Part. 46 (La cabaña 1)

110 10 12
                                    

Pucca

Pucca y Ching se encuentran entrenando un poco. Aunque la pelinegra había logrado ponerse al corriente en el entrenamiento de su mejor amiga, Ching se encuentra algo distraída.

-No es divertido si me lo haces tan fácil-menciona Pucca cruzándose de brazos.

-Eres diferente ahora, incluso dejas tu cabello suelto-dice Ching cambiando de tema por completo.

-A Yum le gusta-se encoje de hombros.

-¿En serio lo haces por él?-Ching enarca una ceja-¿Qué hiciste con todas las cosas guardadas en tu habitación? Las cintas y todo lo demás. No te despegabas de eso.

-No empieces por favor-Pucca suspira-¿Qué tal si practicamos un poco con la espada?

-Aún no estoy segura de eso, Pucca-Ching frunce el ceño.

-Quizá es la única manera de que te concentres, estás muy distraída.

-Lo siento, es por Abyo-suspira-Sigo muy preocupada por él.

-Hoy lo visitaremos en el hospital, tranquila-Pucca se acerca para posar su mano en el hombro de Ching.

-No sabía que estaba deprimido a tal extremo, y menos que esa depresión tendría problemas tan graves como que intentó dañar a Yum-suspira-El chico es bueno, ya me di cuenta, pero Abyo nunca lo entenderá, no al menos hasta que Garu regrese a la aldea.

-Ha pasado mucho tiempo-suspira-Pero los doctores ayudarán a Abyo a sentirse mejor.

-Eso espero... solo hay que ayudarlo a que sepa que no reemplazaremos a Garu-Ching observa a su amiga fijamente-¿En serio te gusta Yum?

-Quiero estar con él.

-Esa no es la pregunta que te hice-Ching habla firme y Pucca frunce el ceño-Si no te gusta, termina con él, para que se vaya de la aldea y Abyo pueda estar más tranquilo, ¿sí?

-No puedo cumplirte ese capricho, perdón-Pucca frunce el ceño y Ching hace lo mismo.

-¿No será que la encaprichada eres tú?

-Dijiste que no cuestionarías mi decisión, ya ha pasado un tiempo.

-Ya no sonríes como antes, ya no es real, tu sonrisa se fue con Garu al igual que tu felicidad.

-Yum me hace feliz-Pucca ríe un poco con nerviosismo.

-Repítelo hasta que tú misma lo creas-reprocha Ching.

Ambas amigas se quedan en un silencio incómodo. Ching suspira, sabiendo que había arruinado el momento y no quiere pelear de nuevo con su mejor amiga.

-Cierto, lo lamento-suspira-Solo estoy un poco sensible con todo esto y no tienes que pagar tú.

-Chicas, no pierdan el tiempo, necesito que mejoren su rendimiento-habla el entrenador Chang apareciendo a un lado de ellas.

-Lo sentimos-dicen las amigas haciendo una leve reverencia para comenzar a practicar con las catanas.

-Pucca ten cuidado esta vez-menciona el entrenador a la chica de vestido rojo.

-Lo tendré-dice Pucca manejando la catana con algo de torpeza.

-¿No han visto a Yum? Hoy solo entrenó de forma rápida muy temprano y no lo he visto más.

-Normalmente se queda a ver nuestros entrenamientos pero esta vez no ha venido-menciona Ching peleando con un maniquí que no se mantiene de pie.

Pucca se queda pensativa, normalmente el ninja blanco se la pasa a su alrededor y es fácil encontrarlo, pero esta vez no lo había visto en todo el día, solo esperaba que nada malo le hubiera ocurrido.

Ella es mi noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora