Mamá te conseguimos un Ceo

Entre la Angustia y la Confusión

—No soy tan feo para que te asustes, es más que, ¿Qué haces espiando a altas horas de la noche?, deberías estar durmiendo en tu cama, ¿Qué hacías viendo la puerta? —Pregunta Katsu.

—No es eso, es solo que me asustaste, deberías cubrirte con algo, solo miraba el cielo con las estrellas, la gran vista, y pensando en algunas cosas, solo necesita aire puro, no es para tanto, me dio insomnio —dice Xia pensativa.

—Ven a la cocina te hare un té de Jamaica ese relaja y es bueno para dormir —dijo Katsu.

—Bueno ¿Y tú que haces despierto a esta hora? —Pregunto Xiao queriendo saber el porqué.

—Vi la luz de la sala prendida y quizá venir a ver qué pasaba —dijo Katsu curvando esos labios.

—Querías saber que era lo que necesitaba verdad —dijo Xiao controlando la situación.

—Exacto tus palabras definen lo que quince decir preciosa —dijo Katsu mientras caminan a la cocina.

—No es necesario que tú me hagas lo del te —dijo Xiao diciéndole su descontento.

—Enserio —dijo Katsu con una mirada penetrada.

—Si quieres no lo hagas me iré a dormir —dijo Xiao. Nerviosa.

—No me pesa hacerte un té de noche, es rápido no te apures —dijo Katsu mientras prepara la tasa con agua y la mete al microondas a calentar por un minuto.

—Gracias no te hubieras molestado —dijo Xiao con voz nerviosa.

—En todo lo que se calienta el té, te lo tomas, demora como cinco minutos y luego ya te puedes ir a descansar, es importante que, si tienes insomnio, haya más te en la mansión, a menos que te preocupe algo, por cierto, en el periódico encontré algo muy interesante —dijo Katsu.

Xiao se quedó pensando que quizá el vio alguna de sus gemelas trillizas en el periódico.

—¿Qué te parece interesante? —Pregunto Xiao curiosa.

—Un viaje super relajado en una playa, tú y yo podrías ir si tú quieres, tengo el dinero, recuerda que somos millonarios —dijo Katsu sacando la tasa del microondas y metiendo el sobre te dentro del agua caliente.

—Tú y yo a solas —dijo Xiao enfrentando la situación.

—Pues sí, si tú quieres —dijo Katsu en tono dudoso y algo desafiante.

—No creo que sea correcto, ¿Dime quien cuidara de mis hijos? —Pregunta Xiao mientras Katsu se acerca más a ella, y pasa su mano sobre el cabello de ella, sin permiso.

—Pues Tomasina, podría cuidar de los nenes mientras tú y yo celebramos y paseamos —dijo Katsu.

—Enserio —dice Xiao.

—Si, no está anda mal que te relajes y conozca la playa, un poco de sol te vendría bien es bueno para la piel sin excesos —dijo Katsu.

—Puede ser —dijo Xiao cuando de la nada Katsu la sentó en la barra.

—¿Por qué haces eso si sabes que me molesta? —Frunció el ceño Xiao.

—Porque me encanta que te enojes —añadió soltando un suspiro.

—No soy un pañuelo al que puedas tomar así por así —dijo Xiao mirándole a los ojos.

—No eres pañuelo, solo eres una chica joven, que en su mirada dice estoy soltera, y no me decidió en nada, es una aventurita nada más, como amistad, míralo desde ese punto, ya tú me entiendes, esa pijama es nueva, me gusta, te ves bien, no tiene nada malo, para que frunzas el ceño de abuelita, eso si te hace sacar arrugas y vas a envejecer más de lo que envejece mi madre —dijo Katsu, acercándose más a su boca.