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-¡No puede ser!- Jay, se encuentra perplejo.

El tan solo hecho de escuchar el sonido de un helicóptero cuándo llevan más de un año sin escuchar ni un solo sonido que los relacione con el mundo normal, es lo primero que le hace erizar la piel por completo.

-¡¿Que?!- Ella traga saliva, su sonrisa es verdadera enorme.

Jay, sonríe a su par, ansioso y preocupado.

No quería que el mismo desapareciera y los dejara allí, sin haber visto nada, aúnque, la idea parecía ser muy poco probable, no podía dejar de pensar en que era una posibilidad.

-¡Creó que están acá por nosotros!- Suelta ronco.

No quería causar falsas esperanzas en Emma, no obstante, ver su sonrisa lo motivaba a pensar de forma positiva...

Emma achina sus ojos al escucharlo. -¿Vos crees que sí?- Cuestiona intrigada y emocionada, al mismo tiempo.

Jay, asiente relajado.

-¡No creo que sea tan solo casualidad, nunca vimos nada por esta zona, es por eso qué no creo sea muy concurrida!- Explica mordiendo su labio inferior, y suspirando.

Sí surgía alguna clase de inconveniente, vería cómo resolver el mismo.

Ahora, sólo importa cómo es que ella esta mirando de forma obsesionada y con los ojos completamente brillosos ha dicho helicóptero.

Es más, había sido una situación tan extraña para ambos, en base a la clase de conversación tan privada e intensa que estaban teniendo, que cuándo apareció el helicóptero creyeron que era una especie de señal.

Algo tonto de pensar para cualquier persona que lo pudiera observar desde afuera, aúnque, para ellos mismos era verdaderamente una ventaja.

El amor había llegado a sus puertas de forma sorpresiva.

Una Emma qué detestaba la idea de tener al mejor amigo de sus hermanos cerca todo el tiempo, pero que por otro lado no podía negar lo atractivo que era el mismo, mientras qué Jay se comportaba cómo siempre lo había echo, de forma fría y despota.

No pudiendo llegar a creer qué, en algún lugar de su corazón frío y cómo se mostraba siempre hacía los demás, tuviera, finalmente, sentimientos encontrados por Emma.

Menos que los expresará de la forma en la que él, los había expresado.

Dándose cuenta que se le estrujaba el corazón a cada segundo cuándo no sabía cómo ella se encontraba.

Podía haber una especie de cariño, gracias a sus hermanos, pero no era normal que todo el tiempo estuviera al pendiente de Emma, y no sólo hablando de la isla y esa situación en particular, sino qué Jay, se había dado cuenta qué esta enamorado de la hermana pequeña de sus mejores amigos desde hace mucho tiempo atrás y probablemente por eso mismo le genera vergüenza.

Al estar todo el tiempo queriendo ocultar dicho sentimiento, no sabiendo verdaderamente cómo es que Emma podría llegar a reaccionar, y cómo,
se lo tomarían los otros tres hermanos.

-¿Es real?- Cuestiona tragando saliva.

-Creo que si.- Moja sus labios.

-¡No quiero ilusionarme!- Suspira levemente apenada.

Siendo lo más sincera posible.

Él sonríe. -Creo, que podría ser nuestro día de suerte, hermosa.- Suelta ronco.

Emma, aún, sigue tomada de sus manos, abriendo sus labios y no pudiendo creer lo que está pasando frente a ellos.

Creía con ese momento sucediera podría llegar a tomarse la situación de otra manera, Incluso se imaginaba de manera desesperada poniéndose de pie y comenzando con todo el protocolo que ellos tenían armado.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora