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—En serio lo logramos.— Suspira parpadeando y volviendo a mirar a su alrededor.

Jay sonríe, la observa completamente divertido y orgulloso de todo lo que ella había podido lograr.

—Sabía que podías hacerlo, solamente necesitabas un empujoncito pero para arriba.— Admite con un guiño de ojo.

Emma, a diferencia de él, coloca sus ojos en blanco y niega con la cabeza, mientras que chasquea la lengua suspirando. —No es necesario que me tirés rosas y flores porque sé perfectamente que soy una patosa terrible, y que por mi culpa tuvimos que hacer todo ese esfuerzo de salir de ese agujero.— Murmura recordando el momento exacto en el que la bilis subia por su cuerpo mientras que caía.

De solo pensarlo le genera una cantidad innecesaria de escalofríos alrededor de todo su cuerpo.

No podía creer que estuviera pasando por eso.

—La idea no es que siempre estés tirando en contra tuyo, miss universo.— La regaña frunciendo sus labios.

Emma sube sus manos al modo de disculpas, acepta uno de los plátanos que él le está acercando, habían podido guardar una gran cantidad en la mochila y eso sería más que suficiente para el día y la noche de hoy.

Espera poder conseguir algo de pescados que se pudieran ingerir, siempre y cuándo pudiera darse maña para volver a prender el fuego y evitar que el mismo se consuma por completo.

Siendo lo primero que quería hacer y lo que más tenía en su mente al llegar a la carpa, sin importarle el hecho de que su ropa estuviera completamente mojada y se fuera a resfriar.

Sólo pensaba en poder encender el fuego, y luego, en poder conseguir algo de comida para los dos que no fuera a base de frutas, que les diera un poco más de fuerza y de calor por el clima que estan teniendo, gracias al temporal que se esta desatando en la isla.

—Creo que eso todavía es un poco imposible... Al menos conseguimos algo de comida, que ese era mí propósito principal, a pesar de qué no salió del todo bien.— Bromea dándole un mordisco a aquel plátano.

Jay sonríe, es completamente gratificante verla a ella sonreír, al mismo tiempo que tiene que admitir que su sonrisa es completamente contagiosa.

Y habiendo pasado por todo lo que habían pasado durante estas últimas horas, creía que se merecían de poder sonreír un poco y distenderse.

—Símplemente tenías que mirar para arriba y no hacía falta que te internaras en el bosque.— Bromea.

No quería ser del todo duro con ella porque ya sabía cómo es que se ponía ante un reto de tal magnitud...

Espera  de todo corazón no tener que volver a verla llorar, eso era algo con lo que no podía luchar y se desarmaba por completo ante dicha imagen, menos sabiendo que él era el culpable de aquellas lágrimas...

—Bueno creo que ya me quedó claro.— Murmura a regañadientes.

Él suspira abriendo sus ojos por demás y que consume su tercera banana. —La próxima no dudes en despertarme.— Exclama cansado.

Emma suspira de igual manera y asiente con la cabeza estando de muy mal humor ante el hecho de que la sigue tratando cómo si fuera una niña.

—¡Te digo que ya me quedó claro y por más que estés durmiendo te voy a despertar, aúnque, esto no hubiera sucedido si vos me hubieras llevado a la expedición que hiciste apenas llegamos a esta isla de porquería!— Se queja y coloca ambos brazos a los lados de sus cabezas en forma de jarra.

Jay suelta una carcajada completamente ronca al no poder creer qué todavía siga con la discusión.

—¡Si no te lleve a recorrer el lugar es porque no tenía idea de los peligros que podían aventar en el mismo!— Comenta de manera obvia.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora