P3. Capítulo 12

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Luego de recoger las cosas, Neteyam volvió con Aonung a  la tienda para dejar todo. Colocó las cosas en su sitio y luego salió de la tienda para ir a buscar a Ikeym.

Aonung antes de que saliera, le tomó del brazo y lo acercó a él abrazandolo.

-Quedemonos aquí un poco más... - dijo Aonung- ya vendrá Ikeym a buscarnos, mientras tanto alarguemos más el momento, que después va a ser más difícil estar a solas...

Neteyam miró a Aonung unos segundos y luego asintió.

-Está bien- se dio la vuelta y abrazó también a Aonung.

Aonung sonrió levemente y le dio un beso en la cabeza, después acarició el pelo de Neteyam.

-Lo de ayer estuvo genial- se dispuso a decir mirando las marcas en el cuello de Neteyam.

Neteyam se sonrojó un poco al recordarlo.

-Si... - murmuró avergonzado.

-Deberíamos repetirlo más a menudo.

-Calma, que no sé si mi cuerpo puede aguantar ese ritmo todo los días, ahora mismo me duele hasta la vida y sigo cansado. Jamás pensé que algo que puede dar tanto placer pueda cansarte tanto.

Aonung rió  un poco y luego miró a Neteyam tomandole de la barbilla.

-Sabes que tú también me quieres ver bajando por toda tu piel, así que no intentes ponerme excusas tan malas.

Neteyam le miró a los ojos rojo como un tomate y luego desvió la mirada.

Ikeym entró justo en ese momento buscando a sus padres, al verlos sonrió ampliamente.

-¡Papá !- fue rápidamente y se abrazó a la pierna de Neteyam.

Neteyam al verlo sonrió feliz y lo tomó en brazos dándole un besito en la mejilla.

-Buenos días mi niño - dijo rozando su nariz con la de Ikeym, después lo abrazó acurrucandole a él, pensando para sí: "salvado por la campana".

Aonung les miró y luego miró a Ikeym revolviendole el pelo.

-Buenos días peque - dijo.

Los tres desayunaron juntos y después Ikeym se fue a buscar a sus primos.  Neteyam fue a ayudar a sus padres con unas cosas y Aonung se fue con Rotxo.

Aonung estaba apoyado en una roca hablando con él sobre Kiri cuando derepente salió el tema de la noche anterior.

-¿Y qué pasó? ¿Lo hicisteis?- preguntó Rotxo.

-Si, fue la mejor noche de toda mi vida.

-Sabes, aun me cuesta entender porque te gusta tanto ese hombre, quiero decir, es el hermano mayor del que peor te cae en toda la tribu, además de que es el cuñado de tu hermana, su madre está  loca, es un tío, empezando por ahí, y además cuando se enfada es igual que su madre y eso me da miedo.

-No necesito que lo entiendas. - dijo Aonung mirandole- simplemente él es el hombre de mi vida, no hay una explicación,  solo sentimientos difíciles de entender pero hermosos. Él es el que puede darme todo lo que necesito. No puedo decirte un porqué él y no otra persona. Es simplemente él, no lo he elegido, simplemente pasó. Es que... tiene algo, es difícil de describir con palabras... es esa razón por la que quieres despertarte por las mañanas, la que te da una razón para seguir respirando. Sé que si se diera el caso él Mataría por mí y yo Mataría por él.  Le importo ...

-A mí también me importas y no por eso estamos juntos.

-Si, lo sé,  dejame terminar... A ti te importo, pero si tuvieras que elegir entre Kiri y yo, la elegirías a ella, sin embargo, él siempre me elegiría a mí antes que a cualquier otro. Me antepone a todo lo demás, incluso a si mismo.

-Pero cuando estuvisteis separados no le vi anteponete ante la tribu

-Rotxo, no le puedo pedir que haga algo así.  Aquí estaba Lo'ak, y aunque me caiga mal, reconozco que hace un muy buen trabajo. Pero si Neteyam dejaba su tribu, no tenía a nadie lo suficientemente bueno como para dirigirla. Pero él ya me ha antepuesto a muchas otras cosas, quizás para vosotros son meras ridiculeces, pero a mis ojos, él ha hecho por mí más de lo que yo puedo hacer por él.

-Creo que estás ciego, te gusta demasiado y por eso no puedes pensar con claridad. Ese tío no sabe ni por donde va, me parece una persona inestable emocionalmente y que no sabe bien como controlarse, además que se quiere hacer el héroe siempre.

Aonung le miró a los ojos.

-Será mejor que te calles a menos que quieras que te cierre la boca de un puñetazo, no tientes a la suerte.

-Ves, te tiene manipulado, con un beso ya arregla todos vuestros problemas, con un te quiero ya todo está bien, ni chernobil era tan tóxico

Aonung se acercó a Rotxo aguantandose las ganas de pegarle un puñetazo.

-He dicho que te calles. - dijo muy serio.

Rotxo le miró a los ojos unos segundos.

-Estás tan ciego que te duele que te abran los ojos, pero eso que tienes a tu lado te está comiendo la cabeza.

Aonung empujó a Rotxo tirándole al suelo, luego se tiró encima de él pegandole un puñetazo. Rotxo se lo intentó quitar de encima y al final acabaron peleándose los dos.

Aonung salió de allí,  estaba sangrando por el labio, pero le daba absolutamente igual.

Neteyam en ese momento estaba jugando con Ikeym y sus sobrinos. Cuando vió que Ikeym se quedaba mirando a Aonung, también lo miró, al ver a Aonung sangrando, alzó las cejas y luego se acercó a él.

-¿Qué ha pasado?- preguntó Neteyam algo preocupado y pasó un dedo por los labios de Aonung limpiandole la sangre.

Aonung lo miró en silencio y luego miró a otro lado.

Neteyam estaba confundido por su reacción, pero solo lo tomó del brazo y yo llevó a la tienda para encontrar algo con que limpiarle la herida.

La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora