Imaginas de Pietro Maximoff/Quicksilver y tú. No lo veras venir.
-¿Eres una cámara? Porque cada vez que te veo, sonrío.
-¿Pietro...?
-Shh. ¿Es tu padre un panadero? Porque tienes unos buenos bollos.
-No lo es... Real...
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Comenzó a hacerse rutina matutina en la ausencia de los otros Vengadores. Tu papá te había contactado un par de veces, y Wanda incluso había usado su traje para hablar con Pietro, aunque no era una charla duradera para ninguno de los dos. Su misión se había tornado más larga de lo planeado y se habían ausentado por casi dos semanas.
Era la misma canción casi todas las mañanas, solo para atormentar a Pietro—''I Really Like You'' de Carly Rae Japsen.
Durante la primera semana, cada día empezaba de la misma manera para Pietro y tú; cantabas ridículamente alto en la mañana para despertarlo, él se pararía en el marco de la puerta, observándote y le bajaría el volumen a la música.
Sin embargo, había empezado a cambiar y estarías mintiendo si dijeras que no te gustaba.
Había empezado con Pietro viniendo y bajándole el volumen a la música, quejándose del ruido. Pero lo atrapaste por el rabillo del ojo balanceándose ligeramente al ritmo de la música.
La mañana siguiente, se había quejado del ruido nuevamente pero no le bajo el volumen. Lo atrapaste bailando de nuevo.
Había mejorado gradualmente hasta esta mañana, cuando Pietro entró sosteniendo tu peine en su mano, señalándote y haciendo tus mismos pasos de baile.
—I REALLY REALLY REALLY... —cantaron los dos, él lanzando el cepillo a un lado mientras se tomaban de las manos y giraban alrededor de la cocina. Chillando la canción tan fuerte como podían.
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Tony se sentó en el sofá de la pequeña casa que los Vengadores estaban usando actualmente como base. Él estaba preocupado por como la estabas pasando ya que a él no le gustaba dejar a su hija desprotegida. Los otros Vengadores le habían reasegurado que Pietro estaba ahí pero él no estaba seguro de si los dos se llevarían bien.
Ajustando su cámara de seguridad portátil de la Torre y conectándola a la televisión, vio como la cámara de la cocina enfocó.
Clint, quien estaba sentado en el sofá junto a él le dio una mirada a la imagen y soltó una risotada y el resto del equipo se acercó corriendo, confundidos.
Todos le echaron un vistazo a la pantalla y estallaron en risas, incluso Tony tuvo que reprimir una sonrisa.
Pietro y tu estaban en la pantalla, bailando en sus pijamas y aunque no había sonido, todo el equipo podía imaginarse lo terrible que sonaba.
—Ella es definitivamente tu hija, Tony —dijo Clint con sarcasmo y todos estallaron en risas de nuevo.
