Tres Tesoros y una Decisión

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—Hay que bellos —dijeron los padres de Isas con ternura en voz, aunque Xiao no sabía si era por hipocresía.

—Que tiernos mis niños —dijeron los padres de Xiao entre suspiros y halagos.

—Ven Isas no seas tímido saluda a Ringo, Masaru, y Hitoshi —añadió Xiao indicando.

—Están bellos mis nietos —dijo Azumi casi derrama lágrimas, pero se contuvo de la emoción.

—Qué lástima que el padre de los bebitos muriera en un accidente automovilístico, los dejo abandonados, y ahora que está muerto pues es una tragedia —dijo el padre de Isas sacando la información que no era necesaria.

—Si, pero igual me puedo hacer cargos de mis hijos —dijo Xiao confirmando que luchará por sus bebés a capa y espada.

—Si, pero se necesita un hombre, para apoyo personal Xiao, porque cuando tu enfermes necesitaras ayuda —dijo la madre de Isas hablando de más

—Las mujeres somos más fuertes de lo que piensa, aunque me enferme cuidare de mis hijos —dijo Xiao un poco molesto. La sala se puso tensa estando ellos allí era evidente que algún enojo se ganará.

—Madre y padre me hacen un favor y guardan silencio, los bebitos están tranquilos, no quiero que los atolondres —dijo Isas suplicando.

—Mis hijos son la única bendición que tengo, aparte de ti Isas, eres como la calma en medio de los tornados feroces —añadió Xiao viendo a los padres de Isas.

—Son hermosos, y bellos, son tan tiernos recién nacidos —dijo con voz tierna Isas para calmar la tensión entre la familia, el solo quería que se enfocara en los bebitos.

Isas y Xiao no paraban de ver a los bebitos, incluso Isas cargo a uno de los bebés y lo abrazo.

Miró sus mejillas y le sonrió a cada bebito y mientras él los cargaba a los bebitos no lloraron.

—¡Hay, les caes bien!, mira qué bello mi Ringo, no ha llorado, se ve que le caes bien Isas —dijo Xiao con una pequeña sonrisa.

—Si me quiere, es tan pequeño, sus manitas, sus piecitos, bello —dijo Isas besando el pie de Ringo.

—Oye lo dejaras todo ensalivado —dijo Xiao.

—No para nada —dice Isas.

—Ahora veamos Masaru, miren que lindura, saco tus ojos Xiao, que lindo, que belleza —dijo Isas.

—Lo importante es que los estas cargando y no hacen por llorar, eso quiere decir que les caes muy bien —dijo Xiao.

—Si —dijo isas y se quedó un minuto con Masaru, después lo dejo en su cuna y cargo al último pequeño Hitoshi el tercero y último en nacer.

—Isas se estas cargando a los niños, pero no tienes que trabajar hoy, digo porque no quiero que te distraigas, recuerda que puedes verlos siempre y cuando no te interrumpa tu día de trabajo, sé que hoy tienes Junta importante en la tarde, deberías ir, estaré bien, mis padres estarán aquí —dijo Xiao.

—Mi prioridad era estar aquí, y verlos nacer, no sabes lo que feliz que me siento que hayan nacido —dijo Isas.

—Está bien, me alegro de que hayas estado aquí, me reconforta, recuerda que no quiero ser una carga para tu empresa y negocios, sé que tienes viajar muy pronto —dijo Xiao.

—Si lo sé, pero no te olvidare, y me mandas fotos de los bebes más bellos que pudiste traer al mundo, tienen tu boca, tus ojos, son preciosos —dijo Isas con una sonrisa, dándole un beso en las mejillas a los bebes que estaban en la cuna.

Mamá te conseguimos un CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora