P2. Capítulo 7

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Cuando dijo eso Zilaw, Neteyam dejó las flechas a un lado y le miró a los ojos.

-Si pudiera elegir, una y mil veces le escogería a él. Es lo mejor que me ha pasado y no lo cambiaría por nada del mundo. No me importa lo que opines de él. Si me llego a casar con alguien, será con él. Así que deja lo que sea que intentas hacer, porque no lo vas a conseguir.

Zilaw, le miró en silencio, tenía que ocurrirsele algo que le hiciera daño, algo que atacara desde lo personal.

-¿De verdad lo amas? A alguien a quien amas no le insultas, ni le amenazas con una daga o con la muerte... no sé,  llamame loco, pero creo que tu concepto de amar es erróneo... deberías abrir tu mente, solo lo has conocido a él,  probablemente sea el único que te tiró la caña en su momento y por eso te aferras a él... pero lo cierto es que no sabes ni por qué lo quieres... te empeñas en amarlo porque no has encontrado nada mejor... y porque es el único que consigue aguantar todas tus gilipolleces...

Neteyam se quedó en silencio mirando al suelo.

-Algún día se acabará cansado de ti... de tus berrinches... de tus malas palabras...  de tus cabezonería... no has movido fichas en esta partida de dos... solo él ha ido moviendo los peones hasta que al final, te ha llevado por delante... y sabes qué... que es muy consciente de que sin él, tú no eres nada, por eso ha vuelto... para salvarte el culo, porque eres un inútil. Te ve como alguien tan dependiente que ni aún enfadado es capaz de abandonarte por miedo a que la cagues...

Neteyam agachó las orejas en silencio, en su cabeza había una mezcla de pensamientos contradictorios, unos que le decían que no lo escuchara y otros que empezaban a creerse todas sus palabras.

-Callate... - murmuró Neteyam intentando no escucharle- no creo nada de lo que dices... él no piensa eso...

-Eres un estorbo para él, nada más... se nota a kilómetros

Neteyam recordó la vez que fue a buscarle a la tienda y le escuchó decir que ya no lo aguantaba. Neteyam cerró  los ojos aguantando las ganas de llorar y se tapó  los oídos  con las manos.

-No, para, para ya, no es verdad, no lo es- decía intentando no llorar.

-No evites la verdad Neteyam... huir no te va a salvar esta vez... asumelo, asume que no te ama, y que nunca lo ha hecho...

-Si no me amara no habría venido aquí- murmuró Neteyam

-Solo quería una vía de escape de su hogar y eso fuiste tú,  su excusa perfecta para escapar de preocupaciones...

-No... él no...

-Neteyam... ¿ya te has olvidado de todo lo  que ha hecho?¿ Cuántas veces habéis discutido y has acabado llorando por las noches? ¿Cuántos años paseste solo, llevando la carga de un clan, y sin nada a lo que aferrarte? Te dejó solo cuando más lo necesitabas... nunca le importaste de verdad.

Por las mejillas de Neteyam rodaron unas lágrimas,  por mucho que intentara creer que todo eso era mentira, le seguía doliendo, mucho.

-¿si te quiere tanto por qué te ha alejado? ¿Por qué te trata borde pero luego te defiende como si fuera solo suyo? Un objeto más que colecciona en su vitrina... eso es lo que eres para él... Yo no soy el malo Neteyam... él lo es... te abandona cuando quiere porque sabe que cuando vuelva le seguirás esperando con los brazos abiertos...

Neteyam empezó a llorar en silencio,  se sentía como una mierda, nunca pensaba que unas palabras pudieran doler tanto y afectar tanto.

-¿Duele, quema? Si verdad... eso es lo que quiere... quiere tenerte bien atado a él para cuando necesite un mínimo de cariño, para cuando se aburra y necesite diversión... solo eres un pequeño objeto de usar y tirar... y lo peor es que te tiene tan cegado que no te das cuenta...

Neteyam no pudo soportarlo más,  se levantó  y salió de allí  llorando, mandó a otro a que lo sustituyera y él se fue a su tienda llorando.

Zilaw había conseguido lo que quería... Había entrado en la cabeza de Neteyam, lo había hundido desde dentro... había desmoronado las paredes de los muros que Neteyam quería imponer entre ellos... el ataque a la tribu ya sería más fácil porque Neteyam no estaba para tomar decisiones.

Neteyam estaba hundido en su propia tristeza. Estaba roto por dentro, le dolía el corazón más que nunca, porque no podía evitar pensar que todos sus sentimientos habían sido una mentira, todo lo que sentía por Aonung se estaba cayendo a pedazos por el dolor que le suponía pensar que Aonung todo el tiempo lo estaba usando y ni si quiera lo amaba.

Aunque no fuese cierto, él se lo terminó  creyendo. Lloró toda la noche hasta que parecía que se iba a quedar sin agua en el cuerpo de tantas lágrimas que derramaba.

Al final se quedó dormido por el cansancio debido a tanta preocupación.

Aonung fue a cumplir su turno con los intrusos, pero el que estaba allí le contó que Neteyam se había ido llorando, así que Aonung fue a ver que tal estaba Neteyam para saber que estaba pasando.

Al ver a Neteyam dormido pero con los ojos algo inchados por llorar, se preocupa un poco. Se acercó a él  y se acostó a su lado y la abrazó acurrucandole a él, quería protegerlo del mundo a toda costa. Verle mal no le gustaba, de hecho le dolía verlo así.

Por muy enfadado que estuviese, jamás querría verlo tan roto.

Aonung se quedó al lado de Neteyam abrazandolo, no se iba a mover de allí hasta que se despertara.

La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora