Capítulo 20

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Aonung se encontraba inconsciente, cuando se despertó se llevó una mano a la cabeza porque le dolía,  cuando se miró la mano vio que tenía sangre e hizo una pequeña mueca, luego miró a los lados algo aturdido.

No sabía dónde estaba, al ver que todos los demás estaban allí también, buscó a Lo'ak con la mirada, cuando lo vio suspiró aliviado.

Lo'ak estaba intentando soltarse las esposas pero era imposible, por más que tirara o las intentara morder, nada servía.

-Déjalo... no va a funcionar- le dijo Aonung

-No tengo nada que perder así que no pararé hasta que lo consiga- dijo mientras seguía tirando.

Aonung le miró en silencio unos segundos y luego miró a su alrededor, después le volvió a mirar.

-Para, te vas a hacer daño Lo'ak

-¿Desde cuándo eso te importa? - rueda los ojos y sigue a lo suyo

-Solo te lo advierto, luego no te quejes cuando te hayas hecho daño...

-Déjame en paz- dijo Lo'ak, Aonung prefirió no decir nada más,  sabía que la situación era complicada y que todos estaban tensos.

Sin embargo, el no se sentía asustado, tenía la esperanza de que Neteyam vendría a buscarle, eso le proporcionaba calma.

Lo'ak se acabó dando por vencido y se quedó sentado esperando a que Quaritch volviese.

Todos estaban en silencio, quietos, esperando a que algún milagro sucediese y pudieran salir de allí y volver a casa, pero a medida que pasaba el tiempo y nadie llegaba, poco a poco las esperanzas se fueron reduciendo entre los allí presentes.

Neteyam por su parte estaba de camino junto a los demás,  pero no podían entrar en terreno enemigo así sin más,  eran minoría y estaban en desventaja, tenían que pensar un plan antes de tirarse a la aventura.

Mientras Quaritch les esperaba impacientes, hasta tal punto que su paciencia se agotó, entró donde tenía presos a los na'vis y les miró,  cuando vió a Aonung sonrió levemente,  pues ya tenía el cebo perfecto para atraer por lo menos a uno de los sully.

Se acercó  y soltó la esposa de la barra de metal, luego, le tomó de los brazos a la fuerza.

-Tú te vienes conmigo- dijo Quaritch mientras Aonung se retorcía.

-Sueltame skxawng, no sabes con quien te estás metiendo -se quejaba intentando soltarse.

-¿Lo sabe acaso tu amiguito?- dijo refiriéndose a Neteyam.

Cuando dijo eso Aonung se tensó  y miró mal a Quaritch.

-Atrévete a ponerle una mano encima y te mato

-Me gustaría verte intentarlo- le saca de la sala y le lleva a una celda para tenerlo más a mano a la hora de llevar a cabo su plan. Luego de encerrarlo, le mira. -Ven preparándote para despedirte de él,  porque cuando lo tenga aquí no va a quedar ni rastro de él - dijo mirando a Aonung

Aonung le miró a los ojos.

-Cómo le toques un solo pelo te arranco la cabeza

-Ya lo veremos- sonríe  y luego sale de allí.

Aonung entonces intenta  derribar la puerta, pero era imposible, era demasiado resistente.

Ahora sí que empezaba a preocuparse, dando vueltas por la celda, agobiado, intentando buscar una forma de salir de allí. Tenía que impedir que Neteyam se acercara allí como fuera, sino esto no podría acabar bien, tal y como cadí acaba la última vez que Quaritch y Neteyam se vieron en el arrecife.

-Maldita sea- murmuró  dando un puñetazo a la puerta, luego se sentó  en el suelo pensando pasandose una mano por la cara, exasperado- piensa Aonung, piensa- necesitaba encontrar una forma de salir de allí,  tenía que haber alguna forma.

Cerró  los ojos suspirando intentando pensar en algo.

Lo'ak aprovechó cuando se llevaron a Aonung para seguir forcejeando, no tenía armas así que no podía cortarlas. Pero entonces al notar que la pared tenía algunas chapas, empezó a golpearlas para intentar soltarlas. Golpeaba con fuerza, en una de esas al dar una patada consiguió soltar una, así  que se dispuso a sobar las esposas con la chapa intentando rasgarlas.

-Venga, vamos- dijo Lo'ak suplicando que se rompieran.

Cuando consiguió soltarse hizo un gesto de celebración

-Chupate esa Skxawng- sonríe  sintiéndose orgulloso de si mismo.

Luego ayudó a los demás a soltarse, uno por uno.

Por otro lado, Neteyam ya tenía  un plan,  habían  llegado a la conclusión de que era mejor una emboscada, a todo o nada.

Él no puso objeción ninguna, solo quería  sacar de allí a su hermano y a su pececito.

Neteyam preparó varias flechas, tenía que tenerlas listas para cuando realizaran la emboscada por la noche.

Para si mismo rezaba, una y otra vez a Eywa para que nada malo les pasase a ninguno de los dos.

Jake era el que básicamente estaba dirigiendo todo porque sabía que su hijo no iba a ser capaz de tomar decisiones en ese momento tal y como estaba, cegado por la ira.

Mo'at, su abuela, estaba supervisando todo, y rezando a Eywa para que acompañara  a los guerreros antes de que entraran en guerra.

Pronto se haría de noche y probablemente pronto saldrían los viperlobos, eso duplicaba el riesgo de su emboscada, porque también corrían peligro por los viperlobos.

Debían estar atentos a todo, no solo a los enemigos sino también a los otros habitantes del bosque a los cuales estaba claro que no les gustaba el ruido y menos la presencia de intrusos en su territorio.

Esto podía salir muy bien o muy mal, no había punto intermedio. Se estaban arriesgando por un futuro incierto del que no tenían garantizado ni sobrevivir.



La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora