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Evan observa cada movimiento que su hermano mayor hace, mientras que coloca una mueca de disgusto en su rostro pero se mantiene, todavía, callado.

El problema es que no aguanta y tolera el hecho de que el Logan se mantenga igual de callado que él.

—¿Vas a decirme lo que me querés decir, o no?— Se queja apretando sus labios.

Logan se da media vuelta y lo miraba por encima de su hombro, estaba concentrado en ordenar un pedido para poder cenar los tres.

—Si crees que vine a la cocina porque vos te estás comportando cómo un completo idiota estás muy equivocado, por si te está fallando la mirada lo que estoy haciendo es pedir la cena.— Sonríe de manera cínica guardando el teléfono en el bolsillo, luego, de haber realizado el pedido.

Evan suelta una pequeña carcajada mientras que lo mira con sus cejas arqueadas.

—¿Yo me estoy comportando cómo un idiota o ustedes son los que no quieren admitir que ella ya está muerta?— Escupe con recelo.

Y no es hasta en ese preciso instante que Logan se da cuenta que eso es justamente lo que le está pasando al menor de los hermanos masculinos.

Evan está teniendo miedo a no tener nunca más el perdón de Emma por todas las veces en las que él se mostró y comportó de forma incorrecta para con ella.

—Emma no está muerta y tampoco lo está nuestro mejor amigo.— Declara mientras que lo acusa con el dedo.

Logan hace lo más inteligente que puede hacer por el momento, empezar a poner la mesa para cuándo llegue el pedido ya poder todos o sentarse a cenar.

Si fuera un completo suicida... A lo primero que haría sería quedarse quieto y avanzar tanto de manera verbal cómo también física hacia Evan para golpear su quijada, siendo que ganas no le faltan de ningún modo... Pero sabiendo que no es lo correcto y qué  eso no va a solucionar absolutamente nada se mantiene al margen.

—¿Cómo es posible que todavía sigan pensando que ellos están vivos mirando simplemente hacia la ventana y observando que parece que se viene el fin del mundo?— Se queja frunciendo su entrecejo.

Logan suelta una carcajada. —En serio creo que sos un completo imbécil, Evan, al preguntar eso.— Se burla mientras que coloca plato por plato en la mesa.

Evan arquea ambas cejas y lo mira cruzado de brazos mientras que le da un sorbo a su lata de cerveza.

—¡Yo no soy ningún imbécil!— Se queja apretando sus puños.

Logan le señala los vasos. —En vez de estar pensando en esas estupideces podías estar ayudándonos. Porque el único que se está ocupando de los negocios es Ray, y vos estás ahí cómo si nada, simplemente callado y en modo autista cuándo empezamos cualquier tipo de búsqueda.— Le recrimina.

Evan sonríe moviendo su cabeza hacia un costado, se mantiene todavía en su lugar sin siquiera hacer un simple amague a moverse para empezar a colocar los vasos.

—¡Sabes perfectamente cómo es él, Logan y que cuándo no quiere que nadie se meta en los negocios no lo permite!— Refruta.

Logan vuelve a soltar una pequeña carcajada mientras que lo mira de manera perspicaz. —El apellido que esta puesto en esa firma es el de todos y la plata que usamos para todos nuestros gastos sale de ahí, Ray se centra en el trabajo porque es la única forma que tiene de no caer. Y vos cuándo no deberías de dar problemas sos el que más los está dando.— Suelta doblando las servilletas con rabia.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora