solar en el cuerpo y miró a su pareja acostada boca arriba en la arena, tapando sus ojos con su antebrazo. Se sentó sobre su abdomen, dejando caer sus manos sobre su pecho y Robert quitó su brazo de su rostro.

—¿Jugamos?— lo miró de arriba hacia abajo, observando sus pechos que resaltaban levemente, su delineada cintura y grandes muslos, sus brazos firmes y manos finas, brillantes ojos color miel y su piel blanca como la leche, el suave viento movía sus cabellos castaños ondulados.

Sus grandes manos se clavaron contra los muslos del joven, escuchando un gimoteo, seguido de una risa.

Se paró y caminó hacia atrás, sin quitarle la mirada y al verlo levantarse, salió corriendo. Fue atrapado por la espalda, dando un brinco del susto y luego reir a carcajadas.

Un mal paso fue el causante de que cayeran contra la arena, rodando y quedando el más alto arriba. Se dió la vuelta y gateó rapidamente, intentando escapar, pero fue tomado del tobillo y jalado, siendo sus manos capturas por las del polaco.

—Te atrapé— cantó su victoria mirando sus ojos color miel.

Los besos se hicieron presentes, bajando calurosamente hacia su cuello. Su espalda arqueada, entrelazando sus dedos con los de su pareja, apretando su agarre al gemir por sus lamidas y mordidas, para finalmente soltarlo y cargarlo entre sus brazos.

𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora