Capítulo 21

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Quaritch se estaba cansado de esperar, así que decidió ir a por Aonung, al cuál le sacó arrastras por la trenza hacia fuera de la base donde estaban todos los avatares armados.

Lo colocó de rodillas, le colocó esposas en pies y manos para que no se pudiera mover, luego le sujetó  del hombro y con una pistola apuntó a su cabeza.

Sabía que los na'vis no podían estar demasiado lejos ya.

-Neteyam Sully, tengo aquí a tu querido amiguito... Te daré una hora para que aparezcas aquí antes de que le dispare volando sus sesos por los aires. Más vale que estés solo o dispararé de todas formas... ahora tú decides Sully... Él o Tú  - dijo en voz alta para que pudieran escucharlo.

Neteyam no estaba demasiado lejos así que pudo oír lo que decía,  cuando escuchó  lo de amiguito, ya sólo con pensar que tenía a Aonung, se enfadó como nunca antes lo había hecho, apretó los puños con fuerza.

No pensaba en ese instante en lo que hacía,  sólo se guió por su instinto. Tomó  su arco del suelo y se dispuso a ir, pero entonces su padre lo detuvo agarrandole del brazo

-No Neteyam, te disparará a ti si vas...- dijo Jake, entonces su hijo le miró serio soltandose.

-Señor, no pienso dejar que mate a Aonung, prefiero morir yo antes de que le pase nada a él... - miró a su padre a los ojos- Yo no soy como tú, no soy guerrero para huir de las necesidades de mi pueblo y mucho menos de mi familia.  Aonung es mi novio y no lo voy a dejar allí tirado. Te guste o no te guste, no pienso quedarme aquí parado, no voy a esperar a que Eywa oiga mis plegarias porque sé que no lo va a hacer. Me toca a mi luchar por los que amo. Tiene a Lo'ak y a Aonung, Tiene a mi pueblo. No soy Olo'eyktan para quedarme de brazos cruzados y ver como ellos sufren sin hacer nada al respecto. De Aquí salimos todos o no sale ninguno. - dijo Neteyam decidido, luego miró al resto de na'vis- iré yo sólo,  cuando dé la señal ya sabéis lo que tenéis que hacer.

Neteyam miró a su padre una última vez antes de disponerse a salir de los arbustos. Jake por su parte seguía incrédulo, jamás su hijo se había negado a hacer algo de lo que él le pedía.

Lo'ak por su parte,  junto al resto de Na'vis estaban intentando abrir la puerta.

-Vamos, todos juntos, más fuerte- se tiraron todos contra la puerta con la intención de tirarla abajo, pero lo único que consiguieron fue hacerse más daño.

Aún así no se rindieron, siguieron intentandolo. Todavía no habían dicho su última palabra a los hombres del cielo, querían venganza.

Quaritch sujetaba a Aonung, esperando a que Neteyam apareciera. Aonung por su parte rezaba a Eywa en murmullos para que le ayudara a salir de allí y que Neteyam no apareciera, porque sabía que esta vez lo matarían.

Quaritch le tiró de la trenza.

-¿Quieres callarte ya? Me estás poniendo de los nervios - le dijo molesto, entonces Aonung le miró mal y le escupió

-Tírame de nuevo de la trenza y te arranco la mano de un mordisco- dijo molesto- Skxawng, eso es lo que eres.

-Te recuerdo que yo tengo el arma aquí- dijo Quaritch, entonces Aonung le imitó  con una voz chillona.

-Te recuerdo que yo soy el que tiene un novio con las flechas que tanto te gustan- dijo mirandole con desdén. Entonces Quaritch sonrío cuando dijo la palabra novio.

-Gracias por tal dato, ahora ya podré matarte ante sus ojos, así le haré más daño- dijo satisfecho, ahora sabía que si no mataba a Neteyam al menos lo podría hacer sufrir por el resto de sus días.  - disfruta del tiempo que te queda antes de que te vuele la cabeza.

Aonung le miró palideciendose, ahora estaba asustado de verdad, solo rezaba a Eywa para que Neteyam le sacara de allí... Ya no podía seguir intentando ser fuerte ... porque... ¿Quien no le tiene miedo a la muerte?

Neteyam se acercó a los arbustos para salir, entonces miró el cielo, ya en seguida se produciría el eclipse y se haría de noche, entonces los viperlobos saldrían a cazar. Debía darse prisa para que nadie corriese más riesgo del que deberían.

-Vamos Neteyam, tú puedes- dijo en un murmuro intentando ser valiente, animándose así mismo.

Miró entre los arbustos viendo a Quaritch con Aonung, al ver todos los avatares supo que ese iba a ser su final, ya no podía esperar otro destino que no fuera una muerte segura.

Miró al cielo y cerró los ojos, luego tomó aire, los abrió  y cuando estaba apunto de disponerse a salir, se detuvo. En su cabeza surgió una nueva estrategia... Sabía que Quaritch no le estaba esperando solo para matarlo, recordó el día en que sus hermanos habían sido atrapados por Quaritch en el barrancón, y como su madre y su padre salvaron a sus hermanos.

Miró sus flechas, ya sabía que era lo que más miedo le daba a Quaritch, su madre esta vez no estaba allí para amenazarlo  con las flechas, pero ahora estaba él. Le iba a demostrar que él también debía de ser temido.

Miró el árbol a su lado y luego recordó  cuando Aonung le llamó mono, quizás el complejo de mano, ese que decía Aonung, le iba a resultar útil por una vez en su vida.

Se subió  por detrás  del árbol, allí  empuñó el arco, pero supo que si disparaba y fallaba, mataría a Aonung, así que, decidió dejar las flechas y el arco a un lado, tomó  uno de los frutos del árbol.

Tenía que buscar una forma de llegar hasta Quaritch sin que los solados lo detectasen.  ¿Pero cómo se suponía que lo haría?

Al ver el color del fruto supo a qué tenía que esperar, sonrió para sí... quizás que hubiera viperlobos por allí no era tan malo una noche como esta.

La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora