Imaginas | Pietro Maximoff/Quicksilver

Besos rápidos

—Muy bien —comenzó Steve, empujando el saco de golpear frente a ti y sosteniéndolo quieto—. Tenemos que trabajar en el entrenamiento físico. Sin ánimos de ofender, pero esa mente de hacker tuya no te defenderá la mayoría del tiempo.

—Sin ofensa tomada, Cap —sonreíste levantando tus puños y empezando a golpear. Estabas en tu segundo round cuando tu cabello se movió, algo paso cerca de ti haciendo que te tropezaras hacia el saco de golpear. Te volteaste furiosa para ver a Pietro recostado contra la pared con brazos cruzados y una sonrisa.

—No lo viste...

—Cállate, Pietro —refunfuñaste, golpeando el saco de nuevo. Steve resistió sonreír mientras soltabas golpes airadamente.

—Creo —comenzó Pietro—, que solo estás molesta porque eres la única que sigue en entrenamiento físico.

—¿No tienes algo de español que aprender?

Él soltó una risotada y se acercó a tu lado.

—Ella es una luchadora —le dijo Pietro a Steve mientras despeinaba tu cabello. Golpeaste su mano, alejándola y trataste de pegarle, pero él fácilmente la esquivo con su rapidez y luego a pareció detrás de ti—. Tendrás que ser más rápida que eso.

Dejaste salir un ruido de agitación y te le abalanzaste pero Steve te contuvo.

—Bien, bien, niños. Eso es suficiente. Pietro, regresa a la estación de Nat. Soltaste una maldición a la mancha borrosa.

Pietro te dedico una sonrisa y tú rodaste tus ojos, volviendo a golpear el saco. Su velocidad paso frente a ti, empujándote en el camino y haciendo que te tambalearas de nuevo.

Steve se rio. —Sabes que le gustas.

—Bueno, yo lo odio —mascullaste, soltando un fuerte golpe en el saco. Steve atrapo tu puño y te dio una suave sonrisa—. Los dos son Vengadores ahora. Iguales. No necesitas molestarte por sus poderes.

—No estoy molesta por sus poderes —alejaste tu mano y empezaste a desenvolver la cinta para terminar.

—Estas molesta porque, uh —Steve sonrió—, ¿no has hecho fondue?

—¡Cap! —Exclamaste, mirando alrededor para asegurarte de que nadie hubiera oído. Steve empezó a reírse, sosteniendo su pectoral derecho.

—Bien —dijo cuando finalmente pudo dejar de reír—, ve a tu siguiente estación, niña.

Fue después del almuerzo y unas cuantas clases de ciencia con el "Profesor Stark" —como le gustaba que lo llamaran— que ahora estabas en la estación de Nat. Agradecidamente todos se habían rotado, así que ahora Pietro no estaba a la vista. O eso pensabas.

—Ser pacifica es tu primer paso para ser un buena luchadora —dijo Nat, caminando alrededor del dōjō¹ hasta que llegar a la puerta—. Tomate un tiempo para relajarte.