Defectos

12.3K 751 190
                                    

Cicatrices —nunca a nadie le habían gustado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cicatrices —nunca a nadie le habían gustado. Bultos irregulares de carne fea que marcaban tu piel permanentemente— recordadores constantes de las cosas que habían salido mal en tu vida.

Tú tenías abundantes cicatrices, unas de cuando te habías caído de tu bicicleta o raspado tus rodillas. Había cicatrices de tu primera pelea con cuchillos y tu primer accidente automovilístico. Había cicatrices y las odiabas todas, pero no más que a esa línea en tu abdomen, esa era la que más te perseguía. El simplemente tocarla enviaba escalofríos por tu columna vertebral. Cada centímetro te recordaba la peor etapa de tu vida.

El solo mirarla te hacia recordar lo que se sintió ser prisionera de una guerra química¹. Recordabas los gritos, el llanto, el dolor y lo peor de todo, las noches sin dormir. Aplastada contra la pared empedrada de la celda. Llorando cuando sentías el veneno corriendo por tus venas.

Estaba bien ahora, pero solo porque estabas libre. Aún odiabas en quien te habías convertido con cada fibra de tu ser. Eras una mutante y nadie podía convencerte de lo contrario. Ellos te llamaban un milagro, pero tú te llamabas un pecado. Te dijeron que podías canalizarlo pero la verdad es que tú no querías hacerlo. En el año en que habías vivido ahí habías experimentado mucho dolor, tanto dolor que era indescriptible.

Los Vengadores te habían salvado y nunca habías estado más agradecida. Ellos te habían nutrido y apoyado de la manera en que una familia lo haría. Ellos te sacaron del hueco en el que te habías enterrado—pero aun así, había pasado cuatro años y constantemente estabas plagada de recuerdos desgarradores, todo por una cicatriz.

La puerta de tu habitación se abrió y apresuradamente bajaste tu franela, odiabas que las personas la vieran.

Pietro te llamó con curiosidad mientras entraba.

—¿No sabes lo que es tocar? —Te mofaste, cayendo sobre tu cama en un sonido sordo, secretamente esperando que él no viera lo que tú.

Pietro rio. —En Sokovia no tocamos.

Te reíste de su mentira y palmeaste el espacio junto a ti.

—Te extrañé, Speedy.

Pietro no te había ido a ver en un tiempo. Wanda y él había sido asignados a una misión menor y él había logrado olvidar su amistad en el proceso. Había estado tan ocupado recolectando datos e interrogando sospechosos—él solo no pudo encontrar tiempo.

—No respondiste mi llamada —dijo, mientras se recostaba junto a ti.

La sensación familiar del colchón era acogedora.

Te acurrucaste a su lado, percibiendo el olor almizclado de su loción de afeitar.

—Estaba ocupada —admitiste—. Y luego olvide devolverte la llamada —habías planeado llamarlo de vuelta, de verdad. Solo que habías perdido la noción del tiempo.

Imaginas | Pietro Maximoff/QuicksilverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora