P3. Capítulo 7

308 46 0
                                    

Neteyam después de enseñarle las cosas a su hijo, se recostó sobre el pecho de Aonung acurrucando a su hijo, abrazandole, el cual ya estaba apunto de quedarse dormido entre los brazos de su padre.

Neteyam miró a Aonung y sonrió levemente.

-Gracias... - murmuró.

Aonung le dio un beso en la frente y lo miró.

-No me des las gracias a mí, esto no hubiera sido posible sin tu hermano y Tsireya... - dijo mirandole  y luego les abrazó  acurrucandoles a él. 

Neteyam apoyó la cabeza en el pecho de Aonung.

-¿Puedo deshacerte las trenzas? Quiero verte con el pelo suelto- dijo Neteyam mirandole.

-Si luego me las vuelves a hacer, entonces si

Neteyam sonrió, se incorporó  un poco y empezó a deshacerle  el peinado a Aonung.

-Por cierto, ahora que tú eres el olo'eyktan de los omatikaya, deberías llevar algún tocado en el pelo como los que llevamos nosotros, yo te haré uno especial para ti, tengo unas cuantas ideas en mente- dijo Neteyam despeinandole.

-Mientras no me enganches una pluma al pelo me conformo

Neteyam rodó los ojos.

-Mira que eres tonto eh

Aonung le miró y le enseñó la pluma que él llevaba en el pelo.

- Que yo la lleve no quiere decir que todo el mundo la vaya a llevar- dijo Neteyam mirandole- además yo quiero uno que sea tuyo, que te represente, no quiero uno igual al mío, quiero uno que  transmita quién eres tú.

-Que profundo te has puesto derepente - dijo Aonung riendo un poco y Neteyam le miró alzando las cejas.

-No estoy profundo, es que ya que vas a representar mi cultura quiero que lo hagas bien, ahora también eres omatikaya, y ya que te has adoptado pues termina de hacerlo bien- dijo Neteyam deshaciéndole  las trenzas- y sino, entonces me vuelves a restituir como olo'eyktan que ya represento  yo a los míos.  Y como te oiga reírte de nuevo de nuestras costumbres te arranco las trenzas, ¿Comprendes, no?

Aonung asintió varias veces en silencio.

-Me alegro - dijo Neteyam dejando suelto el pelo de Aonung- precioso - sonrió mirando a Aonung- te queda muy bien el pelo así, además es muy suave, me encanta. - dijo acariciando el pelo de Aonung, luego le miró a los ojos. - Te ves muy guapo así,  aunque claro, tú te ves muy bien siempre - dijo sonriendo levemente.

-Cómo me subes la autoestima.

-Antes no hacía falta, te la subías tú solo, pero como ahora ya no lo haces, pues tendré que hacerlo yo - dijo Neteyam dándole un beso en la frente- y yo creo que eres el hombre más hermoso del mundo, me encantas, en resumen, te adoro - le abrazó dándole besos en la mejilla- mi pececito

-Aww, yo también te adoro - dijo Aonung abrazandole dándole un pico, luego lo miro a los ojos- y te envidio, para ti los años parece que no pasan

-Bueno, no exageres eh, que los años pasan para todo el mundo, a ver si ahora resulta que voy a tener el mismo cuerpo que cuando tenía 15 - negó mirandole- tú estás muy bien amor, te ves estupendamente, no sé quién te ha hecho pensar lo contrario pero ya me encargaré de cerrarle la boca la próxima vez que saque el tema. El cuerpo cambia, no espero que te veas igual que con 15 años, y además que sigues viéndote tan bien como siempre. Esto me recuerda a una frase que dijo alguien muy importante- dijo mirando a Aonung- Si pudieras verte a través de mis ojos, verías lo grande que eres - esas eran las palabras que Aonung alguna vez le dijo a Neteyam. - pues esto es lo mismo Aonung, no te veas con los ojos de personas que no te valoran, mirate en los míos y entonces verás lo mismo que veo yo, un hombre apuesto, cariñoso, un gran padre y un valiente guerrero, eso es lo que yo veo y lo que tú deberías ver

Neteyam abrazó a Aonung rodeando su cuello con sus brazos, Aonung sonrió  levemente ante las palabras de su pareja, luego le acurrucó a él.

-Te amo pececito- dijo Neteyam

-Yo también te amo Tey- murmuró- pero... por favor hazme las trenzas de nuevo, es muy incómodo tener el pelo suelto.

-Si, perdón- dijo Neteyam empezando a peinarle de nuevo con cuidado de no hacerle daño. - Mañana... ¿tienes algo que hacer?

-Pasar mi día abrazado a ti

Neteyam sonrió ampliamente.

-Ese plan me gusta - dijo terminando de peinarle.

Aonung le abrazó sonriendo levemente.

-Bueno, tampoco te quiero resultar una lapa ahora... así que quizás por la mañana me busque alguna cosa que hacer y así puedes hacer tú también tus cosas.

-Como prefieras, cualquiera de las dos cosas están bien para mí.

Después de un rato hablando,  decidieron acostarse, colocando a Ikeym entre los dos. Neteyam dormía abrazado al pequeño mientras que Aonung se quedó despierto aún contándole asimilar todo lo ocurrido ese día.

Al día siguiente, Neteyam se despertó el primero y se estiró  un poco mientras bostezaba, luego miró a Aonung.

-Buenos días... - murmuró y Aonung le dio los buenos días junto a un beso en la mejilla.

Neteyam miró al pequeño que seguía dormido echo bolita debajo de la manta que Neteyam le había puesto. Entonces lo colocó encima de su pecho, abrazandole acurrucandole.

-Es tan pequeñito... - murmuró para no despertarle y luego miró a Aonung

-No sé si sale a la madre o al padre, pero a ti, seguro que si- dijo sin rodeos.

Neteyam le miró con cara de: "Excuse me?"

-No soy bajo, eres tú que eres una jirafa.

-Lo que tú digas mi amor

Neteyam le miró muy indignado y luego miró a otro lado para mostrar su enojó hacia él.

Aonung le miró alzando las cejas y luego rió un poco.

-Cómo había podido olvidar lo divertido que es molestarte - rió un poco y se acercó a Neteyam abrazandole dándole besos por toda la cara para que lo mirara de nuevo. - No me ignores mono azul

Neteyam se enojó aún más por el mote.

La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora