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Emma traga saliva y se da media vuelta. —Jay.— Susurra.

Todo su rostro empalidece por completo al darse cuenta de qué él estuvo con conciencia, mientras que tocaba su cuerpo para corroborar la temperatura.

—Hola, miss universo.— Sonríe débilmente.

—Creí que estabas durmiendo.— Argumenta de manera titubeante.

Jay sonríe mordiendo su labio inferior, y mueve su cabeza hacia un costado.

Queriendo analizar cada una de sus facciones y lo tierna que ella se ve en estos momentos.

—Me es un poco complicado poder dormir con la fiebre.— Se queja con una mueca en su rostro. —Me duele la cabeza, y cuándo quiero dormir el dolor no me deja.— Sisea quejándose.

Emma se toma un minuto para pensar mentalmente qué es lo que va a decir al respecto, e intenta cambiar sus muecas faciales, antes de que sea demasiado tarde.

—¿Cómo te sentís?— Murmura cerrando los ojos.

—Con dolor, y calor, me siento bastante sofocado.— Murmura cerrando los ojos.

—Me refiero... Bueno comprendo perfectamente que tenés fiebre y que no es para nada agradable... Pero digo algún dolor de cabeza, o algo similar.— Intenta por todos los medios justificarse.

Niega con la cabeza creyéndose cada vez más estúpida.

Jay vuelve a hacer una mueca con su rostro, formando una especie de sonrisa. —No me voy a morir, así que por esta vez no tenés que festejar, miss universo.— Bromea mordiendo su labio inferior.

Emma frunce sus labios y no puede creer lo que está escuchando.

En ninguna circunstancia eso podría llegar a ser gracioso, menos  en la circunstancia en la que se encuentran ahora mismo.

—¡No puedo creer que seas tan imbécil cómo para decir algo así!— Se queja y se muestra completamente ofendida.

Él tan solo sube sus manos negando con la cabeza en otra mueca de disculpas. —¡Emma, sólo era una broma!— Intenta justificar, aúnque, sabe que a estas alturas es completamente injustificable.

Ella abre sus labios y los vuelve a cerrar mostrando la rabia que recorre todo su cuerpo.  —¡No es para nada gracioso y tampoco es tiempo de hacer una burla, ni menos que menos una broma en la situación en la que nos encontramos!— Insiste alzando un poco el tono de voz.

Y sí bien, en algún momento llego a pensar que estaba exagerando por sobremanera por cómo se estaba comportando, la verdad es que ahora mismo, no le importaba de ningún modo, e iba a seguir manteniendo este papel.

No podía creer que se tomará en la ligera el hecho de tener fiebre y de encontrarse en el medio de la nada, sin poder recurrir a algún medicamento, o peor, aún, a un profesional de la salud que le pudiera decir lo que le estaba sucediendo en un diagnóstico conciso y coherente.

—¡Emma, en serio lo lamento!— Suspira bajando la mirada.

Emma aprieta sus labios y suspira pasando una mano por su cabello al mostrar el cansancio que tiene por todo su cuerpo, y además no tan sólo el cansancio corporal, sino que también más precisamente el cansancio emocional que tiene absolutamente recorriendo cada recoveco de su mente sin dejarle un solo minuto, sin sentir ansiedad o sin poder permitirle de alguna manera pensar con claridad las cosas.

—¡No importa que ahora digas que lo lamentas,  hace segundos te parecía completamente gracioso estar con fiebre y hacerme creer que te sentís completamente bien, cuándo sabemos perfectamente que es todo lo contrario, y lo que más rabia me genera de todo esto es que no estés prestando atención a qué estamos varados en el medio de una isla y no sabemos cuándo maldita sea nos van a venir a buscar!— Suelta exasperada mientras se vuelve a llevar ambas manos hacia su rostro.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora