El primer beso de una persona a la que siempre uno tuvo ganas de besar, siempre está lleno de expectativa y emoción, pero también de dudas, y todas esas cosas son las que había tenido Emma al momento en que sus bocas se separaron y él fue por agua y volvió hacia ella sin haber echo ni un solo comentario al respecto de lo que había ocurrido entre los dos.
Todas esas preguntas seguían fantaseando de lado de lado por su cabeza, sin poderle permitir qué emitiera un solo sonido o comentario al respecto, manteniendo la calma y la cordura para el afuera y fingiendo que no estaba realmente inquieta y alucinando por dentro.
—Gracias.— Murmura.
Simplemente basta con ver a Jay, para darse cuenta que reaccionar. Aúnque, si Emma era completamente sincera no tenían nada en sí entre los dos, más que saber que eran conocidos porque él es el mejor amigo de sus hermanos...
—Es lo mínimo que puedo hacer.— Responde ronco y concentrado.
Ella no quería ponerse a pensar en lo complicado que era todo aquello, mientras que las preguntas iban y venian de su mente una y otra vez, rebotando, esperando que les prestará atención a las mismas y que pudiera debatir con su conciencia que es lo que estaba pasando.
¿Qué se siente al besar a Jay? ; Bueno, eso ahora mismo ya era algo que tenía perfectamente una respuesta...
Sabía cómo es que se sentía, y podía confesar que esa cómo ver las estrellas y tocar una con la mano.
Su mente había comenzado a volar por completo llegando hasta el punto de imaginar que es lo que se sentiría realmente al ser tocada por él, si un beso había causado tantos estragos en su pecho y en su mente.
Era una sensación realmente alucinante, y tenía que recordar con exactitud el momento del beso para poder describirse a sí misma cómo es que se sentía el hecho de estar siendo besada por Jay.
—Ya está, Emma.— Niega con la cabeza.
Ella suspira. —Me siento una estúpida.— Admite.
Tenía una gran conmoción y suspenso en toda su mente al no saber específicamente si es que no le estaba hablando porque el beso había sido un completo desastre, o si se había arrepentido de inmediato de haberla besado.
No pasaba por alto el pequeño gran detalle de que no tenía lavados los dientes y eso realmente se convertía en un problema para lo impecable, pulcra y ordenada que siempre Emma era.
—Probablemente los dos lo seamos.— Sonríe, levemente de costado.
Ella parpadea. —Si.— Murmura no sabiendo porqué lo estaba diciendo en realidad.
Quiere preguntarle con toda sinceridad, porque es que él se alejó de ella y no siguió besándola, pero al mismo tiempo, no quiere saber la respuesta, la misma la asusta de manera tan peligrosa, que se tiene que replantear y ponerse a pensar que es lo que le sucedió con ese beso.
—Avisame si duele.— Pide.
—Estoy bien.— Traga saliva.
Toda su cabeza era un completo desastre...
Y todavía ni siquiera podía abocarse en describir específicamente qué es lo que había sentido cuándo Jay había juntado sus labios para con los de ella sorprendiendola por completo, mientras que la invitaba a navegar en un nuevo mundo de sensaciones, de las cuales no tenía ni la menor idea de que se haría completamente tan adicta al minuto de que eso hubiera sucedido.
Al principio, se sentía un poco sucia, confundida y terriblemente sorprendida de que una persona cómo lo era el mejor amigo de sus hermanos pudiera llegar a despertar en ella esa clase de sentimientos, y peor aún, esa clase de pensamientos al querer saber qué es lo que se sentía sí ocurria otra cosa, o si ellos continuaban con lo que habían dejado por falta de aire.
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De regreso al océano.
Teen FictionUna fiesta en un barco que no termina de la manera planeada, incluso todo se sale de control cuando la prefectura los quiere arrestar por estar en zonas prohibidas a altas horas de la noche en una de sus últimas noches de sus vacaciones de verano an...