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—Lamento mucho que tuviéramos que hablar de este tema y que te incomodara de esta manera.— Carraspea apretando sus labios.

Le gusta conocer un poco más de él, también, tiene en claro cuáles son los límites y las consecuencias de los mismos.

Es justamente por eso que se siente en la obligación de pedir disculpas y evitar qué las cosas mal interpretaran.

Jay sonríe y niega tomando una vez más humano para dejar un beso dulce en la misma. —Esta bien, no me influye.— Sonríe.

Emma solía tener aquellos gestos tán tiernos, qué no necesitaba que le estuviera explicando a cada minuto porque lo esta preguntando, o le pidiera disculpas por haberse entrometido en un tema que quizás no le pertenecía.

—¿Seguro?— Muerde su labio inferior.

—Yo a veces también tengo mucha curiosidad por conocer cosas de vos qué, quizás, son temas bastante prohibidos entre nosotros, y sin embargo, sé que no te lo vas a tomar a mal porque lo estoy preguntando desde una perspectiva amable, de la misma manera que vos lo estás haciendo ahora conmigo, miss universo.— Bromea y es completamente sincero.

Emma suelta una pequeña risita haciendo un gesto con la cabeza para darle absolutamente toda la razón.

—Supongo que este es un mes de algunas confesiones, o que nos dejamos llevar demasiado por los sentimental y lo mucho que extrañamos.— Agrega mordiendo su labio inferior.

Él asiente subiendo sus hombros. —Ademas de generarme curiosidad, me gusta cómo es que puedo conocer otra parte de vos, porque también al mismo tiempo es desde tu propia perspectiva, no tengo que mentirte respecto a que se en realidad un montón de cosas en base a lo que tus hermanos hablan.— Suspira colocando sus ojos en blanco.

Ella sonríe de igual manera. —Creo qué no quisiera llegar tan lejos cómo para saber lo que ellos te cuentan.— Bromea alzando sus manos en una mueca graciosa.

Jay se acerca hacia ella para acariciar su mejilla y dejar un dulce beso en la misma, quería protegerla y cuidarla a todo momento.

—¿No te duele hablar de esas cosa?— Carraspea arqueando sus cejas al preguntar.

Luego coloca sus ojos en blanco y alza una de sus manos para impedir que él responda, quería a poder explicar un poco más en realidad porque esta preguntando de ese modo.

—Digo... Yo no conocí a mi mamá y es por eso mismo que no tengo recuerdos sobre ella, tan sólo se qué quiso tenerme a pesar de las circunstancias, y que sabía perfectamente que su vida estaría prácticamente en riesgo, a lo que me refiero es que hablar de ese tema no es algo que me duela, me puede llegar a incomodar o a doler un poco más el haber visto a papá de esa manera...— Alza la vista y se encuentra con el castaño con ojos brillosos.

—Yo...— amuerde su labio inferior.

Ella niega con la cabeza con una pequeña sonrisa. —¡Sólo olvídalo!— Se disculpa, absolutamente avergonzada de haber sacado ese tema.

Él la observa extrañado. —¡No me molesta hablar de este tema!— Le deja en claro.

—Te angustiaste, lo puedo ver en tus ojos.— Sonríe dulcemente esperando que él no le mienta al respecto.

Jay sonríe pasando su mano libre por el puente de su nariz.

—Me pongo de esta manera porqué me duele por vos, cargaste con demasiado tan sólo por haber nacido, y probablemente los infelices de mis mejores amigos tampoco se comportaron de la mejor manera en un principio, tan sólo me pongo así por eso, bonita...— Quita con mucha ternura una lágrima que comienza a caer por la mejilla de Emma.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora