P2. Capítulo 3

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Zoawrey cuando dijo eso su tío, fue a buscar a su madre y la dijo que se pusiera al teléfono. Después  fue corriendo hacia donde estaba su padre, el cual al verle venir, le tomó  en brazos levantandole del suelo y salió con él de la tienda para llevarlo a jugar a la playa.

Tsireya se puso al otro lado de la línea y contesto a su hermano.

-Hola Aonung - dijo Tsireya que tenía en brazos a Keia que estaba medio dormida.

-Buenos días - dijo Aonung- tengo buenas noticias

-Dime, ¿Qué sucedió?

-Neteyam me ha propuesto matrimonio - dijo feliz

Tsireya al escuchar eso se tapo la boca con una mano para no gritar y despertar a su hija, luego sonrió  felizmente.

-Eso es genial, y dijiste que sí,  ¿no?

-Obviamente, ¿por quién me tomas?- dijo Aonung

-¿Cuándo vais a casaros?

-No lo sé,  apenas hemos podido hablar de ello, se ha tenido que ir poco después... es que vino un tío diciendo que si había visto unos na'vis de las cenizas ... creo que algo no va bien, Neteyam estaba algo tenso y me dijo que me quedara aquí vigilando mientras él se iba.

Cuando Tsireya escuchó lo de los na'vis, se tensó un poco.

-¿Esos na'vis están en el bosque?

-Ahora mismo no sé, pero antes dijeron que estaban por las afueras, aunque eso ya es territorio de los omatikaya.

-Vale... espera un momento, no cuelgues- Tsireya fue a buscar a Lo'ak, ya que él era el olo'eyktan ahora.

Lo'ak en ese momento estaba con Zoawrey en el agua, enseñándole a nadar, pues la anatomía de Zoawrey era la de un omatikaya y no la de un metkayina, así que le iba a costar más nadar.

Lo'ak, al ver a Tsireya apresurarse, tomó a Zoawrey en brazos y salió del agua.

-¿Está todo bien ?- preguntó

-Aonung dice que han avistado na'vis de las cenizas en las afueras del bosque...

Lo'ak al oír eso alzó las cejas, luego fue a la tienda para hablar con Aonung, posó a Zoawrey en el suelo.

-¿Aonung?- preguntó Lo'ak

-Si, estoy aquí.

-¿Está Neteyam?

-No, se ha marchado hace un rato, ¿Por qué?

-Cuando vuelva necesito que me llame, si han avistado allí na'vis de las cenizas es muy probable que estén buscando algo allí..es probable que ataquen, así  que dile que me llame de inmediato para confirmarlo, porque si es así iré con nuestros mejores guerreros, es mejor pararles los pies ahora, que no lamentarlo más tarde

-Está bien... - dijo Aonung ahora empezando a preocuparse por Neteyam

-Escuchame, ni se te ocurra ir a buscarlo, que nos conocemos ya, quédate ahí quieto como él  te ha dicho y vigila el asentamiento

-Tarde- le cuelga y Aonung va a buscar a su direhorse, luego se sube en este y va cabalgando por el camino que tomaron Neteyam y los demás.

Lo'ak frunció el ceño y se pasó  una mano por el rostro, suspirando.

-Lo sabía... no sé para que digo yo nada- dijo negando levemente y luego miró a Tsireya que estaba en la entrada de la tienda.

Tsireya le miró preocupada.

-¿Y si vienen aquí también..? Si ya están allí,  es posible que venga a atacarnos aquí también... - dijo preocupada, sobretodo  por los niños que eran muy pequeños

-Dudo que se separen - dijo intentando tranquilizarla- si atacan primero irán a por los del bosque... saben que si ganan a los del bosque,  va a ser más fácil derrotarnos a nosotros... - dijo y luego se acercó a Tsireya y las abrazó a Keia y a Ella acurrucandolas a él. - Todo va a estar bien... estoy seguro que Neteyam lo arreglará... y si hace falta iremos mi padre y yo a ayudarlos... esta guerra nos pilla lejos... así que no te preocupes... lo más probable es que no vengan aquí...

Tsireya no dijo nada, solo apoyó la cabeza en el pecho de Lo'ak, en silencio.

Zoawrey que se había ido a jugar, volvió a la tienda al verles abrazandose.

-Yo también quiero- dijo Zoawrey

Lo'ak miró al pequeño y sonrió  levemente  tomandole en brazos uniéndole al abrazo.

Mientras tanto Neteyam ya había  encontrado a los na'vis de las cenizas, se habían colocado rodeandolos.

Neteyam les miró serio, sin bajarse del direhorse.

-¿Qué haceis en estas tierras? Aquí no sois bienvenidos- dijo mirandoles.

-¿Y este crío es el olo'eyktan?- ríe una- yo que pensaba que seguía el viejo ese, bueno, prefiero este, está más bueno.

-Pierde un poco con las cicatrices la verdad- comentó otro de forma arrogante.

Neteyam que pasaba de escuchar sus bromas, sacó el arco y colocó  una flecha apuntandoles.

-¡Silencio!- dijo serio- una palabra más y os mato aquí mismo

-y encima gruñón,  puf, estará bueno, pero todo lo que tiene en físico lo pierde con la personalidad - dijo la primera rodando  los ojos.

Neteyam como amenaza lanzó una flecha justo pasando al lado de la cara de la chica, clavandose en un árbol.

-Una palabra más y os incrusto a cada uno una flecha en la cabeza.

Los na'vis de las cenizas se quedaron en silencio, mirándose entre ellos.

Aonung llegó  poco después y se acercó a donde estaba Neteyam. Neteyam al verlo de reojo frunció el ceño, pero no dijo nada en ese momento porque no iba a ponerse a discutir delante de los intrusos.

Una de las na'vis que había hablado la primera,  se llamaba Lewkxa. Al ver a Aonung, se extrañó.

-Osea que los metkayina si pueden estar aquí pero nosotros no, racista.

-Él es omatikaya- dijo Neteyam serio- y está aquí porque a mi me sale de los huevos, no tengo porque daros explicaciones,  vosotros sois los intrusos, no Él. Y más vale que salgáis de aquí o llamaré al thanator y disfrutaré viendo como como os mata uno por uno, ¿entendido?

Lewkxa le miró a los ojos y alzó las cejas.

-Aparte de borde, prepotente, con lo bien que entrabas por los ojos, eh

Aonung la miró mal.

-más te vale no hablar así de mi esposo.

Neteyam al oír lo que dijo, le miró  mal y le hizo un gesto para cerrara la boca de una vez o se la cerraba él a puñetazos.

Aonung le miró y se cruzó de brazos indignado.

La Ira Del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora