P3. Capítulo 2

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Neteyam tomó algunas de las telas rotas que había por ahí y se cubrió con ellas para no pasar frío.  Entonces llamó a su ikran, pero este no apareció.  Tuvo que subirse al thanator y empezaron su rumbo fuera de allí hacia el arrecife o al menos hasta la costa a ver si conseguía encontrar a alguien que le pudiera llevar con los metkayina.

Hicieron varias paradas para conseguir algo que comer.

Mientras tanto Lo'ak y Tsireya encontraron un sitio donde poder asentar la tribu de forma que estuviera más protegida del invierno desolador.

Cuando volvieron a la costa, dieron la orden de levantar las tiendas para llevarlas fuera de allí.

Aonung, ayudó a Lo'ak con las tiendas y Tsireya llevó a los niños al nuevo asentamiento.

Después de un largo día habían conseguido asentarse todos en un sitio con temperaturas un poco más soportables.

Aonung estaba colocando las cosas en la tienda con la ayuda de Ikeym. Ikeym había sacado de una de las bolsas uno de los collares de Neteyam, entonces miró a su padre.

-Papá ¿de quién es esto?

Aonung miró a Ikeym y luego miró el collar en silencio durante unos instantes, después  miró a otro lado.

-Deja eso donde estaba Ikeym

El pequeño miró a su padre en silencio y luego guardó el collar de nuevo en la bolsa.

Aonung suspiró  levemente pasandose una mano por la cara, luego miró a su hijo.

-Lo siento peque... es que es un tema un poco delicado...

-Está bien papá- dijo Ikeym mirando a su padre.

Mientras tanto, Neteyam se encontraba todavía en camino, estaba tiritando por el frío pero no podía parar porque si lo hacían sería peor más tarde cuando la nieve estuviera acumulada.

-Joder... no siento ni las pestañas - dijo para sí  murmurando. - espero que encontremos a alguien pronto ...

Después de un rato caminando por el bosque, el thanator calló al suelo, estaba exhausto y el frío no ayudaba.

Neteyam bajó al suelo, se quitó las mantas y se las puso por encima al thanator.

-Iré a buscar algo para hacer una hoguera... tú espera aquí- dijo yendo a buscar ramas lo más secas posibles.

Neteyam fue a buscar ramas, estaba tiritando de frío y apenas sentía las manos o cualquier otra parte del cuerpo.

Tomó una pila de ramas y se dispuso a volver con el thanator, pero, debido al barro que había,  piso mal, resbalandose y se cayó al suelo dándose en la cabeza quedando inconsciente.

Por suerte, el thanatoe fue a buscarle, y al encontrarle así,  le subió encima suyo y volvió a empezar a caminar buscando algún sitio oara resguardarse.

Por el camino se encontraron con unos na'vis de cuya tribu nunca sabremos, al ver a Neteyam, lo llevaron a una de sus tiendas y lo arroparon.

La thasik se acercó a él  para curar su herida en la cabeza y luego le dejaron reposar al lado de la hoguera oara recuperará el calor.

Los na' vis al ver que era un omatikaya, decidieron enviar un mensajero a que avisara a Aonung de lo que habían encontrado.

Mientras, Neteyam estaba empezando a recuperar la consciencia, miró a su alrededor aturdido y con dolor de cabeza.

La thasik le miró al notar que se movía.

-Sssh, quieto niño, que te vas a volver a abrir la herida en la cabeza de tanto meneo. - dijo la tsahik mirando a Neteyam. Al lado de la tsahik había  una chica de tez blanca como la nieve y ojos azul cristalino, junto con un cabello largo, liso y blanco. Neteyam la miró por unos segundos y ella le sonrió,  entonces él miró a la tsahik.

-¿Dónde está el palulukan?

-Tranquilo chico, está en buenas manos, también él necesita descansar - dijo mirando a Neteyam - hemos enviado a un mensajero a que avise a los tuyos,  en unos días estarán aquí.

Cuando dijo eso, Neteyam se levantó de golpe.

-¿Se refiere a Aonung?

-Mmm... si, ese es tu olo'eyktan... así que sí

-¿Mi qué? No, yo soy el olo'eyktan - dijo confundido.

Entonces la chica y la tsahik se miraron entre ellas unos segundos y luego miraron a Neteyam.

-¿Cómo te llamas chico?- preguntó la Tsahik

-Soy Neteyam te Sully- dijo mirandolas

Ellas se miraron de reojo sorprendidas.

-Eso es imposible chico, Neteyam lleva cuatro años muerto

-¡¿Cuatro qué?!- dijo quedándose con la boca abierta por la sorpresa.

-Él murió en la batalla con los na'vis de las cenizas, todo el mundo lo sabe

-Eso es imposible, yo estoy muy vivo, mire - dijo tocandose  el cuerpo a si mismo- eso es imposible, cuatro años es demasiado...

- Esto es un milagro - dijo la tsahik- esto hay que celebrarlo - salió a avisar al resto.

Neteyam estaba muy confundido y aturdido por toda la información que acababa de recibir.

-¿Cuatro años? Normal que se hayan olvidado de mi... - dijo Neteyam ahora entendiendo mejor la situación. Después se levantó y se estiró un poco. La chica se le quedó mirando detenidamente.

Neteyam se dio cuenta de la mirada que le echó pero no dijo nada al respecto. Entonces salió de la tienda pero al sentir el frío recorrer su cuerpo de nuevo, volvió a entrar.

-Uff, eywa, que frío- dijo soplandose  las manos para entrar en calor.

Neteyam miró a la chica.

-¿A cuánto queda de aquí el asentamiento de los metkayina?

-A pie queda un trecho, pero tienes que quedarte aquí,  ellos vendrán a buscarte

-No lo entiendes, no puedo esperar, lleva cuatro años pensando que estoy muerto... - se queda pensando  y la mira-  ¿tienes mantas?

-Si...- le da unas cuantas telas- pero debes quedarte y esperar un poco, no tardarán mucho.

-Está bien, está bien.... - dijo no muy convencido. - ¿Qué más sabes de ellos?

-No sé nada más,  solo ese detalle porque corrió por los cuatro vientos la noticia de tu... bueno, tu supuesto fallecimiento... dicen que Aonung estaba destrozado y en la última reunión de las tribus hace dos años se veía que había perdido un poco, ya sabes, físico y tal, o al menos eso dicen mis fuentes.

La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora