Ella es mi novia

Part. 30 (Cuando una puerta se cierra otra se abre)

*Garu*

Por un pequeño momento todo fue perfecto.

Ambos jóvenes se encuentran solos, besándose, compartiendo el sentimiento de lo mucho que se extrañaron y de lo mucho que aún se aman.

Al separarse, Garu tiene sus manos sobre las mejillas de Pucca, limpiando ligeramente las lágrimas que recorrieron su rostro.

Se sonríen ligeramente, sin necesidad de decirse nada, con ese beso que se dieron expresaron mucho.

-Te amo-murmuraron al unísono para abrazarse con fuerza.

Garu apoya su barbilla sobre la cabeza de Pucca y ella esconde su rostro en su pecho, aspirando el aroma del traje limpio de Garu.

-¿Quieres pasar?-pregunta el chico murmurando.

-Luego no querré irme-murmura Pucca, aferrándose más contra el torso de Garu.

-No lo hagas-Garu se separa un poco para que ambos se miren a los ojos-Quédate conmigo esta noche.

La joven de chongos se queda sorprendida por la proposición, pero luego de pensarlo un poco, termina asintiendo y aceptando para entrar a la casa de Garu agarrada de su mano.

-Debo decirle a mis tíos que no se preocupen-dice Pucca tomando su teléfono para mandarle un mensaje rápido a su tío Dumpling.

Garu se queda observando su perfil por un momento, había olvidado lo hermosa que es con su sonrisa llena de carisma, alegrando a cualquiera que estuviese a su alrededor. Sus típicos chongos y su vestido rojo tan caracterismo. Todo en ella es único y eso lo hace sonrojarse al quedarse embobado mirándola.

-¿Estás bien?-Pucca pregunta un poco preocupada al verlo distraído. Normalmente Garu es un ninja muy alerta pero en este caso parece un poco ausente.

Él solo sonríe asintiendo.

-Estoy bien ahora que estás conmigo-Pucca se sonroja ante las palabras del ninja con coletas.

Garu se coloca frente a ella y mientras toma su mano, con la otra acerca su rostro para que vuelvan a besarse. Ambos extrañaron los labios del otro, ambos se extrañaron mutuamente.

*Al día siguiente*

*Pucca*

-¿Seguro no quieres que yo haga el desayuno?-pregunta Pucca al ver que Garu cocina para ambos.

-Muy seguro. Quizá esta sea la última vez que te cocine-menciona Garu nostálgico.

La pequeña razón por la cual el ninja no dejó que Pucca cocinara es que no quiere sufrir de indigestión en el camino al templo ninja. Y por otra parte desea consentir a la pelinegra.

-¿Soy muy egoísta por no querer que te vayas?-Pucca murmura jugando con sus dedos.

-Un poco, si-él se acerca para besar su frente y dejar un plato con un desayuno ligero frente a ella-Pero te entiendo perfectamente.

-¿Seguro no podemos volver?-pregunta con suplica la chica cuando Garu se sienta frente a ella con su plato de comida-Puedo esperarte todo el tiempo necesario.

-Ya hablamos de eso-suspira-Te aseguro que en este tiempo me esforzaré para protegerte-dice decidido apretando la mano de su amada.

-No necesito un guardián-murmura Pucca un tanto desanimada.

-Sé que no lo necesitas-Garu sonríe-Pero quiero ser todo lo que necesites y lo que no. Quiero darte lo mejor de mí. Podré darte más si sé que conmigo estarás segura.