P2. Capítulo 2

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Neteyam miró a Aonung en silencio por unos segundos, luego tomó aire intentando calmarse un poco. Aonung le seguía tomando de la mano acariciandosela para intentar tranquilizarle un poco.

-Yo...bueno, ya sabes hemos estado juntos por un tiempo ya... y pues... - Neteyam mira a otro lado nervioso y luego mira a Aonung de nuevo.- quería saber si tú... -traga saliva mirandole a los ojos- si te gustaría casarte conmigo- soltó de golpe cerrando los ojos.

Aonung le miró sorprendido y luego sonrió levemente abrazandole acurrucandole a él.

-Claro que quiero, nada me gustaría más que casarme contigo - sonrió Aonung acurrucando a Neteyam.

Neteyam le miró unos segundos, y luego sonrió feliz y se tiró encima de él abrazandole, luego le besó.

Aonung se sorprendió un poco cuando se le tiró encima, luego rió  un poco y cuando le beso, siguió el beso acariciando su mejilla.

Neteyam se separó  un momento para tomar aire y se apoyó con sus manos en el suelo, levantándose un poco de encima de Aonung. Le miró sonriendo y luego se abrazó a él.

-Te amo- dijo Neteyam abrazado a Aonung como koala.

Aonung rió  un poco y le abrazó acariciando su pelo.

-Y yo a ti

Neteyam le dio un beso en la mejilla y luego se levantó de encima de él.

Aonung le impidió levantarse y le abrazó  pegandole a él.

-Tú de aquí no te mueves - dijo Aonung abrazandole.

Neteyam rió levemente y se quedó encima de él.

-Como quieras, no soy yo quien está siendo aplastado

-Tampoco pesas tanto como para aplastarme

- Bueno, en comparación contigo que eres más alto y tienes más músculo, pues obviamente no - dijo Neteyam mirando a Aonung luego pasó uno de sus dedos trazando el tatuaje que Aonung tenía en la cara.

Aonung le miró en silencio unos segundos y después acarició su espalda, luego se fijó en la cola de Neteyam que no paraba de ir de un lado a otro.

Neteyam le miró,  luego miró hacia donde él  miraba, al ver que le estaba mirando la cola, rápidamente dejó de moverla y le miró.

-Mi cara está aquí -dijo señalando su rostro

-Perdón, me distraje...

-Ya lo veo nemo, ya lo veo- dijo mirandole y luego miró el pelo de Aonung. -luego me dejas ponerte unos adornos en el pelo? En plan, como los míos

-Mientras no me pongas cosas raras...

-mmmm... ¿A qué te refieres con cosas raras?

-Pues... - estaba apunto de hablar  cuando pronto llegó uno de los na'vi corriendo.

-Siento interrumpirles... - miró a Neteyam, el cual al verlo se levantó de encima de Aonung. - Un grupo de los cazadores han encontrado na'vis de las cenizas a las afueras del bosque, han entrado en nuestro territorio.

Al oír eso Neteyam frunció el ceño, eso no podía ser bueno.

Según la historia de los omatikaya, pasada de generación en generación, años atrás, las diferentes tribus de na'vis vivían juntas en la zona cero.

La zona cero era un lugar en el que había elementos comunes a todas las tribus. Tenían unas reglas bastante estrictas para poder mantener una convivencia en armonía...

Pero como en toda historia, leyenda o cuento... sabemos todos que eso nunca acaba bien.

Un día los na'vi de las cenizas, los cuales siempre habían sido muy radicales y bastante ambiciosos. Nunca se habían conformado con ser iguales a los otros, anhelaban algo mucho mayor.

Y si nadie se lo iba a otorgar, entonces lo tomarían a la fuerza.

Para ello prendieron fuego bosques, desviaron la lava del volcán para que llegara a las aguas donde murieron cientos de animales, como ilus y tsuraks...

Las tribus estaban devastadas no sólo por el desastre y desequilibrio que esto les ocasionaba, sino por las pérdidas y la posible llegada de una guerra para proteger sus hogares.

Las otras tribus decidieron aliarse. Si luchaban separadas no llegarían a nada, pero juntas, apesar de que el fuego fuera un elemento muy peligroso, no les iban a poder detener.

Después de la gran guerra que hubo, los na'vis de las cenizas fueron desterrados y mandados lejos de allí. Tenían prohibido pesar esas tierras de nuevo.

Por eso, al oír lo que dijo el na'vi, Neteyam se tensó, entonces fue rápidamente al asentamiento oara buscar su arco y sus flechas.

Después llamó a un grupo de guerreros.

Aonung había seguido a Neteyam, confundido porque él nunca había oído nada de esa gente, nada más que eran un poco bruscos.

-Teyam, ¿qué está pasando?- Le preguntó

Neteyam le miró.

-Quédate aquí y no te muevas, tienes que vigilar el asentamiento mientras no estoy.

Después de decir esto, Neteyam se subió a su direhorse y empezó a cabalgar con el grupo de cazadores hacia donde habían avistado a aquellos na'vis.

Aonung se quedó allí,  confundido, sin saber muy bien de qué tenía que vigilar el asentamiento. Entonces fue a hablar con Norman, para ver si podía llamar a Lo'ak para contarles a Tsireya y a Lo'ak lo de la propuesta de matrimonio de Neteyam.

Cuando consiguió ponerse en contacto con ellos el primero en hablar fue el pequeño Zoawrey.

-¡Tío Nung!- dijo el pequeño, se notaba en su voz que estaba feliz de que hubiera llamado.

-Hola enano, ¿cómo estás?

-Muy bien, papá me ha llevado hoy a pescar, he atrapado un pez muyyyy grandeee- decía entusiasmado, en verdad el pez era pequeñito, pero desde sus ojos de un niño de dos años, para él era considerablemente grande.

-Eso suena muy divertido, me alegro de que te lo hayas pasado bien Zoa... ¿Qué tal está Keia?

-Pues... Bueno, está un poco agresiva pero mamá dice que es porque aún la están saliendo algunos dientes y la duele la boca... pero yo creo que los tiene todos porque me ha mordido la cola y eso ha dolido mucho -dijo Zoawrey- pero papá la iba a reñir y como no quería que Keia llorase pues dije que me había mordido un pez - obviamente Lo'ak no lo había creído,  pero lo dejó pasar al ver el acro tan noble de su hijo.

Aonung rió levemente ante sus palabras

-Eres un buen chico Zoa, me alegro de ver que sigues cuidando mucho de tu hermana - dijo Aonung sonriendo levemente- ¿me puedes pasar con tu mamá?



La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora