Imaginas | Pietro Maximoff/Quicksilver

Revolcón de una noche (Parte 2)

Había pasado una semana desde que dormiste con Pietro. Habías investigado sobre los Vengadores y te enteraste de que cuando ellos salvaron un pequeño país llamado Sokovia dos superhéroes los ayudaron. Los nombres no habían sido revelados y solo había pequeñas fotos de un borrón azul y plateado y una chica con un aura roja.

No habías salido de fiesta recientemente, esperando no verlo de nuevo. No estabas molesta con tener que quedarte en Brooklyn, especialmente cuando vivías justo al lado de un solitario vecino con un ligero acento ruso quien seguido tenía problemas con la tecnología, causando que te pidiera ayuda.

Tú felizmente le ayudabas a tu vecino quien apenas te dirigía diez palabras. Te habías acostumbrado a que tocaran tu puerta de manera pesada y vacilante así que no lo pensabas dos veces cuando volvió a pasar en un día lluvioso. Te habías quedado en tus pijamas todo el día; abriste la puerta y viste al Capitán América y a Pietro parados frente a tu apartamento.

—Mira, sé que descargar música es ilegal pero, en serio, ¿quién puede costearse eso en estos días? —Ladraste. El Capitán sonrió pero Pietro se quedó ahí con su cara en blanco.

—Estamos buscando a Bucky.

—¿Quién rayos es Bucky? —Preguntaste y observaste como el Capitán se encogía, como si las palabras lo lastimaran físicamente.

—Él vive aquí. Natasha nos dijo —hablo Pietro.

—Nadie con el nombre de Bucky vive aquí.

—Mentirosa —gruño Pietro.

—Mira, amigo, solo porque estas dolido porque te deje en la mañana no significa que tengas que ser un idiota conmigo. ¿Quieres saber porque me fui? Ve a preguntarle a Natasha. Ella me dijo que no volviera a aparecer y eso hice —casi gritaste, dando un paso hacia Pietro.

—¿Puedes solo mirar la foto y decirnos si lo has visto por aquí? —Pregunto el Capitán y retrocediste para mirar la foto. Si, era tu vecino, pero no se lo ibas a decir.

—No lo he visto.

—Ella miente.

Le rodaste tus ojos a Pietro mientras que el Capitán lo callaba. Él te dio un pequeño papel.

—Llámame si lo haces. Aparentemente se encuentra por aquí.

—Lo haré —esperaste hasta que estuvieran por las escaleras para gritar—. ¡Capitán! —Los dos se dieron la vuelta—. Sé que estás buscando a Bucky por una razón ¿pero no crees que deberías esperar a que él te encuentre?

—Tengo que enmendar setenta años. No puedo darme el lujo de esperar.

—Muy bien —dijiste y esperaste hasta que el auto se fuera y un poco más antes de tocar la puerta de tu vecino. Te cruzaste de brazos para combatir el frío. Esperaste hasta que la puerta se entreabriera y susurraste—: Hey, vecino —después de decir esas palabras la puerta se abrió por completo—. Alguien te esta buscando. Alguien llamado Capitán América. Dice que tu nombre es Bucky.

—James —Hablo él, su voz era baja y ronca.

—¿Tu nombre es James?, ¿y él te llama Bucky? —James asintió—. Le dije que nunca te había visto pero creo que eso no lo detendrá de seguir viniendo. Así que necesitas llamarlo o salir de aquí.

—Quiero verlo. En persona —dijo James, sus oraciones eran también cortas. Como si le hubieran enseñado a no hablar con libertad.

—¿Cuándo?

—Ahora.

—¿Quieres verlo ahora? —Él asintió—. Está bien, lo llamare Él agarro tu muñeca con fuerza.

—No. Vamos a donde este él.

—¿Disculpa? ¿Nosotros?

—Vendrás conmigo.

—¿Estas asustado? —Demandaste y James rodó sus ojos.

—No.

—Tonterías. ¿Porque tengo que ir yo?

—Para hablar con el chico al que le estabas gritando —dijo James como si hubiera sido fácil de adivinar.

Le rodaste tus ojos. —Bien, pero si Natasha trata de hacerme daño tendrás que protegerme.

—¿Natasha? —Hablo James confundido.

—Sí, Black Widow.

—Creo que la conozco —murmuro James.

—No pienses en ella en este momento. Enfócate en Capitán América.

—Su nombre es Steve Rogers, ¿sabes? —Te encogiste de hombros y tomaste la manga de su chaqueta con ligereza y comenzaron a caminar hacia la calle antes de llamar un taxi.