Capítulo 42

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Tsireya no sabía de qué manera consolar a su hermano porque no encontraba palabras que pudieran darle esperanza o alguna idea que ayudara a que Neteyam se quedara. Se sentía mal por su hermano, porque apesar de que este a veces podía ser un verdadero idiota, era su hermano y lo quería.

Aonung lloraba en silencio pasandose una mano por la cara intentando encontrar consuelo alguno, pero no podía,  en ese momento todo le parecía injusto.

-Lo intento, de verdad que quiero lo mejor para el clan, para nosotros... pero yo no quiero seguir viviendo aquí,  sintiéndome solo mientras los demás parecéis comenzar a construir vuestras propias familias. Si él se va me quedo sin nada. - dijo llorando- prometí a Eywa que haría lo que fuera si ella lo devolvía conmigo, pero no puedo dejar que se marche y seguir haciendo como si todo fuese maravilloso, porque no es así,  es una mierda

Aonung ya tenía la respiración entrecortada de tanto llorar.

Lo'ak estaba llegando a la tienda, cuando lo escuchó se quedó fuera, escuchando la conversación.

-Esto es tan injusto- dijo Aonung- recé y recé,  he hecho de todo para que eywa me hiciera caso pero parece que lo único que quiere es torturarme y jugar con mis sentimientos. Sé que suena muy egoísta, pero no quiero que se vaya, haría lo que fuese, cualquier cosa,  solo para no tener que volver a decirle adiós y no volverlo a ver.

-Sé que no debería pedirle que se quede, porque le haría escoger y eso no está bien, no sería justo para él... - dijo secandose unas lágrimas y luego miró a su hermana- No le puedo hacer escoger... pero yo si tengo esa opción... quizás debería renunciar a ser olo'eyktan... así sería libre para estar con él y no tendría que quedarme aquí estancado.

Tsireya miró a su hermano a los ojos.

-¿Estás seguro Aonung? A mamá eso no le gustará...

-Que le den a mamá, yo tengo mejores cosas que hacer que sufrir dirigiendo a un pueblo que me detesta. De hecho ya tenéis un líder, Lo'ak podría ocupar mi lugar sin problemas.

-Aonung piénsatelo bien... si renuncias no podrás volver a casa...

-Mi casa está donde esté Neteyam - dijo convencido.

Lo'ak al escuchar todo esto, fue a buscar a su hermano para contárselo. En cierto modo le daba pena Aonung, aunque lo odiase  muerte, oírlo hablar con la voz temblando tampoco le agradaba, así que quizás su hermano consiguiera calmar a Aonung y hacerlo entrar en razón.

Lo'ak se dio prisa y cuando encontró a Neteyam le miró.

-Tenemos un problema - dijo- Aonung quiere renunciar, creo que ha perdido el juicio.

-¿Que Aonung qué?- dijo Neteyam, dejó rápido lo que estaba haciendo y fue con Lo'ak corriendo a donde estaba Aonung. No podía dejarle hacer eso, entonces ya no volvería a casa y no iba a permitir que Aonung se arrepintiera de una decisión como esa durante toda su vida.

Cuando llegó entró  rápidamente y chocó contra Aonung que estaba apunto de salir. Aonung le sujetó antes de que se cayera.

-Tranquilo... ¿Por qué tanta prisa?- dijo Aonung sujetandole por la cintura.

Neteyam le miró sonrojandose un poco de la vergüenza.

-Perdón... - le mira unos segundos- no puedes renunciar Aonung

-Ya he tomado una decisión Neteyam, no me vas a hacer cambiar de opinión

-Escúchame por favor, no hagas esto, luego vas a querer regresar y no podrás...

-No me importa, lo que quiero es estar contigo y nadie me lo va a impedir- dijo Aonung soltandole.

Neteyam le miró en silencio.

-No quiero estar solo otra vez durante siete años... no podría soportarlo... prefiero abandonar este sitio si eso me permite seguir a tu lado. Dejaré a cargo de la tribu a Lo'ak - dijo mirando al hermano de Neteyam- espero que sea responsable con el cargo que debe asumir.

Lo'ak le miró en silencio.

Aonung pasó al lado de Neteyam y luego fue a contar su decisión a Ronal.

Neteyam fue tras él  y le tomó del brazo deteniéndole.

-Aonung, hablemoslo  por favor... esto no es algo que puedas decidir a la ligera

-He tenido años para pensarlo, y ahora sé que esto es lo que siempre debí hacer... Así  que por favor, no me lo impidas... Quiero hacer esto porque es lo correcto, quiero que estemos juntos y esta es la última opción que veo disponible - toma las manos de Neteyam haciendo que le suelte. -No voy a arrepentirme, sé cual es mi sitio h es contigo

Neteyam le miró a los ojos dudando un poco, luego asintió  levemente.

-Si eso es lo que quieres hacer... yo estaré a tu lado - dijo Neteyam mirandole tomandole de la mano.

Aonung le miró  y le dio un beso en la frente, después  fue con Neteyam a buscar a Ronal, cuando llegaron a donde estaba Ronal con Kiri, Tuk y Rotxo, Aonung dejó de caminar, y Neteyam a su lado tomándose de su brazo.

-Madre... - Ronal dirigió su mirada hacia Aonung, este se quitó delante de todos, que le miraban en silencio confundidos, el atuendo propio del olo'eyktan. - Renuncio...

Ronal le miró seria.

-Pero que dices, ponte eso ahora mismo Aonung

Aonung miró a Lo'ak que había ido con ellos al igual que Tsireya. Se acercó a él y puso en sus manos las cosas de olo'eyktan.

Después hizo una pequeña inclinación y miró  a Lo'ak:

- Te veo Lo'ak- Lo'ak se quedó en silencio.

Neteyam miró a Aonung acariciando su brazo sin soltarse.

-Te veo Aonung - dijo Lo'ak, después sacó la daga al igual que el día en el que su padre había sustituido. Entonces hizo un pequeño corte en el pecho de Aonung, luego guardó la daga.

Aonung miró a su madre.

-Ya está hecho... - Aonung miró a Neteyam.

-Avisa a tu clan y prepara las cosas, tenemos que irnos- dijo Aonung.

Neteyam asintió  soltandole y fue a avisar a todos, después  fue a despedirse de sus padres y guardar sus cosas.

Aonung por su parte, recogió sus cosas y fue a buscar a Neteyam. Ahora ya no había vuelta atrás para Aonung.

La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora