T3.5. Capítulo 1

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Ha pasado una semana desde la dura batalla en M2, el planeta Tierra experimenta un período de tranquilidad.

En un bello prado lleno de flores y vegetación por todos lados, Raditz se encuentra caminando con las manos en los bolsillos.

Está siguiendo a Bulma, la cual camina a su lado y lidera el camino.

Repentinamente, la mujer se cae y Raditz la atrapa con su mano derecha, alzándola con tanta ligereza como si fuera una pluma

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Repentinamente, la mujer se cae y Raditz la atrapa con su mano derecha, alzándola con tanta ligereza como si fuera una pluma.

- Jeje, siempre me sorprende lo fuerte que eres - Dice ella con una sonrisa.

Raditz sonríe.

- Y te sorprenderás cuando veas que seguramente nuestro hijo será más fuerte que yo - Menciona.

- ¿Oh? ¿Por qué lo dices? - Pregunta la mujer acariciando su vientre, el cual aún no mostró el crecimiento típico del embarazo debido a que apenas se enteró hace unos días.

- Pues ya ves que Gohan tiene un talento más grande que Kakarotto y yo, los saiyajin tenemos tendencia a superar a nuestros predecesores. Y, considerando que el niño también será tuyo, probablemente sea la mente más brillante que haya visto el universo - Dice el hombre.

Bulma le da un suave golpe en el rostro.

- Ay, basta, harás que me sonroje. - Le dice a su amado con las mejillas enrojecidas - Me sorprende que hayas aceptado venir a acompañarme, creí que estarías ocupado con el entrenamiento - Menciona.

- Hoy es mi día de descanso, aunque sí he estado entrenando toda la mañana - Acota él.

- Ya veo, pues me alegra que estés aquí, no hemos tenido mucho tiempo a solas desde... ya sabes - Dice la mujer.

Raditz le dedica una sonrisa, tras eso muestra un gesto de curiosidad.

- Por cierto ¿Cómo supiste que estás embarazada? Aún no tienes barriga - Menciona.

- ¿No tienen tests de embarazo en el espacio? Hace unos años inventé un test tan efectivo que puede detectar un embarazo incluso aunque solo hayan pasado días - Menciona la mujer.

- ¿Hace unos años? Espera... ¿Hace cuánto lo inventaste? - Le pregunta Raditz esbozando una sonrisa pícara.

Bulma agacha la mirada y se sonroja incluso más.

- Después de darnos nuestro primer beso - Balbucea.

- ¡Ja! Ya estabas enamorada de mí desde ese entonces. Aunque no es de extrañar, soy alguien demasiado apuesto para los terrícolas - Bromea Raditz.

- Demasiado tonto, dirás - Lo provoca Bulma con una media sonrisa, el saiyajin se ríe - ¿Y tú? - Le pregunta.

- ¿Mh? - Murmura Raditz.

- ¿Cuándo te enamoraste de mí? - Pregunta Bulma.

- ¿Crees que estoy enamorado de ti? Los saiyajin embarazamos al menos a cien mujeres antes de decidir con cuál nos quedamos, tú no eres mi primera - Dice el saiyajin con una voz muy seria.

- ... - La mandíbula de la mujer se afloja al escuchar eso.

Raditz se esfuerza por mantener su expresión estoica, pero fracasa y empieza a reírse.

- ¡No puedo creer que te lo creyeras! - Exclama.

Bulma le da una bofetada y hace un puchero, tras eso camina varios pasos por delante.

- Parece que no comerás nada de lo que trajimos - Dice.

- ¡Valió la pena! - Sentencia el hombre con una mejilla enrojecida, sigue riéndose.

- Hmpf - Resopla la mujer.

Unas horas de caminata después, Bulma arma una tienda de campaña mientras Raditz junta madera para hacer una fogata.

El cielo se oscurece mientras pasa el día.

Bulma le enseña a Raditz varios artilugios hechos por ella cuando era más joven, el hombre se sorprende mientras utiliza todos los aparatos.

- ¡¿Un reloj que te hace pequeño?! - Exclama sorprendido.

Presiona dos botones del reloj y reduce en tamaño hasta medir menos de 15 centímetros.

Bulma lo alza por el cabello.

- Pareces un juguetito - Bromea.

El saiyajin se ríe.

- Espera ¿Puedes arrojarme hacia un árbol? - Pide.

- ¿Eh? ¿Para qué? - Pregunta Bulma sin entender.

- ¡Quiero saber si con esto he perdido fuerza o no! - Exclama Raditz con emoción.

- Bah, hombres - Se queja la mujer.

Hace un movimiento con su brazo y arroja a su novio hacia un árbol cercano.

El saiyajin extiende los brazos hacia adelante y dispara un rayo de energía, pero no logra dañar el árbol.

Se choca contra la corteza y cae de espaldas al piso, tras eso presiona un botón para volver a su tamaño normal.

- Auch - Se queja.

- Ey, tú lo pediste - Le dice Bulma.

Raditz se encuentra recostado, Bulma lo mira desde arriba con una sonrisa amorosa.

Es entonces que desciende y le da un tierno beso en los labios, tras eso el hombre vuelve a ponerse de pie.

- ¿Qué más tienes? - Pregunta con la emoción de un niño pequeño que quiere ver un juguete.

- Oh, creo que amarás este ¡Un dron! - Exclama la mujer haciendo estallar una cápsula, de su interior sale un pequeño aparato, tras eso le extiende un control remoto a su novio.

- ¿Oh? - Murmura Raditz presionando un botón.

- ... - El aparato emprende vuelo hacia el cielo, sacándole una risa al saiyajin.

- ¡Mira eso, mira eso, es como una nave espacial en miniatura! - Exclama él, tras eso sus ojos se iluminan y le da el control a Bulma - Esto será genial - Dice mientras toca un botón de su reloj.

Vuelve a reducir su tamaño y vuela hasta montarse en el dron.

El dron parece una inmensa nave espacial para el encogido Raditz.

- Oh, no tienes idea - Dice la mujer con una sonrisa perversa.

Presiona una combinación específica de botones y el dron multiplica por veinte su velocidad.

Puede moverse a velocidad levemente rápida para Bulma, pero desde la perspectiva del pequeño Raditz es tan rápido como una nave espacial de última tecnología.

- ¡¡WOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!! - Grita el saiyajin con una gran emoción.

Bulma sonríe con ternura por verlo tan emocionado, tras eso acciona el dron en modo automático y solamente ve a Raditz divirtiéndose.

Dragon Ball: Caminos Cruzados. Segunda EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora