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Evan se encuentra sentado en la silla de la sala de espera de la prefectura, se habían echo responsables y había abonado efectivamente la multa por los ruidos en el catamarán y por todos los cargos a los cuáles se los habían adjudicado.

Tiene un vaso de polipapel en la mano y el mismo se encuentra lleno de agua y sin beber.

—Evan.— Logan lo llama.

Pero no tienen respuesta.

Sólo está reviviendo el mismo momento una y otra vez en su cabeza.

Los demás invitados de la fiesta seguían diciendo que había sido la mejor en toda su existencia, incluído el hecho de que la prefectura llegará a la misma para terminarla.

Pero las cosas no habían sido tan divertidas y emocionantes para ninguno de los tres hermanos...

Todo se había vuelto un disparate cuándo Emma no estaba allí como ellos esperaban.

Los primero que habían echo era cuando el catamarán llego al puerto era nada más y nada menos que buscar por todos lados a la rubia, pero cuando la misma no aparecía y todas las personas bajaban del mismo la situación en sus rostros se ponía cada vez peor.

Ray seguía esperanzado que ella estuviera con Jay, que cuándo no hubiera ni una sola persona más en el barco, ella aparecería, pero efectivamente cuándo eso sucedió, Emma no estaba, y lo peor de todo es que Jay tampoco.

Y a cada persona que se le preguntaba no tenía idea de dónde es que ellos se podían encontrar, asegurando que no los habían visto.

Incluso el oficial de prefectura que estuvo con ellos durante todo el viaje había insistido en que eran solamente 67 personas, ni más ni menos, y para los chicos en la lista había 69.

Porque ellos mismos habían sido los que habían organizado aquella fiesta y escrito nombre por nombre de los invitados por más que algunos solo fueran conocidos de conocidos.

Ray había exigido que se les pidiera documentación, nombre y apellido a cada uno de ellos a medida que iban bajando del catamarán para poder corroborar efectivamente que estaban anotados en la lista y qué habría dos personas que por más que estuvieran mencionadas en la lista, no estában físicamente allí.

Ray estaba desesperado, molesto con los oficiales, los mismos les hablaban de manera despectiva, recalcando a todo momento que lo que habían echo con aquella fiesta estaba específicamente mal, queriendo no creer lo que ellos estaban diciendo para desmerecer su preocupación.

—¡Evan!— Insiste en llamarlo una vez más frunciendo su entrecejo.

El aludido levanta la cabeza. —¿Uhm?— Murmura.

—¿Estarás bien acá?— Logan pregunta ante lo callado que se encuentra Evan.

Era el único que estaba completamente sin habla luego de darse cuenta de que Emma no se encontraba en el catamarán como ellos esperaban, y menos que menos que tampoco se encontraba con su mejor amigo.

Algo que comenzó a desesperar a todos porque era prácticamente imposible que se hubieran esfumado en el medio de la nada, pero por sobre todas las cosas a los tres hermanos Sunnin, que no podían asimilar cómo es que ellos dos no estában dentro de mismo junto a los demás.

—Si.— Sisea ronco mirando el reflejo de Ray detrás del vidrio.

Ray se encuentra a los gritos con prefectura, intentando hablar y de alguna manera queriendo exigir, por sobre todas las cosas, que se pusieran inmediatamente en búsqueda de ellos dos.

Que a ninguno de los tres les importaba de ninguna manera los protocolos que hubiera que cumplir, y menos que menos, los tiempos para los permisos que tuvieran que conseguir para poder iniciar esa búsqueda de manera inmediata, también dejando más que en claro por supuesto, que el dinero no sería un impedimento y que ellos estarían más que dispuestos a dejar una gran suma si es que agilizaban su trabajo.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora