Días de enfermedad (Parte 3)

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Habían pasado dos días desde que Pietro te había besado y Wanda lo había visto. Por supuesto, ella le había dicho al resto de los Vengadores quienes ahora los fastidiaban de manera implacable. El juego probablemente acabaría dentro de unos días o cuando un nuevo chisme que requiriera de su atención apareciera. Estabas en la sala leyendo un libro acerca de un doble agente quien estaba haciendo un mal trabajo al mantenerse en secreto. Si la historia fuera en la vida real, la agencia que él estuviera espiando lo hubiera descubierto hacía un buen rato. Escuchaste a alguien estornudando detrás de ti y cerraste el libro. Volteaste y viste a Pietro limpiando su nariz con un pañuelo. Él tiro el pañuelo y comenzó a toser.

—¿Te encuentras bien? —Le preguntaste.

—Sí, estoy bien —Pietro volvió a toser.

—¿Estás seguro?

—Seguro es una alergia. Estoy perfectamente bien —te dijo. Lo observaste y notaste que sus ojos estaban rojos. Eso debía ser por falta de sueño desde hace un par de días. Habías perdido el sueño cuando estuviste enferma. Sospechaste que le habías pasado la enfermedad a Pietro. Pronto Pietro estaría tan cansado que apenas caminaría y tendría una terrible tos y nariz goteante durante una semana. Debiste haber estado todavía contagiosa cuando te beso. Ahora había repercusiones.

—Pietro, creo que te pase mi enfermedad —Le sugeriste.

—¿Qué? ¡No! estoy perfectamente bien —en el momento en que dijo eso choco contra una pared—. Bueno, tal vez.

—Vamos, te llevaré a la cama —le dijiste, tomando su brazo y guiándolo hasta su habitación.

Cuidaste a Pietro así como él te había cuidado a ti mientras estuvo enfermo. Él se quejaba ocasionalmente sobre no poder ir a las misiones. Decidiste quedarte con él mientras que los vengadores iban a otra misión. Las misiones eran constantes estos días con el estado en que el mundo estaba. Los dos miraron películas juntos y tú le cocinaste. Sobaste su espalda antes de que se durmiera en la noche y le diste pañuelos extra cuando los necesito. Él no se quejó mucho acerca de que lo cuidaras. Sospechaste que le gustaba porque no había tenido una madre durante muchos años. Te sentiste mal por él gracias a eso. Pareció como si hubiera pasado una eternidad cuando él finalmente se mejoró y estuvo completamente listo para ir de nuevo a las misiones. Extrañarías el tiempo que pasaste cuidándolo y sentirte como una persona normal, pero fuertemente preferías ir a misiones y salvar el mundo con Pietro.

Imaginas | Pietro Maximoff/QuicksilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora