Cafeína

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Te arrepientes de todo.

El día de hoy estabas teniendo una agradable y tranquila mañana, bebías tu café y leías un libro mientras esperabas a que todos despertaran. Pietro, para tu sorpresa, fue uno de los primeros en despertarse. Él te había convencido de alguna manera de dejarlo beber un poco del café del que estabas bebiendo.

Habían pasado seis horas desde esos tres sorbos y él aún estaba rebotando por las paredes. Literalmente. Si sus zapatos estuvieran sucios verías sus huellas ¡en TODOS lados! Él pasó desde saltar en el sillón para jugar videojuegos mientras sus manos se movían a paso veloz, a subir y bajar las escaleras del edificio de noventa y dos pisos. Ahora mismo él hablaba realmente rápido, demasiado rápido para que lo comprendieras mientras corría por toda la habitación mirando libros y rápidamente cambiándose a cambiar los canales para luego moverse rápidamente a la cocina. Suspiraste y solo te sentaste en el sillón. Habías tratado de calmarlo las últimas tres horas al igual que los otros Vengadores. Wanda incluso trato usar sus poderes pero se movía lo suficientemente rápido como para evadir todos los intentos de sus golpes. Stark se sentó junto a ti.

—Tenías que darle cafeína —suspiro frotándose la sien.

—Lo siento, pensé que un poco no le haría daño. O al menos que no duraría tanto —te defendiste.

—Bueno, por lo menos sabemos que podemos darle café luego de una batalla —bromeo.

Todos se silenciaron finalmente cuando oyeron un golpe fuerte y un gemido que rápidamente lo siguió. Se levantaron rápidamente apresurándose a ver la procedencia del sonido. Tú, junto con Stark y Wanda detrás de ti miraron el hoyo en la pared y a Pietro tirado en el piso sosteniendo su cabeza y gimiendo. Corriste a su lado y moviste su mano para ver si estaba sangrando. Por suerte no lo estaba.

—Ahora por lo menos sabemos cómo pararlo —comento Stark, ganándose una mirada fulminante por parte tuya y de Wanda.

—Publico duro... —levanto sus manos en defensa.

—Pietro si neumen fant¹ —Wanda lo regaño mientras buscaba hielo. Te lo paso y lo posicionaste en el moretón que rápidamente había aparecido a un lado de su cara.

—Lamento que esto te haya pasado, bebé —dijiste mientras levantabas su cabeza para posicionarla en tu regazo. Él tomo tu cintura gentilmente y movió su pulgar en círculos.

—No lo estés princeznà², es mi culpa. Yo no debí haber probado que tan rápido podía ir en un lugar tan pequeño —mascullo. Wanda te tendió medicina para él y un poco de agua.

—Gracias, Wanda —le sonreíste y te devolvió la sonrisa. Se fue rápido luego de eso, sabiendo que su hermano estaba en buenas manos.

—Toma esto —le dijiste y le ayudaste a sentarse y recostarse contra la pared. Él sostuvo las pastillas y el agua, tomándolas una por una y bebiendo grandes cantidades de agua entre cada pastilla. Él termino el largo vaso de agua y se levantó. Te ayudo a levantarte mientras tomabas la bolsa de hielo. Tomaste su mano y los guiaste a su habitación compartida y encendiste la televisión para que los dos la vieran.

—Gracias —escuchaste a Pietro murmurar. Moviste la bolsa de hielo de la cabeza de Pietro y le diste un gentil beso.

—No te daré café nunca más —le dijiste y luego se quedó dormido en tus brazos.




¹Eres un chico estúpido.

²Princesa.


Imaginas | Pietro Maximoff/QuicksilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora