Mamá te conseguimos un Ceo

El Vínculo de Dos Almas Heridas

—A pesar de que no pueda tener hijos ¿Fernando tú me seguirías amando como lo haces ahorita? —Pregunto Wen con duda.

—Siempre cariño me he enamore de ti hoy y siempre —dijo Fernando sinceramente de corazón.

—¿Enserio me perdonas por todo lo wen te hice? —Le pregunta Wen entre lágrimas.

—Si linda te perdono, eso no lo dudes, eres la única mujer que quiero en mi vida, mañana te llevare hacerte los analices para saber si estas perfecta para tener hijos —dijo Fernando teniendo esperanza y dándole ánimos a Wen.

—Está bien, te hare caso, mañana iremos al médico, solo porque tú me lo pides, y estarás allí para decirme que me amas y me estarás dando ánimos siempre incluso si no puedo tener hijos —dijo Wen.

—Hay otros métodos linda —dijo Fernando con voz tierna.

—Espero que, si pueda tener hijos y poder hacerte feliz Fernando, debo confesar, que siento cosas por ti, no lo dije antes por miedo, pero ya que tengo cerca déjame decirte que te amo, cada noche te extrañaba, ahora parece un sueño, tenerte tan cerca y saber que no he muerto, me alegra saber que estas cerca de mí, nunca te olvide, solo me arrepentí, estaba resignada a perderte, pero tú me esperaste demasiado —dijo Wen bien sentimental.

—Me encanta verte de esa manera tan dulce, así como estas, para mi es emocionante —dijo Fernando mientras Wen se toma él te entero con sed.

—Lo siento tenía sed, aun me duele mi ojo sabes, mejor dicho, la cara —dice Wen en voz baja.

—Deberíamos denunciar a Tomeo, pero sabes que me da miedo, que el busque venganza contra ti por eso me controlo, no porque ya lo hubiera puesto en su lugar, Tomeo es de lo peor —dijo Fernando algo molesto por lo que le sucedió a Wen.

—Tranquilo, si no lo denunciare yo, lo hará alguien más, no quiero más problemas con Tomeo, ya le di lo que él quería el famoso divorcio —dijo Wen estresada.

—Exacto asi nos evitamos un problema serio con Tomeo, cariño ven a mi cama y descansa, mientras te echaré pomada en las mejillas —dijo Fernando.

—Está bien —dijo Wen sonriendo.

Wen se acuesta en la cama de Fernando y él le aplica crema en sus mejillas para calmar la irritabilidad de sus mejillas inflamadas, y con sus delicadas manos froto sus mejillas con suavidad.

Mientras Wen estaba a salvo con Fernando, Xiao estaba siendo consolada en su mansión por Katsu hermano de Isas.

—Mami, Mami, ¿Por qué lloras? —Pregunto Ringo subido en la cama, Caso seguido Masaru y Hitoshi se subieron a la cama.

Masaru le quito la sabana a Xiao quien lloraba desconsoladamente ella no podia ni hablar y Katsu estaba afligida por ella.

Así que Katsu al ver que el pequeño Masaru quito la sabana de su madre, Katsu enseguida la cubrió ya que estaba freso y era de noche.

Masaru al ver que Katsu puso la sabana nuevamente, Masaru volvió a quitársela.

—¡Basta, deja descansar a tu madre! —Exclamo Katsu serio.

—Mami, Mami —dijo Ringo muy impaciente.

—Mami no llores, lloras por papi verdad —dijo el pequeño Hitoshi

—Dejen descansar a su madre pequeñitos —intervino la voz de Katsu poniendo de nuevo su sabana y curtiéndola.

—No eres mi padre para darme ordenes —dijo Ringo levantando una ceja.

—Ya mis amores, obedezcan a Katsu —dijo Xiao llorosa.

—Quiero a mi papi —dijo Ringo frunciendo el ceño.