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—¿Otro hermano?— Logan sonríe emocionado.

Ray relame sus labios y se sienta sobre el sillón con gracia y sus manos extendidas. —¡Sólo díganme qué es varon!— Exclama.

Sus padres se miran el uno al otro y sonrien emocionados.

—¡Si!— Exclama al unísono.

Logan y Ray chocan palmas y ambos sueltan una jocosa carcajada.

—Espero lo cuiden y quieran, cómo hacen el uno con el otro.— Su madre llena de orgullo sueltas sus palabras.

Ray mira divertido a Logan, claro que no les caía nada en gracia que su madre los estuviera poniendo en ridículo, ahora mismo, y haciéndoles pasar vergüenza al querer siquiera insinuar que sus hijos se querían y cuidaban, siendo que para ellos, aquello era algo de niñas, y no podía ser para nada visto entre sus amigos y menos que menos compañeros de colegio.

—¡Gracias, mamá!— Bromea rodeando los ojos.

Su padre sonríe mordiendo su labio inferior y negando con la cabeza.

Su mujer toma su mano llena de amor y orgullo, estan viviendo una etapa realmente mágica y no podían pedir nada más que sus hijos estuvieran contentos al respecto de que todo esta saliendo bien.

No había celos ni una respuesta negativa por su parte.

—¡Amor, los estás avergonzando!— Su marido risueño le guiña un ojo.

Ella sonríe y le hace una mueca divertida con sus labios al no querer creer que eso fuera cierto, es por eso mismo que le resta importancia con un movimiento de mano y una divertida carcajada a su vez.

—¡No lo creo! ¡Si ellos son muy buenos hermanos!— Asegura inflando su pecho.

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Logan suspira pasando una mano por su cabello.

Que Ray tuviera fiebre significa que se había estado exigiendo y sobrepasándose de energía y de tareas.

—¡Carajos!— Brama Evan.

—Estoy cansado, nada más.— Insiste.

—No creo que solo sea cansancio.— Evan insiste ante la última respuesta por parte de Ray.

Parecía que aquello no tenía sentido común para el mayor de los hermanos, gracias a que no había podido viajar a los angeles, para ocuparse de todo cómo correspondía.

—¡No vas a decirme cómo es qué me tengo qué sentir, Evan!— Demanda rodeando los ojos.

Hasta ese entonces , siempre había estado al corriente y al tanto de cualquier cosa que ellos pudieran necesitar, tanto así, de mantener la universidad de Emma paga, a pesar de que ella seguía insistiendo en que podía pagarlo con su fondo de ahorros y con la herencia que le había sido otorgada.

Ray había sido muy cauto en insistir que ella debía de mantener su educación tal y cómo sus padres lo habían esperado, y ese dinero saldría del fondo común de los tres, y de las ganancias de la empresa que se repartían de igual manera para los tres y en un cierto porcentaje menor para Emma.

Ya qué la misma había insistido en que no era necesario recibir ni un solo centavo de algo en lo qué no quería participar.

No obstante, todos sus hermanos, inclusive Evan, habían insistido en qué tuviera su parte de allí.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora