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—¡Pensa, Jay!— Se dice a sí mismo a modo de reclamo.

Tenía que encontrar la manera de ensamblar en su mente lo que estaba sucediendo y porque ella no estaba en la carpa junto a él.

Emma era fácil de leer y ahora mismo cómo tenía sus pensamientos tan nublados es que se le estaba complicando avanzar con su juicio y pensar dónde buscar primero, además de dónde ya había buscado.

Siendo algo que de por sí, ya lo estaba volviendo completamente loco y que no podía dejar de retribuirse tal destino a él mismo porque si no se hubiera quedado dormido, probablemente, nada de esto hubiera pasado.

—¡No puedo creer que esté pasando esto!— Sisea cerrando los ojos.

Desde que llegaron a la isla que siempre se mostró con calma, pero ahora mismo que Emma no estaba a su lado toda esa calma de estaba esfumando de manera muy apresurada de su cuerpo y mente, ya no le importaba su vida free a la naturaleza si no estaba Emma a su lado, o mejor dicho, si no sabía si ella se encontraba en condiciones para preocuparse o no.

Jay suspira pasando una mano por la comisura de sus labios, creía que estaba perdiendo el tiempo, pero al mismo tiempo estaba más que seguro que Emma había dejado su cartera por algo, y eso significaba que no se había ido de la carpa con intención de abandonar la isla.

No dejaría entonces lo poco que tenía consigo y que le podía ser de ayuda.

Algo le llama la atención de su ebook, pero no esta seguro de abrir el mismo y encontrarse con una nota de suicidio.

No es qué quisiera pensar así de ella, pero lamentablemente, no le queda otra alternativa, haciendo eco de los hechos que en algún momento habían pasado en base a su estabilidad emocional.

—No me hagas esto, Emma... No me hagas esto, miss universo, por favor...— Traga saliva bajando la mirada.

Finalmente, se da cuenta de que no puede perder más el tiempo, y no hace más que inflar su pecho y rebuscar entre sus cosas para encontrar finalmente el eBook.

El mismo se encuentra apagado, igual que Emma lo había dejado.

—Por favor... Por favor.— Sisea mientras que prende el mismo.

Suelta otro jadeo, similar al alivio, cuándo efectivamente ve una nota rápida en el mismo apenas se enciende la pantalla, teniendo cómo fondo un amistoso gatito negro.

Aquello lo hace sonreír levemente, al tener un breve recuerdo fugaz de cómo es que le gustaban tanto los gatos a Emma, y lastimosamente jamás había tenido la posibilidad de poder tener uno.

Aprieta en la nota y parece que el calor y la sensación de desmayo vuelve a presentarse en su cuerpo, por un lado estaba aliviado porque estaba más que seguro de que ella no había ido para el lado del océano, pero en realidad ahora mismo tenía otra preocupación más grande y poderosa que era qué se había internado en el bosque desconociendo el mismo.

No puede procesar en estos momentos por su mente que ella haya tenido las agallas suficientes como para poder ir a buscar algo de comida para los dos, y lo que más lamenta es haber parecido completamente desmayado o haber perdido el conocimiento cómo para que ella pudiera llegar a pensar que era realmente inmediato el consumo de alimentos en los dos, y que no podía esperar a que él se despertara.

Su cuerpo siente los espasmos del agua, pero lo que más está reflejando su cuerpo es la rabia y la preocupación que nace cada vez más en su cuerpo al no saber cómo se encuentra Emma, y porque no volvió todavía.

Vuelve a mirar la nota y achina sus ojos al corroborar que acaban de pasar al menos unos cuarenta minutos de aquello, y cuarenta minutos al aire libre y en una isla en aquellas condiciones realmente es un montón de tiempo.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora