Imaginas | Pietro Maximoff/Quicksilver

Agujeros negros

Tu mundo era oscuro. No había nada más que oscuridad asfixiante. Habías estado destrozando uno de los robots de Ultron cuando todo se volvió negro. Pero la oscuridad que te rodeaba no era nada comparada con la masa enorme en donde tu corazón había estado alguna vez. Pietro; él había sido tu corazón, y te lo habían arrebatado en un segundo. Por eso no peleaste cuando la oscuridad te tomo, no había razón para hacerlo.

De repente, la oscuridad fue remplazada por una luz cegadora. No podías ver nada pero si podías escuchar el sonido de las olas rompiendo. Lentamente el blanco desapareció y estuviste frente a frente con los ojos más azules que habías visto. Tu corazón empezó a correr; habías visto esos ojos antes. Trataste de sentarte pero fuiste gentilmente empujada hacia atrás por Pietro. El agotamiento acumulo tu cuerpo, era como si no hubieras dormido en años pero ¿no era eso lo que habías estado haciendo en la oscuridad? Las suaves palabras sokovianas de Pietro te arrullaron hacia un sueño reparador.

Nuevamente despertaste en un lugar que no reconocías. Era una pequeña cabaña de un dormitorio. Estabas sola. Habías imaginado a Pietro. El pánico ataco tu corazón y las lágrimas picaron en tus ojos. Justo cuando tus lágrimas empezaron a caer la puerta de la cabaña se abrió. Parado en la puerta estaba un Pietro muy mojado, sus brazos llenos de bolsas de mercado. Te quedaste en la cama perpleja mientras Pietro dejaba las bolsas en la mesa y se sacudía el agua de lluvia. Luego empezó a poner las compras en su lugar como si los hombres hicieran esto todos los días. Se volteó y te dedico esa sonrisa que había siempre derretido tu corazón. Pero ahora todo lo que sentías era ira.

Te levantaste, con tu cuerpo temblando de la ira, no por debilidad; pero eso fue lo que Pietro pensó y fue hacia a ti dejando un rastro plateado. Alejaste sus manos, sorprendiéndolo.

—¿Que carajos está pasando? —La pura fuerza de tu ira lo sorprendió.

—Pensé que estarías feliz de verme,  krasivyy¹ —la sonrisa en su cara hizo que te dieran ganas de abofetearlo.

—Te vi morir; los vi llevarte —dijiste entre dientes mientras tratabas de hablar con el nudo que se había formado en tu garganta. Sus fuertes brazos instantáneamente te rodearon mientras los sollozos sacudían tu cuerpo. Sus fuertes brazos te forzaron a mirarlo. Sus ojos azul cristal estaban llenos de dolor y amor. Pietro limpió las lágrimas de tu cara.

—Lamento haberte dejado, pero pase por el infierno ida y vuelta para regresar por ti. Y cuando regrese, ya te habías ido. He pasado los últimos seis meses buscándote y nunca volveré a dejarte —el dolor en su voz solo causo que lloraras aún más. Pero también estabas confundida. Cuando estuviste en la oscuridad solo se había sentido como un par de horas. Te quedaste sentada por un largo tiempo. Los dos completamente entrelazados, pero estabas a salvo. Finalmente hiciste que se separaran, necesitabas respuestas.

—¿En dónde estamos? —Preguntaste vacilante mientras limpiabas los restos de lágrimas de tus ojos. Pietro soltó una sonrisa retorcida.

—Irlanda —reíste; ustedes habían hablado sobre ir a Irlanda después de Ultron. Siempre habían querido ir.

Te paraste y abriste la puerta. Estaba lloviendo pero el porche era techado. Tomaste un profundo respiro y el aire fresco hizo que tus pulmones se estremecieran. Sin un sonido, Pietro estuvo detrás de ti, sus brazos alrededor de tu cintura y sus calientes labios besando tu cuello. Aun tenías muchas preguntas, ¿qué había pasado con Ultron? ¿En dónde estaban los Vengadores? ¿Estaban todos bien? Pero en lo único que podías pensar era en la vida que ahora podías tener con Pietro.

Un año después

Los vengadores caminaron bajo la lluvia fría. Steve lideraba el grupo mientras Tony volaba más adelante. Tony aterrizo a unos metros de su caravana.

—Hay una cabaña cerca de un kilómetro. Parece habitada así que tal vez podríamos obtener algunas direcciones —Natasha rodó sus ojos mientras Tony contemplaba a Steve. Habían estado caminando a ciegas por Irlanda durante una semana. Había aparecido una pista; una mujer que se asemejaba a ti había sido vista en el área.

La cabaña que Tony había visto le había recordado a Natasha la casa de Clint. Clint debió haberlo pensado también porque sonrió. Cuando estuvieron a un metro de la puerta, esta se abrió. Una mujer sosteniendo un vaso de whisky en su mano camino hacia el porche. Su presencia los detuvo a todos.

—Tiempo sin vernos —dijiste con timidez. Natasha no pudo evitar reír mientras todos se quedaron ahí, estupefactos. Natasha atrapo el rastro de una mancha plateada detrás de ti.

—Hijo de perra... —mascullo Steve sin aliento.

—Lenguaje —mascullo Tony.

Pietro se quedó ahí con una gran sonrisa plasmada en su rostro.

—¿Qué? ¿No viste eso venir, Cap?

¹Hermosa.