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Lucius baja las escaleras con una taza de café en sus manos, la desilusión está plantada en su rostro y así es desde hace varios días...

—Otro día más.— Se queja carraspeando en voz baja para si mismo.

No puede todavía, ni siquiera, imaginarse por lo que está pasando su hijo, pero al escuchar sus mejores amigos hablar de él, se da cuenta de que lo conoce poco y nada.

Y lo más seguro es que el hecho de desconocer a su hijo es lo que más angustiado lo puede llegar a tener en estos momentos.

Ray sigue diciendo y confiando en que están con vida.

—Supongo que es mejor al menos no estar solo.— Evan lo sorprende arqueando sus cejas...

Lucius sonríe. —Estas en lo cierto, Evan, pero eso no significa que no se haga cuesta arriba todo el tiempo.— Se queja frustrado.

Se estaba enterando cosas qué no hubiera podido crear jamás de su hijo sino es que las veía realmente con sus propios ojos, no obstante viendo que se lo estaban contando sus mejores amigos no le quedaba otra alternativa qué abrir su escepticismo y comenzar a ser un poco más tolerante al hecho de que su hijo no era un hombre para estar detrás de una oficina y él tenía qué aceptar aquello.

Se estaba arrepintiendo no por todas esas peleas que habían tenido en su momento y por el tiempo que no pasaban juntos desde hace ya un buen rato.

—Decimelo a mí...— Murmura perdido en sus pensamientos.

—Creo que es mejor que muestres cómo es que te sentís, antes de estar queriendo ocultarlo, eso es peor... Créeme... Y a decir verdad me gusta más el Evan que cada tanto se quiebra... Eso no tiene nada de malo, hasta los hombres más duros lo hacen...— Admite inflando su pecho.

Evan, Logan y Ray tenían todo el aprecio y el agradecimiento por parte de Lucius, se encontraba gratamente agradecido para con ellos durante estos días, siendo qué a veces se suelen comportar cómo los adultos dejándolo en ridículo en su mente.

Y él los observa a todo momento luchar e insistir a qué no dejen la búsqueda.

Cuándo ven o hablan con algún qué otro canal de televisión o de radio vía teléfono o videoconferencia siempre se muestran positivos ante el hecho de que los dos están con vida y pronto volverán a estar junto a ellos.

Evan sonríe. —¿Lo decís por mí conversación subida de tono con Ray?— Se burla levemente.

Lucius sube sus hombros haciendo una mueca con sus hombros. —Probablemente, se que no me incumbe, pero en definitiva soy el mayor y si no digo algo al respecto no estaría cumpliendo mí rol, aúnque, se que es tedioso de escuchar porque a mí me sucede lo mismo.— Comenta al pasar.

Evan sonríe —Viniendo de vos, no es algo que me moleste, pero Ray y yo siempre nos llevamos así y creo que está bien para los dos.— Admite subiendo sus hombros.

Lucius lo mira divertido cómo si no hubiera escuchado esas palabras que parecían ser más que sarcásticas.

—¿Está bien, en serio?— Se burla. —Nunca vi unos hermanos tan adultos y unidos cómo ustedes, Evan, creo que no está bien cómo están llevando las cosas, pero creo que tampoco es momento de hacer terapia ahora mismo dadas las circunstancias, simplemente creo que deberías de tener en cuenta qué no es normal el trato que ustedes dos tienen, se merecen una buena charla para dejar todo en su lugar.— Explica de manera sería, con las palabras saliendo de su corazón.

Había tenido una experiencia de relación muy similar para con su hermano pequeño, y él mismo había aprendido de los errores del pasado, en el sentido hermandad, pero todavía no había aprendido hasta el día de hoy, el ser padre de una persona como Jay.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora