P2. Capítulo 21

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Neteyam, cuando pasaban cerca del asentamiento, tomó su arco apuntando con una flecha, desde allí  disparó  a unos cuantos de los enemigos, pero al ver a su hermano pequeño en peligro, mandó al ikran descender y antes de llegar al suelo, saltó encima de uno de los enemigos tirándole al suelo.

Neteyam le clavó una de las flechas en el cuello.

Lo'ak en ese momento aprovechó para tirar al otro al suelo.

Neteyam lo sujetó antes de que pudiera levantarse y Lo'ak lo terminó de matar.

Los animales que seguían a Neteyam, al ver a los na'vis responsables del incendio, no dudaron ni un segundo en soltar el agua y tirarse a atacar a modo de venganza por destruirles sus hogares y matar a sus compañeros.

Neteyam y Lo'ak lucharon mano a mano. Pero Neteyam cada vez estaba más exhausto, su abdomen le dolía  por la herida y la venda estaba manchada de sangre... no solo eso, sino los múltiples cortes que ya tenía.

"Solo un poco más Neteyam, aguanta, no queda mucho, se fuerte" se decía a si mismo intentando mantenerse en forma para seguir peleando, pero sus piernas cada vez parecían pesarle más, sus manos parecían no resistir un agarre lo suficientemente fuerte como para enderezar el arco.

Lo'ak, dándose cuenta del estado de su hermano, justo después de deshacerse del último enemigo que los rodeaba, se acercó a su hermano y lo cargó  sobre sus hombros y le sacó de allí lo más rápido posible.

Aonung les vió irse, miró a Jake y luego siguió luchando porque no le quedó  otra opción.

Cuando por fin consiguieron derrotar a los enemigos, todos los omatikaya que seguían en pie, contemplaban el bosque  consumiendose en las llamas, mientras que Neteyam luchaba por mantenerse consciente, pero está vez ya había cumplido su cometido, ya había hecho todo lo que había podido.

Quizás había llegado su hora. Pero él se aferraba a la vida con la poca fuerza que le quedaba.

Lo'ak le había cambiado las vendas con la esperanza de que eso ayudará, pero sabía que el veneno de una flecha podía  paralizar un corazón en cuestión de segundos, de hecho estaba sorprendido por ver que su hermano había aguantado tanto tiempo... pero sabía que Eywa ya había intermedio por él muchas veces y no creía que de etsa lo fuera a rescatar también.

Los omatikaya se reunieron alrededor de donde Neteyam se encontraba recostado, detrás  lo hicieron los thanators, viperlobos, etc.

Todos guardaban silencio. Aonung se abrió  paso y se acercó a Neteyam tomándolo entre sus brazos mientras todavía siguiese consciente.

-Estoy aquí Neteyam, mírame- dijo tomandole de la mejilla- por favor, no cierres los ojos, mírame, vamos a salir de esta... - dijo haciendo que lo mirara

Neteyam le miró a los ojos tomando aire con dificultad, como pudo se agarró a su mano.

Aonung tomó su mano mirandole y le acurrucó a él.

-Ya está Neteyam, ya ha terminado todo, vas a estar bien - dijo más bien autoconvenciendose a él.

Neteyam respiraba despacio ejerciendo un gran esfuerzo para poder hacerlo. Se mantenía despierto concentrándose en las palabras de Aonung, miraba todos lados, algo perdido, veía todo borroso.

Lo'ak se colocó de rodillas al lado de su hermano y tomó su otra mano.

-Vamos Neteyam, tú puedes, eres fuerte,  yo sé que puedes - dijo Lo'ak mirando a su hermano, muy preocupado- Vamos, te necesito conmigo Neteyam, necesito tus consejos y broncas por llamada, por favor, sea lo que sea que Eywa te pida, mantente con nosotros solo un poco más.  Neteyam, por favor, no te rindas ahora, ya hemos ganado,  pero si te perdemos a ti entonces lo perdemos todo, aguanta- pidió Lo'ak casi rogando colocando la mano de su hermano mayor sobre su pecho- Vamos Neteyam, estamos contigo, tú puedes, solo haz un último esfuerzo.

Jake se acercó a su hijo mayor y se arrodilló a su lado.

-Neteyam... estoy orgulloso de ti - dijo mirando a su hijo, temiendo que esa fuera la última vez que pudiera hablar con él. - Lo has hecho muy bien hijo, lo estás haciendo muy bien. Eres un gran guerrero

Neteyam miró a su padre unos segundos haciendo un esfuerzo por hablar.

-Padre... - murmuró y luego dejó de hablar tomando aire, cada vez sentía  como le costaba más moverse, como tomar aire se convertía en una tarea casi imposible. Miró a su padre, desesperado porque sabía que todo se estaba acabando- Quiero ir a casa- dijo Neteyam aferrándose a la mano de Aonung y a la de Lo'ak, no estaba listo para morir, no ahora.

Jake miró a su hijo a los ojos apretando la mandíbula intentando guardarse para sí las lágrimas ante el miedo de perder a su hijo.

-Lo sé cielo, lo sé- dijo Jake acariciando el pelo de su hijo - volveremos a casa, te lo prometo, solo aguanta un poco más...

Neteyam miró a su hermano y luego a Aonung, estaba empezando a hiperventilar por que ya apenas le llegaba el aire a los pulmones, le costaba muchísimo respirar y no entraba la suficiente cantidad.

Aonung miró a Neteyam a los ojos.

-No tengas miedo... yo estoy aquí- dijo intentando calmar a Neteyam aguantando las ganas de llorar también.

A Neteyam cada vez le pesaban más  los párpados.  Hasta que al final... sus ojos no volvieron a abrirse, su respiración cesó y sus manos soltaron su agarre.

Se había rendido, no podía luchar más contra lo inevitable. Todo estaba oscuro para él.  Quizás esto era un adiós o quizás solo un susto... Pero en ese momento, todos los omatikaya, se colocaron de rodillas y empezaron a rezar, los animales también se inclinaron haciendo una pequeña reverencia.

Aonung se aferraba al cuerpo de Neteyam llorando en silencio,  cerrando los ojos con fuerza, pidiendo a Eywa que lo ayudara una última vez.

La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora