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Lo peor de volver a casa y ver que afuera parece ser que hay a punto de desatarse un completo huracán es el hecho de que las cosas tampoco funcionaron por la vía acuática y que las únicas noticias que recibieron por parte de la prefectura era que volvería más tarde hacer un nuevo rastreo por toda la zona.

—Es increíble cómo cambia el clima en este lugar.— Logan murmura cabizbajo.

La frustración y el enojo se hace presente en el rostro de cada uno de ellos sin siquiera tener que decir una sola palabra.

Ray coincide. —El problema es que si tenemos que estar volando o no cuándo llueve y cuándo no, vamos a estar bastante complicados.— Asegura suspirando.

Ellos estaban seguros de que era una muy buena noticia de que probablemente tenían que seguir rastreando cada vez más alejados del punto en dónde se vio por última vez del catamarán, ya qué no se veían rastros del bote y menos que menos, se veían rastros de humanos o de cualquier prenda o artefacto que ellos pudieran a llegar a tener encima.

Para poder hacer esta investigación habían utilizado dos series de buzos que se habían lanzado en lo más profundo del océano de manera profesional y con los equipamientos más modernos para poder corroborar efectivamente.

Y descartar, cómo primera medida, la búsqueda de cadáveres, siendo esa una de las partes más terribles que habían tenido que aprender los hermanos Sunnin, al momento de explicarles que eso es lo que iban a descartar y que si no encontraban nada que pudiera llevar la afirmación de que ellos estaban muertos, ahí si se iniciaría una búsqueda para poder encontrarlos vivos y dar con su paradero.

Es por eso mismo, qué los ánimos estaban caídos para cada uno de ellos, esperando que hubiera un poco más de esperanza desde el lado marítimo siendo que habían podido encontrar algo.

De igual manera la verdad es que esas eran buenas noticias y por más que ahora mismo para ninguno de ellos cuatro fueran buenas noticias, al fin y al cabo, cada uno de ellos, en el interior, sabía perfectamente que esas eran buenas noticias. Y qué tenían que agarrarse ante el hecho de que no habían encontrado ningún cadáver y que no habían encontrado nada que pudiera llegar a insinuar que ellos estaban en grave peligro o que no habían sobrevivido.

No obstante, era realmente una tarea muy difícil de lograr, los ánimos estaban realmente por los pisos y no había ni uno solo de ellos que pudiera realmente poner una voz de esperanza y de alerta que pudiera contagiar a los demás.

—Encontraremos la manera de conseguir los permisos para volar con lluvia, mañana me ocuparé de ver si consigo algún contacto en la prefectura, para que también ellos se pongan al hilo y comiencen a trabajar cómo corresponde.— Asegura Lucius con la voz completamente sería y tomada.

Lo mejor para el momento sería volver a la casa, cómo es que estaban haciendo ahora mismo, darse un baño y poder descansar un poco para nuevamente poder dirigirse hacia las instalaciones tanto de las vías aéreas.

Cómo, así también, de las vías marítimas para poder nuevamente salir de inmediato y cuándo se pudiera, gracias a las condiciones climáticas, ante la búsqueda.

—¿Crees que podamos tener algo de posibilidad?— Ray cuestiona emocionado ante el hecho de que puedan llegar a obtener aquel permiso.

Lucius sonríe estando más que seguro de aquello. —No hay nada que la plata no pueda mover, chicos... Y la plata lamentablemente hace muchos contactos y hoy en día es la primera vez que estoy agradecido de tener este dinero, para poder usarlo en algo que valga la pena.— Explica con una mirada cargada de melancolía y de angustia.

Se sentía realmente cómo si hubiera perdido a su hijo por segunda vez en toda su existencia.

Ya que la primera vez había sido cuándo su mujer había fallecido y la relación para Jay se había vuelto un completo desastre, provocando prácticamente en la emancipación del mismo de su padre.

De regreso al océano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora