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¿Sabes qué es demasiado obvio que quieras hacer una intervención en mi cabeza, no?— Evan se ríe colocando sus ojos en blanco.

Jay no hace más que poner la misma mueca en su rostro.

Acuna a la hermana de uno de sus mejores amigos entre sus brazos, al saber qué Evan no quería hacer lo que él esta haciendo.

—No estoy haciendo ninguna intervención, Evan, solamente los estoy ayudando y creo que sos lo suficientemente inteligente cómo para darte cuenta de que no estoy mintiendo.— Se justifica suspirando.

Era una carga, constante, tener que estar teniéndole que demostrar todo el tiempo a su amigo que él no quería darle una lección de vida respecto a cómo se comportaba con su hermana pequeña, en definitiva, tampoco, era su trabajo y él no se iba a poner en contra a su mejor amigo, si es que todavía seguía resentido con la vida, y no se daba cuenta de lo que de verdad se estaba perdiendo, el día de mañana cuándo Evan se diera cuenta de lo que estaba sucediendo y de cómo había dejado pasar el tiempo probablemente él, también, seguiría estando a su lado.

Tan solo para sonreírle y darle una palmada en su hombro para que no se deje caer y que piense en el futuro y en el tiempo que puede llegar a recuperar.

—¿Y por que estás con ella acá?— Se queja y la mira con odio.

Llegando al punto de convertirse en una persona totalmente irritable, una persona que no le gusta a él mismo ser.

—Ray se está bañando y tu papá está trabajando, mientras que Logan tiene turno en la facultad... Así que supongo que vos no vas a querer estar cuidandola.— Sonríe cínico mientras que le señala a la bebe.

Evan carraspea y va a la cocina por algo de beber, en el interin le da una mirada de rechazo.

—No es mi problema.— Sonríe cínico sacando algunos emparedados, que ya estaban armados para ponerlos en la tostadora y ofrecerle también a su mejor amigo.

Jay sonríe perspicaz. —Me imaginé que ibas a responder eso.— Bromea colocando los ojos en blanco.

Evan aprieta sus labios y niega con la cabeza, mientras qué sigue concentrado en la tostadora.

—¡No vas a lograr que me acerqué a ella!— Se queja mordiendo su labio inferior.

Mostrando realmente una parte de él mismo que creyó que nunca tendría que mostrarle al mundo, aúnque, lamentablemente, no podía no ser buena persona con alguien que lo había lastimado tanto cómo ser aquella pequeña bebé.

—No quiero lograr eso, simplemente sigo diciendo que sos un imbécil al no darte cuenta de cómo son las cosas.— Suspira acariciando la mejilla de Emma.

Evan muerde su labio inferior y traga saliva al ver como la pequeña mueve sus manitos hacia sus ojos y suelta una pequeña carcajada.

—¡Siempre soy el imbécil!— Se ríe.

Con la misma mueca de asco y de rencor apoya, con enojo, los emparedados sobre la pequeña mesa ratona, que tienen enfrente al sillón, y deja dos bebidas gaseosas sobre la misma sentándose a un lado de Jay.

Manteniendo las distancias, teniendo miedo de contagiarse de cualquier cosa que pudiera llegar a tener Emma, siendo una metáfora estúpida en su cabeza respecto a el rechazo continuo que le tenía a la pequeña bebé.

—¡Te mereces que te lo diga!— Justifica.

—Ella mato a mí mamá, y ahora logra que nuestro padre este completamente loco.— Se ríe cínico, y le da un bocado a su tostado.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora