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¡No entiendo cómo tenés cara para estar en su funeral!— Evan la golpea.

El pequeño hombro de Emma se mueve de lado a lado con una gran mueca de dolor acompañando su rostro.

No era ninguna tonta, a pesar de su corta edad, sabía muy bien con lo que tenía que cargar, su madre había fallecido al nacer ella misma, y aquello era algo que Evan, el hermano que le seguía no podía tolerar tal situación.

Baja la mirada y prefiere no responder nada al respecto, así era siempre que se trataba de Evan, intentaba no interferir en su camino, conocía a su hermano mayor y también sabía perfectamente de lo que era capaz de hacer y de cómo se comportaba cuándo estaba completamente desquiciado y fuera de sí.

Es por eso mismo que siempre recurría a mantenerse alejada del mismo y fuera de su radar.

—Evan...— Titubea.

Las malas contestaciones y los insultos en el medio de la cena, eran específicamente con lo que ella tenía que vivir todos los días, llegando al punto de creer que se lo merecía.

—¡Sos una inútil!— La mira cínico.

No quería cargar con todo ese dolor en sus hombros, aúnque, lo terminaba haciendo, gracias a que al final de la noche se daba cuenta de que Evan, por más cruel que hubiera sido con ella, seguía teniendo razón sobre lo que decía.

Había sido la responsable de que su madre muriera en el parto, aúnque, nunca hubiera tenido la posibilidad y la elección de poder decidir se quería nacer o no es que ella de igual manera seguía creyendo que tenía la culpa.

—Lo siento.— Emma baja la mirada y sabe que él no la puede escuchar.

—Evan.— Jay lo llama con un movimiento de cabeza.

Emma suspira bajando la mirada al parque, detrás de ella está el mejor amigo de sus hermanos, ese que logra intimidarla en todo momento.

Todavía, podía reproducir en su retina, una y otra vez, cómo es que lo había encontrado colgado en el medio de la sala.

Se seguía preguntando cómo es que había tenido el valor de hacer una cosa así delante de sus hijos.

Evan suspira colocando sus ojos en blanco. —¿Que?— Se queja.

Jay acaba de arruinar su rato de tortura para con Emma y eso era algo que detestaba por completo, ya que estaba más que seguro que lo esta haciendo adrede para proteger a Emma.

—Logan necesita de tu ayuda.— Sisea alzando su barbilla.

Evan era su amigo, de igual qué lo eran cualquiera de los otros dos hermanos, aúnque, tenía que admitir qué tenía más afinidad con Ray, por el ser el mayor y de su misma edad.

Evan se ríe cínico. —¿Y por que no lo ayudas vos?— Se queja, y pasa su mirada de Jay a Emma, cambiando la misma a una mucho más cínica.

—No es mí hermano y no soy tu recadero, pregúntale vos.— Jay sonríe de la misma manera.

Evan cierra sus ojos con fuerza, mantiene sus manos apretadas en forma de puño de la misma manera.

Emma baja la vista y toma su mano para darse calma, no quería estar entre medio de los dos, pero si se iba, llamaría la atención y aquello sería peor, es por eso mismo que prefería pasar lo más inadvertida posible para que en cuánto Evan se retirara hacia Logan ella pudiera salir pitando de la zona.

Finalmente, Evan se retira volviendo a golpear su hombro, con la clara intensión de lograrlo, pero es Jay, quién de manera muy hábil y previniendo aquello, toma a Emma y la mueve hacia un costado con delicadeza.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora