Días de enfermedad (Parte 1)

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Habías estado enferma durante esta última semana y estaba empezando a molestarte. Difícilmente podías salir de la cama, pero eso no te detendría. Ya te habían negado el permiso de ir a la última misión y no te ibas a perder la siguiente. La última vez que se fueron a una misión, pasaron días hasta que regresaron. Estuviste tan aburrida que te encontrabas haciendo el trabajo administrativo cuando regresaron. Cuando escuchaste a Tony fuera de tu puerta hablando con Steve acerca de una misión a la cual estaban a punto de partir, saltaste y te preparaste. Pusiste tu cabello en un moño y te pusiste tus pantalones negros favoritos junto con tu chaqueta marrón de cuero favorita. Abriste la puerta silenciosamente y sacaste tu cabeza por la puerta para chequear si alguien estaba en el pasillo. Estaba vacío así que saliste de puntitas. Mientras te deslizabas por los pasillos una tos surgió en tu garganta. Justo cuando pensaste que la tos había pasado, escapo de tu boca.

—Maldición —susurraste.

Segundos después hubo pasos acercándose hacia a ti. Escuchaste de cerca y notaste que dos personas caminaban hacia a ti. No había donde esconderse así que te volteaste a ver quién era. Te encontraste con las miradas de desaprobación de Natasha y Wanda.

—¿A dónde crees que vas? —Cuestiono Natasha.

—Yo solo... Um... —te apagaste y evitaste mirarlas a los ojos.

—¿Colándote en la misión? —Pregunto Wanda.

—Tal vez... —respondiste con una pequeña sonrisa—. ¡Pero juro que estoy mejor! Solo tengo un poco de tos.

Natasha te miro directo a los ojos y se encogió de hombros. —Bien, pero solo tendrás permitido disparar desde lejos. Nada de peleas.

—¡¿De verdad?! Muchas gracias, Natasha —dijiste con entusiasmo y casi la abrazaste, pero luego recordaste que estabas enferma. Te sorprendió mucho lo fácil que fue convencerla. Normalmente tendrías que quejarte más para que te dejara hacer cosas. La mayoría del tiempo eras tratada como una bebé por el resto de los Vengadores porque eras la menor de todos ellos.

—Vamos, sube al Quinjet antes de que cambie de parecer —dijo y paso a tu lado junto a Wanda quien tenía una mirada aturdida en su rostro.

—¿En qué estás pensando? —Wanda se preguntó si Natasha estaba loca.

—Ella no llegara muy lejos antes de que quien-tu-sabes la detenga —podrías jurar que Natasha había dicho esto. Si habías escuchado correctamente, sabias de quien estaba hablando: Pietro. Él era el que más te protegía. Steve había tratado de convencerte múltiples veces de que Pietro estaba enamorado de ti pero te rehusabas a creer que eso fuera una posibilidad. También estaba el hecho de que te rehusabas a admitir que él también te gustaba.

Corriste escaleras arriba hacia la azotea antes de que alguno de los otros Vengadores te atrapara. El Quinjet ya estaba ahí cuando llegaste. Pudiste ver a Steve y a Tony esperando a los demás Vengadores adentro. Justo cuando pensaste que ibas a lograr subirte al Quinjet una ráfaga de aire pasó junto a ti. Cerraste los ojos y esperaste que de alguna manera hiciera que Pietro se fuera.

Pietro dijo tu nombre con desaprobación.

—Hola —lo saludaste con la mano y deseaste que él te dejara ir, pero sabias que ese no sería el caso.

—Sabes que no puedo dejarte ir.

—Pietro, estoy bien —trataste, aunque una serie de tos salió en el momento en que dijiste eso. En un segundo sentiste que Pietro te cargo y pronto estuviste en la cama de tu habitación en cuestión de segundos.

—No quiero que te hieran —susurro en tu oído.

—Pero no siempre puedes protegerme, Pietro —dijiste molesta desde la cama.

—Pero puedo intentarlo —te dijo. Lo miraste a los ojos y pudiste jurar que él te hubiera besado si no estuvieras enferma. En vez de eso él poso un beso en tu frente. Esta era la primera vez que él demostraba sus verdaderos sentimientos hacia a ti.

—Estas ardiendo —dijo Pietro y un momento después Wanda apareció por el marco de la puerta.

—Pietro, ¿vienes? —Le pregunto.

—No —respondió—. Creo que me quedare con ella.

Imaginas | Pietro Maximoff/QuicksilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora