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Logan, cruzado de brazos, observa cómo su hermano menor, tiene que ser hospitalizado.

No había sido una novedad enterarse de qué había atacado a los mismos hermanos gemelos qué, en su momento, habían atacado a su hermana pequeña.

—¿Que hace acá?— Susurra.

Evan, podía disimular de una manera admirable el hecho de que no tolerará en absoluto a Emma, cuándo era completamente todo lo contrario lo que ocurría.

En esta oportunidad, no había dejado pasar el tiempo y había estado investigando, junto algunos de sus amigos de la facultad, quiénes habían sido aquellos dos hermanos gemelos, qué, probablemente, hacían lo mismo todos los fines de semana con una chica distinta.

El problema era qué  se habían metido con la persona equivocada.

Más, aún, sabiendo qué aquello había traumatizado a Emma, por algunos días siguientes.

Cuándo sucedió ellos habían cobrado la venganza suficiente, cómo para dejarles en claro que no volvieran a hacer lo mismo ni con ella, y menos con menos que con otra persona, de todos modos, eso no había sido suficiente para Evan, y no era una novedad, tanto para Jay, Ray o Logan que él los hubiera encontrado, qué hubiera actuado a espaldas de sus hermanos y de su mejor amigo, y los fuera a buscar.

—¿Por qué viniste, Emma?— Piensa para si mismo.

En si, su plan se había dado a la perfección, el problema fue que ellos no se encontraban solos, y que por más que el menor de los hermanos Sunnin, pudiera llegar a tener ideales distintos al de los gemelos, al creer que sus amigos, no se involucrarían en la pelea.

Evan, logró dejar sus rostros completamente desfigurados, siendo que por eso, los amigos de los gemelos, se habían visto obligados a tomar cartas en el asunto.

Los gemelos lo habían reconocido de manera inmediata, habían alabado el hecho de que Evan, concurriera sólo, y supiera dónde encontrarlos, siendo qué estaba más que preparados.

No quería que nadie se metiera y quería poder resolver las cosas de manera inmediata y dejarles más con  claro que lo que les había pasado en el boliche no había sido casualidad, que había alguien, qué todavía no había olvidado lo imbéciles que se habían comportado.

—¿Cómo está?— Emma lleva una mano a su pecho llorando de manera descontrolada.

Jay, observa sentado en una de las sillas de la sala de espera.

—Siquiera deberías de estar acá.— Murmura.

Logan le sonríe.

Emma estaba en una cursada nocturna de su carrera cuándo se enteró, es por eso mismo qué llego con la respiración agitada, dejando la clase a medias.

—Tranquila, respira.— Le pide su hermano mayor.

En si, Logan, cuándo le aviso, era para qué supiera qué cuando llegara a la casa no se encontraría con ninguno de ellos.

No porqué Emma tuviera la obligación de concurrir a la clínica.

—Estoy bien. ¿Cómo está Evan?— Insiste.

Jay se había enterado, y es por eso que había sido él mismo, quién se había peleado, también, cuerpo a cuerpo, con los amigos de los gemelos, agradeciendo, qué cuando la ambulancia vino por los tres, los gemelos se fueron hacia otra clínica y ellos dos hacia otra completamente diferente.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora