Imaginas | Pietro Maximoff/Quicksilver

Lo último que deberíamos hacer es ir lento

Cuando ellos le dijeron que estabas muerta, perdió todo. Él no quería creerlo. Hydra te había llevado y dicho que volverías. Eras todo para Pietro. Él no podía sacar tu imagen de su cabeza sin importar que tanto tratara, y estaba deteriorándolo. Ni siquiera Wanda podía llegar a él.

Eras todo en lo que él pensaba. La forma en que te reías de sus chistes, la forma en que tu cabello caía por tu espalda; todo estaba inundando su cabeza. Los recuerdos eran más rápidos que él, si es que eso era posible. Él siempre le discutía a esa declaración.

Cuando te llevaron, se llevaron una parte de Pietro con ellos. Te habías ido. Estabas muerta, al igual que él. Luego, Wanda encontró una forma de salir. Él dijo que no se iría sin ti pero tuvo que hacerlo. Tuvo que hacerlo porque estabas muerta.

Pocos sabían que estabas viva. Habías encontrado una forma de escapar y encontraste algo mucho mejor que Hydra: los Vengadores. Ellos te acogieron, viendo que necesitaban toda la ayuda que podían obtener. La guerra empezaría en cualquier minuto.

Rogaste y rogaste para que te dejaran regresar a buscar a los otros pero Steve dijo que era demasiado peligroso y estaba en lo cierto.

Los robots se empezaron a elevar mientras se preparaban para pelear. Hawkeye tenía su arco y flecha fuera; aun así, alguien estaba detrás de él.

Era Pietro. En el momento en que te vio sus ojos se iluminaron. Tú no lo habías visto todavía; estabas muy ocupada peleando contra un gran robot metálico. Sin pensarlo, corrió hacia a ti y derribó al robot. Todo pasó demasiado rápido como para que comprendieras hasta que escuchaste—: ¿No viste eso venir?

Volteando tu cabeza, un destello azul con plateado apareció tan rápido como un rayo. Él se paró frente a ti con temor y jadeaste.

—Pensé que estabas muerta —balbuceó, posando su mano en la parte de atrás de tu cuello. Sonreíste ampliamente, suspirando ruidosamente.

Sacudiste tu cabeza, poniendo tu mano en su muñeca.

—Escape —murmuraste con voz baja. Las lágrimas brotaban de sus ojos y te acerco hacia él, envolviendo tu cintura con sus brazos.

Beso tu frente gentilmente, frotando tu espalda con las palmas de sus manos. Mientras el mundo se caía a su alrededor, él te miro con amor.

—Pensé que no volvería a tener una oportunidad para decirte lo mucho que te amo —dijo con su acento marcado, haciéndote desfallecer.

Presionaste tus labios contra los de él por un minuto o dos antes de que una flecha pasara entre ustedes dos, fusilando a un robot justo en la cabeza. Pietro tragó saliva ruidosamente y Clint tosió.

—Saben, usualmente estoy a favor de toda esta mierda romántica. Pero en este momento estamos en medio de una guerra. ¡Guárdenlo para después, chicos!