Conexión Inesperada

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—Realmente estoy agotada, no sé si puedo dar un paso más —dijo Hana, sintiendo fatiga.

—Tranquila, tenemos un ascensor que te llevará directo a tu habitación. Hay una piscina que verás cuando estés más descansada, y tenemos una vista increíble, tanto de día como de noche. Se pone hermoso —añadió Lían. Ambas se subieron al ascensor y Lían dejó que Hana descansara unos momentos. Después de tres horas, Lían subió a verla y en ese momento Hana abrió los ojos y se despertó.

—No dejas de mirarme. Sé que es un desastre, mi vida lo es. Mírame, no tengo nada, estoy sola, probablemente moriré sola. Quizás el amor no es para mí. Soy soltera, solitaria. Ningún hombre me toma en serio, solo me maltratan. Hoy me desperté y, mira, nada ha cambiado. Siento que mi vida ya no tiene sentido —añadió Xiao, suspirando.

—Lo sé, hija. Me gustaría que me llamaras mamá alguna vez, o cuando estemos con algunas personas o mis familiares. Ahora eres parte de mi familia, y debes ser fuerte. No te debes dejar vencer por nada. Tranquila, solo quiero que seas feliz. Yo puedo ayudarte, así que no te preocupes —dijo Lían, acariciando su cabello.

—Me imagino. Quizás tú no has vivido la soledad, y no te ha ido mal en el amor. Pero a mí, me pasa que soy salada. Todo me sale mal. Siento que el amor no existe, que los hombres siempre me fallan —dijo con voz agotada.

—Todo saldrá bien. Hoy vendrá la estilista para hacerte algunos cambios en el cabello. Te pondrá extensiones si quieres, o puedes cambiar el color de cabello si lo deseas. Sabes que por ti haría lo que sea —dijo Lían con una sonrisa.

—¿Tú crees que todo se acomode para mí? —preguntó en voz baja.

—Ya verás que con el tiempo te irás adaptando muy bien. Sé cómo te sientes. Yo también he sufrido por amor, pero debes ser fuerte. Puedes estar desesperada por encontrar el amor ahora, pero ¿Qué tal si dejas de buscar y quién sabe si te llega el amor más rápido de lo que piensas? —añadió Lían.

—Sé que hay reglas. Necesito saber cuáles son. Es solo que se siente raro que le diga mamá, o mami, o madre. No es como decir, es solo que... eso se siente extraño. ¿Qué le dirás a tu familia? —preguntó Xiao.

—Xiao, para mí también será extraño llamarte por este nuevo nombre. Estaba ansiosa por conocerte. Para mí es fácil decirte hija, porque siento que ambas conectamos con algo, aunque no sé qué es. Ahora, con tu nuevo nombre y nueva imagen, todo tiene que salir a flote. Por favor, no te sientas inquieta por mi familia. Sé que tengo muchas cosas que hablar y explicarte antes de presentarme con tu familia. Solo sé que me dirás mamá cuando esté mi familia presente. Ese requisito es indispensable, al igual que tu documento único de identidad. No sé si su padre lo sacará. Por cierto, debes decir padre o papá cuando esté la familia presente. No tienes que olvidar eso —le dijo, mirándola a los ojos.

Por lo general, a Lían siempre le costó tener bebés. Incluso perdió dos antes de intentar quedar embarazada del tercero. La vida de ella ha sido difícil. Todas las noches, era un momento de llanto por la pérdida de las criaturas. Al ver a Hana, quien se cambió el nombre a Xiao, la mira como la hija que ella nunca pudo tener. A pesar de no ser de su sangre, siente que algo dentro se puede conectar con su ser. ¿Pero qué será esa conexión? Xiao la mira de arriba abajo e intenta entender por qué fue tan fácil la adopción adulta de la noche a la mañana, y por qué los papeles han salido a la velocidad de la luz.

—Lo sé, todo tiene que ir paso a paso —dijo Xiao con voz calmada y paciente.

—Exacto, Xiao. ¿Te molesta si te digo hija más seguido? —preguntó Lían, curiosa y ansiosa.

—Claro, puedes decirme hija más seguido. Sabes, me duele lo de Tomeo, el hermano de mi ex prometido. Hace dos semanas me entregué a él y ahora siento que solo jugó conmigo y me dejó botada, ignorada. No puedo creer que mi boda haya sido la más desastrosa de los años y muy bochornosa —dijo ella, cuando de repente se escuchó un ruido. Entonces, Lían tomó la toalla y tapó parte de la cabeza y cabello de Xiao que se le salía de su cabellera. Logró meterlo y finalmente respiró, mientras Xiao solo se quedaba pensando.

Una voz elegante, con perfume caro, se asomó a la puerta con un paquete grande de kit de belleza. Los ojos de Xiao se abrieron exageradamente, enfocando el kit de belleza.

—Señora Lían, ella no quiso aceptar el kit de belleza. Es más, rompió conmigo. Supongo que estoy destinado al mal de amores —dijo la peculiar voz.

—Bueno, esa chica no era para ti, definitivamente —dijo Lían, aconsejándole.

Xiao se reacomodó para que no se le saliera ningún cabello de su cabellera. Nerviosa, suspiró.

—Un momento, señora Lían, ¿soy yo o la chica que está sentada en la cama es su hija? Entonces, ¿ella es su hija secreta de la que hablaron hace dos semanas? Quiere decir que ya está de vuelta —añadió la voz simpática del joven.

—Así es, ella es mi hija. Te la presento, se llama Xiao —añadió Lían nerviosa, esperando la respuesta de Xiao.

—Exacto, soy su hija. Mucho gusto, joven —dijo Xiao de forma simpática.

—El gusto es mío, señorita —dijo la simpática voz del joven.

—¿Y ese kit de belleza que le compraste a tu exnovia? ¿Piensas venderlo o qué planeas hacer? —preguntó Xiao, curiosa.

—No, no había pensado en eso. Prefiero que tú te lo quedes, si quieres. Espero que puedas tomar este detalle como una bienvenida. No sabía si realmente la familia tendría una hija, pero ya estás aquí y eres real. No les quitaré más el tiempo —añadió el joven, suspirando mientras entregaba el kit en manos de Xiao.

—Gracias, me urge un maquillaje y productos de belleza —añadió Xiao.

Mamá te conseguimos un CeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora