Un Misterio por Resolver

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—¿Por qué papi no viene a vernos hasta aquí? —Pregunta Masaru mirándole.

—Madre ¿Qué pasa con papi que no te ha llamado? —Pregunta Hitoshi agarrando la mano de su madre esperando su respuesta

—Hijos a su padre lo veremos más tarde terminemos de comprar las cosas pruébate estas camisas y pantalones y si les queda bien me dicen y las llevamos vengan al vestidor los acompañare mis amores —Dijo Xiao con voz desanimada.

Ella y los pequeños Entraron al vestidor luego Xiao cerró la puerta.

Cinco minutos después Paco tocó la puerta.

—¿Todo está en orden Xiao? —Pregunto Paco mientras Xiao estaba dudando si responderle o hacerse la muerta.

Segundos después Xiao decidió abrir su boca.

—Dame un minuto más y enseguida salgo recuerda que son tres pequeños mis hijos dorados no soy un tronco que tú puedes manejar a tu antojo —Dijo Xiao molesta al recordar que Paco se atrevió hacer alguna prueba de ADN sin su consentimiento y peor aún sabrían la verdad y eso no le conviene a nadie.

Un minuto después.

Xiao abre la puerta y encuentra a Paco que estaba en la puerta y en eso sale Xiao sin dirigirle la palabra junto con los pequeños, la ropa la tenía Xiao en la canasta cuando de pronto ella sacó su billetera para cancelar el monto cuando un hombre se le acerca a Ringo, inmediatamente Xiao se da cuenta y tira jalando a donde esta ella mirando al hombre.

—¿Qué quiere? —Pregunta Xiao enojada mientras Paco agarra la mano de los tres trillizos y los jala donde esta él.

—Feliz cumpleaños —Dice el hombre roseando de agua a Xiao en la cara y se fue corriendo nadie pudo detenerlo ni siquiera Paco.

—oh por dios los lamento mucho señorita —Dijo la cajera.

—¡Ah maistro de quinta como se atreve a tirarme agua en la cara necesito un pañuelo! —Exclamó Xiao mientras Paco se quedó sorprendido pero saco un pañuelo desechable para Xiao y se lo entrego.

—Señorita ¿Está bien? —Pregunto la cajera.

—Si gracias no es su culpa es solo un tipo loco hay no, no sé qué intensiones quería con mi hijo —Dijo Xiao haciéndole saber que está bien.

—Lo importante es que está bien señorita ¿solo eso llevara? —Pregunto la mujer cajera.

—Si y recuerde que va junto con los zapatos —Dijo Xiao si entiendo que su nariz pica y a la vez estornudado.

—Paco puedes pagar la cuenta tu por favor, yo estoy mojada de agua no quiero mojar el dinero los billetes tú me entiendes —Dijo Xiao esperando su pronta respuesta.

—Si entiendo, yo pagaré la cuenta —Dijo Paco sacando la billetera.

En ese momento Xiao volvió a estornudar y Paco solo la veía de reojo viendo que Xiao estaba estornudando de una manera bien extraña mientras terminaba de secarse la cara y en eso comenzó a sentir dormida la parte del pecho y las manos, pero no le tomo impotencia ella se terminó de secar y como eso era desechable ella lo boto en el basurero.

La mujer terminó de embolsar todo y se lo dio a Paco para que el cancelara.

Cuando Paco terminó de Cancelar Xiao camino donde estaba Paco.

—¿Te sientes bien? —Pregunta Paco al ver que Xiao y te cierra los ojos.

—Si solo que estoy realmente cansada —Dice bostezando.

—Bueno está bien, espero logres descansar después de todo este lío y alboroto —Dijo Paco.

—Vámonos —Dice Xiao sintiéndose rara intentando no tambalearse, aunque las cosas no podrían salir peor.

Los pequeños, Xiao y Paco se fueron caminaron hasta la. Camioneta con los comprados y cuando llegaron Paco abrió el baúl del carro paro meter los comprados.

Luego de meter los comprados Paco cerró el baúl y Xiao se tambaleo, pero Paco logró sostenerla.

¿Qué pasa que sientes? —Pregunta Paco en tono alerta.

—Nada estaré bien ando bien cansada solo es agotamiento que no me deja tranquila —Dijo Xiao con voz desvanecida y apagada.

Paco la agarro de la cintura al notar que Xiao iba directo al baúl en vez de irse para los asientos.

Paco la tomó entre sus brazos fuerte abrió la puerta y la sentó en el asiento del copiloto.

—Madre ¿Tienes sueño? —Dijo Ringo esperando la respuesta de su madre.

Xiao logró escuchar al pequeño solo que lo escucho como si estuviera lejos en una montaña cuando en realidad lo tenía tan cerca.

—Si mami esta candada exhausta —Dijo Xiao mientras Paco le coloca el cinturón de seguridad a Xiao ya que ella se siente moribunda.

—Hay que dejar que su madre descansen iré a ponerle los cinturones niños —Dijo Paco dirigiéndose al asiento de los pequeños.

Paco se fue donde los trillizos a colocarle el cinturón de seguridad por cualquier cosa de tipo accidente, para la seguridad de ellos era mejor si Paco supervisaba eso, pero aun así logró escuchar la voz de Xiao cuando el término de abrochar los cinturones a los pequeños.

—No, otra vez siento náuseas —Dice Xiao intentando abrir la puerta de la camioneta, pero no tenía fuerzas ni para abrir y estaba sudando entonces Paco de percato que algo andaba mal ya que ella estaba sudando mucho.

Paco llego donde estaba Xiao y le dijo.

—Tranquila no abras la puerta, estás sudando helado, oye olvide comprarle helado a Ringo espero que eso no te moleste, necesitas un médico —Dijo Paco tocando su frente.

—No necesito un médico estoy bien es solo que el sol de seguro se me bajo la presión — Dijo Xiao.

—Toma esta botella de agua para que te hidrantes —Dijo Paco entregando la botella en sus manos.

Xiao tomó agua de la botella de Paco y sus parpados se pusieron pesados, sus ojos de entre cerraban.

Paco arranco la camioneta puso aire acondicionado dentro para que le pegara directamente el aire a Xiao para que le refresque ya que de la nada ella sudaba mucho.

Finalmente, después de una hora y media Paco llegó a la mansión de Xiao y se dio cuenta que ella estaba totalmente dormida y profunda, entonces Paco llevó entre sus brazos a Xiao, cuando Tomasina abrió la puerta se asustó al ver a Xiao en mal estado.

—¡Que pasa con la señorita Xiao por dios señor Yamato y señor Lían vengan rápido! —Grito Tomasina.

—Mami despierta —Añadieron los pequeños.

—calma pequeño su madre está muy cansada —Dijo Paco con tono algo preocupado.

Enseguida Yamato y Lían apareció y se asustaron.

—Niños vayan a jugar ahora mismo —Dijo Paco levantando la ceja.

—Si vamos a jugar —Dijeron los pequeños.

—¿Por qué nuestra hija está así? —Pregunta Yamato con preocupación.

—Hija despierta —Dijo Lían afligida.

Mamá te conseguimos un CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora