Necesitas descansar

3.8K 289 12
                                    

Desde la batalla con Ultron no podías dejar de chequear a Pietro cuando se encontraban en una misión. Había momentos ocasionales en las misiones en donde preguntarías: "¿Pietro, sigues de pie y corriendo?" o "¿cómo va todo, Sonic?" o frases parecidas a esas líneas en donde el respondería casi inmediatamente que estaba bien porque la última cosa que él quiere es que te preocupes. Actualmente estabas en una misión con él, Black Widow, Iron Man y Hawkeye. Había sido una gran sorpresa para ustedes el que Wanda se fuera a una misión por separado junto a Hulk, Visión —el que, habían adivinado, era la razón por la cual ella se fue con ellos—, Thor y Capitán América. Su misión requería más "poder artificial" que la de ustedes. Su misión era simplemente capturar unos códigos nucleares para que no cayeran en las manos equivocadas. Entrar y salir. O al menos eso era lo que pensabas. Acababas de luchar con unos agentes que estaban al alcance de tu gatillo.

—Hawkeye y yo estamos rodeados por guardias armados. Los contendremos. Pietro y tu enfóquense en los archivos y evadan los guardias. Su parte de la misión es devolverle los archivos a S.H.I.E.L.D. ahora mismo —escuchaste a Black Widow a través del auricular. Pusiste tu pistola de vuelta en su pistolera mientras noqueabas a los otros guardias.

—¿Qué hay de Stark? —Una voz inundo tu oído.

—Estoy en un bar engullendo unas bebidas y pasando el rato de mi vida. ¿Qué creen que estoy haciendo? Mientras ustedes obtienen los códigos nucleares yo tengo que obtener los archivos militares. Estoy tratando de encontrar la manera de quitar el sistema de seguridad sin causar una violación de seguridad y creo que puedo hacerlo si hackeo el panel de control y... —él dejo de hablar. Dejaste de caminar a través del laberinto del edificio tratando de encontrar la habitación—. Lo siento, solo un tonto tratando de dispararme. De todos modos, supongo que ninguno de ustedes entendió lo que estaba diciendo así que solo voy a decir que yo tengo la parte divertida —alardeo Stark, ganándose que tú rodaras tus ojos. Finalmente encontraste la habitación pero no esperabas que guardias aparecieran y atacaran. Eran mucho más grandes que los otros, completamente armados y respaldados. No había manera de que le dispararas a uno sin tener que romper la protección de afuera. Empezaste a lanzarle golpes al primer hombre que viste que apenas creo un rasguño en su impecable traje a prueba de balas. Esto sería interesante.

Mientras continuabas peleando con los dos hombres, pelea la cual ibas perdiendo. Ellos, para tu sorpresa, no habían disparado aun. Continuaste pateando y golpeando, apuntando a los lugares en donde viste que tenían menos protección. Escuchaste detrás de ti que el otro guardia había disparado su arma. No reaccionaste lo suficientemente rápido y esperaste sentir el impacto en algún lugar de tu espalda. En vez de eso, sentiste el impacto en tu rostro, un puño lanzado por parte del guardia con el que estabas peleando. El guardia que te distrajo del que había tratado de dispararte. Estabas a punto de lanzarle otro golpe inútil al guardia pero te balanceaste ante... nada. Escuchaste un ruido sordo detrás de ti y te diste la vuelta, viste a Pietro apoyado contra la pared, sosteniendo su costado, jadeando.

—Oh mi Dios —dijiste y te apresuraste hacia él. Antes de que pudieras darle un vistazo de cerca a su costado, que estaba cubierto con su mano, él uso su otra mano para ponerla entre ustedes dos.

—Estoy bien. Solo vamos por los archivos —dijo, haciendo un gesto con su cabeza para ir hacia la puerta. Apartaste su mano del camino cuando él se movió.

—Pietro, deja de actuar como un niño. Algo está claramente mal, déjame ver —dijiste tratando de mirar pero seguía moviéndose así que bloqueó tu vista de la herida lo más que pudo—. Pietro, maldición. Voltéate ahora mismo —dijiste entre dientes, tu preocupación y enfado incrementando. Él te observo sobre su hombro antes de voltearse lentamente. Viste su mano que estaba tapando la herida que claramente estaba sangrando.

—Necesitamos llevarte a...

—No —dijo cortándote—, estoy bien. Es solo un rasguño, eso es todo. Lo prometo —dijo, rehusándose a mover la mano que cubría la herida y lo fulminaste con la mirada. Él te miro y trato de fulminarte pero fallo cuando bajaste tu mirada hacia la herida. Él movió su mano y viste que la bala estaba alojada en su costado.

—Es solo un rasguño —te mofaste.


La misión fue exitosa a pesar de que hubo unos baches por aquí y por allá. Pietro acababa de salir de cirugía y estaría tratando de moverse lentamente por sí mismo si no estuvieras en la habitación. Estabas actualmente con él, dándole su medicación para el dolor. Él la trago con agua y dejo lo restante en la mesita de noche. Él te sonrió y tomaste sus grandes manos entre las tuyas. Él trazaba círculos en tu mano mientras cerraba sus ojos. Le sonreíste. Él palmeo el lugar vacío que estaba junto a él en la cama, diciéndote en silencio que te acurrucaras con él. Te moviste en la cama y yaciste junto a él por un rato.

Debiste haberte dormido porque te despertaste con Pietro tratando de moverte. Él estaba tratando de levantarse sin que te dieras cuenta. Te levantaste un poco y lo empujaste con gentileza con una mano en su hombro para que se sentara mientras la otra estaba frotando tus ojos.

—¿Qué estas tratando de hacer, Maximoff? —Dijiste, mientras él bostezaba.

—Estoy hambriento. Quiero buscar comida —dijo cansado, haciendo que su voz sonara fuerte y que su acento se notara más. Te encantaba cuando su voz somnolienta aparecía. Cuando hablaba hacia que tu corazón se sintiera ligero y que se hiciera un nudo en tu estómago. Tú siempre hacías que él se mantuviera hablando así, usándolo como una canción de cuna que te traía lindos sueños cuando te despertabas en el medio de la noche porque tenías pesadillas. Él, con alegría, te hablaba diciéndote lo mucho que te amaba o solo te decía acerca de su día.

—No vas a levantarte. Necesitas descansar y sanar —dijiste, volviendo a empujarlo hacia la cama con más fuerza esta vez mientras él trataba de resistirse y fallando.

—No fue un gran disparo. Honestamente, estoy bien. Puedo caminar —argumento.

—Sé que puedes caminar pero no lo harás cuando tienes que sanar. ¿Y si sanas mal? Puede que nunca puedas volver a correr a tu velocidad nunca más —le dijiste sabiendo que eso no era cierto porque era un procedimiento simple y la cirugía procedió sin complicaciones. Solo querías asustarlo para asegurar que él no tratara de moverse. Sus ojos se abrieron como platos y se metió bajo las sabanas. Él recogió sus manos y las puso sobre su pecho y te dio una mirada inocente. Sonreíste para ti misma y te inclinaste sobre él para darle un pequeño beso en los labios.

—Buscare algo de comida, por favor, descansa —le dijiste y el asintió. Comenzaste a salir de la cama hasta que sentiste una cálida mano cubrir la tuya, dándote un tirón hacia él. Volviste a acostarte en la cama, gruñendo. Sentiste su cálido aliento en tu oído.

—Dame un beso de verdad —dijo con su voz más grave y rasposa que nunca. Te volviste hacia él y felizmente le concediste su deseo antes de dejar la cama para buscarle comida.

Imaginas | Pietro Maximoff/QuicksilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora