Capítulo 37

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Aonung se dio cuenta de que alguien los escuchaba, así que salió,  al ver que las cosas de Neteyam no estaban, miró alrededor y al ver a Neteyam marcharse, suspiró pasandose una mano por la cara.

-Mierda... - murmuró,  luego de unos segundos decidió seguirlo, cuando llegaron a la playa, se quedó algo lejos sin saber bien cómo enfrentarlo.

Neteyam se abrazaba a si mismo. Hubo un momento dado en el que lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.

Aonung al darse cuenta rápidamente se acercó y se colocó de rodillas enfrente de él.

-Tey... -le miró preocupado, secandole las lágrimas

-¿Ya no me quieres?- preguntó mirandole a los ojos mientras se le salían unas lágrimas.

Aonung le miró abrazandole.

-No te quiero, te amo Neteyam - dijo acurrucandole a él.

-Mientes... dijiste que no me aguantabas  más...

-Amor, no me refería a ti- le miró- me refería a la situación... -dijo abrazandole.

Neteyam le miró aún con lágrimas en los ojos, Aonung le secó las lágrimas mirandole.

-Por favor, Neteyam, no te miento, te amo de verdad, lo siento si te he hecho pensar lo contrario - se sentó mirandole- es solo que estoy demasiado cansado emocionalmente, pero eso no signufica que haya dejado de quererte... He soñado con estar contigo desde el primer segundo que bajaste de tu ikran la primera vez que llegaste aquí... y sigo soñando con lo mismo después de siete años... es patético, por eso Rotxo se ríe de mí a veces... pero lo cierto es que es así... y no me arrepiento de lo que siento - miró a Neteyam y tomó sus manos, luego miró sus muñecas para comprobar que estaban bien, después lo miró de nuevo. - Siento haberte lastimado, no solo físicamente sino mentalmente, no fue mi intención,  solo me dejé llevar por la ira... y lo siento... debí intentar escucharte... pero no lo hice...

Neteyam le miró dejando que revisara sus muñecas.

-Fue mi culpa... hui de la tienda cuando me pediste que no lo hiciera porque debía descansar... - dijo Neteyam

-Fue estúpido de mi parte pedírtelo, ya sé lo aburrido que eso supone para ti, pero solo quería protegerte... - dijo Aonung- No me hago a la idea de tener que vivir sin ti y tenía miedo de que acabara pasándote algo... como anoche... me dejé llevar por el miedo.

Neteyam, se acercó  y le abrazó, Aonung le abrazó también  y apoyó la cabeza en su hombro.

No intercambiaron más palabras, permanecieron ahí sentados, abrazandose, luego se quedaron tumbados en la arena contemplando las estrellas.

Neteyam estaba tomado de la mano de Aonung.

- ¿Vamos a la tienda?- preguntó a Aonung

-Si, que tú necesitas dormir- dijo Neteyam levantándose.

Aonung se levantó tomando en brazos a  Neteyam y le llevó a la tienda.

-Me siento como una princesita. - ríe un poco y Aonung ríe también.

- Y así es como deberías sentirte- dijo y luego acostó a Neteyam.

Aonung se quitó la prenda que llevaba sobre los hombros, después la dejó a un lado y se acostó al lado de Neteyam abrazandolo.

Neteyam le miró y se abrazó  a él como koala. Aonung rió un poco abrazandole.

-Parece que el mono azul ha evolucionado a koala - ríe.

-Bien que te gusta este koala -dijo Neteyam mirandole.

-No lo niego. - sonrió  levemente Aonung y luego lo besó.

Neteyam le siguió el beso acariciando sus hombros. Entonces cuando notó que Aonung deslizaba la mano hacia más abajo de su cintura se separó  y carraspeo todo sonrojado.

-La manita relajada eh- dijo Neteyam, Aonung apartó la mano.

-¿Algún día me dejarás?

-Puede que si,  puede que no... probablemente no, sabes, me gusta caminar y esas cosas... y temo que si eso pasa, me voy a quedar sin poder caminar... así que...

Aonung rió por la sinceridad de Neteyam.

-Así que tienes miedo.

-Puede que sí puede que no, nunca lo sabremos... - dije Neteyam encogiendose de hombros.

-Bueno, todo a su tiempo supongo- dijo Aonung respetando la decisión de Neteyam.

Neteyam asintió levemente y se acomodó  tumbandose encima de Aonung.

Aonung le abrazó acariciando su espalda mientras Neteyam apoyaba la cabeza en su pecho escuchando los latidos del corazón de Aonung.

-Se te ve muy calmado para lo rápido que va tu corazón. - dijo Neteyam y le miró. - Ahora me doy cuenta de que Lo'ak y tú no sois tan diferentes - ríe un poco.

-¿Excuse me?- dijo Aonung riendo- no hay comparación, yo soy más guapo, más listo, tengo mejor gusto... ¿sigo?

Neteyam rió levemente.

-Si tienes algo más que aportar a tu lista si - ríe

-Soy más fuerte, más alto

-Más viejo- dijo Neteyam riéndose.

-Solo tengo un año más- hace puchero

-Para él nosotros seguiremos siendo más viejos, lo mires por donde lo mires - dijo sonriendo acariciando la mejilla de Aonung- pero es cierto que te conservas muy bien eh- ríe levemente.

-Lo sé,  lo sé- dijo mirandole sonriendo de lado. - Te miro y te enamoro- ríe.

-Si si - ríe levemente

-Me vas a decir que no- dijo como pregunta retórica.

-No te lo voy a negar - dijo Neteyam sonriendo levemente. - pero tú te pillaste primero.

-Pero tú más y lo sabes - le miró sonriendo levemente colocando unas trenzas detrás de su oreja.

-Bueno, no creo que podamos medirlo para comprobarlo así que.. - le mira acariciando su pelo- ¿mañana me dejas peinarte unas trenzas? Porfi- le miró

-No sé... es que las trenzas no me gustan mucho...

Neteyam le mira haciendo pucheros.

-Bueno, está bien - dijo Aonung pues no podía decirle que no cuando le miraba con esos ojitos.

Neteyam sonrió feliz y le dio  un beso en la mejilla.

-Gracias - apoyó la cabeza en el hombro de Aonung  y luego tomó una de sus manos entrelazando los dedos.

-Veo que en el fondo las sesiones de peluquería que te hacía Tuk, te gustaban.

- Me gustan más cuando el que tira del pelo soy yo - ríe levemente - no al revés

-Espero no quedarme calvo

Neteyam rió levemente

-Tranquilo que tendré cuidado contigo. - sonríe- no queremos que te vean llorar por tirones en el pelo-ríe

-Oh, que malo eres - dice Aonung mirándole riendo un poco.

Neteyam sonríe  levemente  acurrucandose a él algo cansado.

-Deberías intentar dormir un poco, ayer no dormiste nada - dijo Neteyam.

-Está bien, lo intentaré

La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora