Cuando ambos llegaron a la mesa, Nin estaba sentada en la mesa.
—Buenos días, Xiao —dijo en tono tranquilo Nin.
—Buenos días, Nin, woaooa no se dé dónde te conozco es como que te he visto antes pero no recuerdo muy bien adonde —dijo Xiao al ver que la luz de la ventana estaba dándole más luz en la cara a Nin.
—Exacto, eso mismo iba decir, también te me haces conocida, pero no estoy segura —dijo Nin.
Isas se les quedó viendo.
—Ya estoy listo ¿y la comida? —Preguntó Paco, interrumpiendo el momento.
—En la mesa está todo, Paco —dijo Nin con una sonrisa.
—Ok —dijo Paco, sentándose mientras Isas servía la comida para Xiao y ella lo observaba con una mirada tierna. Sin querer, ella se sorprendía de lo que estaba sintiendo por Isas, pero algo no le dejaba avanzar.
—Toma, espero te guste —añadió Isas con mirada tierna.
—Gracias, no era necesario hacerlo. ¿Así eres con todas las mujeres? —Preguntó Xiao, mirándolo.
—No se me olvida que me vendaste la mano cuando te dije que no lo hicieras, y pues ahora me toca cuidarte. Además, están inflamadas de la mano, por eso te sirvo la comida —añadió Isas, observándole de cerca.
Xiao lo miró nuevamente y se acercó más a él y le dio un tierno beso en la mejilla. Entonces, Isas sonrió de agradecimiento mientras las mejillas rojas de Xiao se hacían notar.
—Gracias —dijo Xiao, probando los alimentos. Enseguida, le dijo—: Todo está delicioso.
—Me alegro de que te guste —dijo Isas, con una sonrisa.
En ese momento, el celular de Xiao comenzó a sonar con insistencia. Eran los padres de Xiao.
—¡Oh no, debería estar en la mansión! —dijo Xiao, suspirando.
—Es mejor que respondas la llamada —dijo Isas, con ojos tiernos.
—Hola —dijo Xiao, intentando no perder el control.
—Hija, me llamaron los padres de Isas que te pusiste mal anoche, pero que el bebé y tú están bien, y que solo estás débil —dijo Lían, con tono preocupado.
—Sí, pero estoy bien. Tuve un pequeño sangrado. Isas me salvó la vida, está aquí conmigo ahora, y me está cuidando. Estoy comiendo, padres —dijo Xiao, con naturalidad.
—Qué bueno, hija. Solo nos preocupamos por ti. Qué bueno que Isas te está ayudando. Te mando saludes. Come, hija, desayuna bien para que te repongas. Te dejamos, hija, y regresa a la mansión a la hora que Isas quiera venir a dejarte. Adiós, besos —dijo Yamato, con la voz ya más relajada.
—Ok, gracias. Besos. Adiós —dijo Xiao, colgando la llamada.
—Eran mis padres —dijo Xiao, con naturalidad.
—Qué bueno —dijo Isas, con una sonrisa.
—¿Tienes tiempo por la tarde para que salgamos? —Preguntó Xiao, curiosa.
—Sí, te puedo llevar a almorzar a un restaurante hermoso que te encantará. Solo iré a la oficina hacer unas cosas y regreso por ti —dijo Xiao, de picarona.
—Perfecto —añadió Xiao, sonriente.
Horas después, Isas pasó por Xiao en la mansión y se fueron a comer al restaurante y a platicar. Sin querer de la emoción, se dieron un beso que solo duró dos segundos y todo fue tan rápido que ambos pidieron disculpas. Aunque Xiao e Isas nieguen su amor en el fondo, se quieren, pero tienen miedos.
La vida de Isas no ha sido bonita. Ha tenido mujeres, pero todas esas mujeres plásticas solo quieren su dinero, pero no hay amor. Isas perdió la esperanza del amor. Ahora que sabe que Xiao es millonaria, le tiene respeto. Sin embargo, a pesar de pensar que ella es una chica ricachona, siente que ella es distinta a todas las mujeres, y por eso él está tan feliz a su lado, aunque por el momento solo sean amigos...
Mansión de Xiao.
Días después, Azumi visitó la mansión de Xiao junto a Yamato y Lían para verificar cómo estaba Xiao respecto a su salud. Mientras Azumi platicaba con Xiao, se disculpó en nombre de su hijo. Xiao entendió que Tomeo jamás se haría cargo de los bebés, pero agradeció a la señora Azumi por haberla salvado del monstruo de su hijo cínico. Lo único que le pidió Azumi a Xiao es que ella estuviera presente para ver nacer a su nieto, a lo que Xiao aceptó de inmediato.
Pasaron los meses hasta que Xiao llegó al quinto mes y siempre Isas les leía cuentos a los bebitos de Xiao y tocaba su pancita. Un día, les leía cuentos cuando empezaron a dar sus primeras patadas. Xiao lo sintió; los bebitos estaban reconociendo la voz de Isas más seguido. A pesar de que no es el padre biológico, Isas no permitiría que Xiao pasara su embarazo sola. Siempre la consentía durante su embarazo, aunque todos se opusieran, menos su hermana Nin.
Isas decidió pasar el mayor tiempo con Xiao y no perderse nada de su embarazo, a pesar de que los padres de Isas y Xiao no estaban de acuerdo. Era extraño que ambos quisieran estar tan cerca y que Isas tuviera que tomar una decisión tan difícil como tener bebés. Cuando a Xiao le dijeron que eran trillizos, no pudo contener las lágrimas. Estaba emocionada y su pancita creció más. Siempre tenía que guardar reposo, y así pasaron los nueve meses hasta que un día estaba celebrando el cumpleaños de Nin y se le rompió la fuente.
—¡Ah, mis bebés están a punto de nacer, rompí aguas! —dijo Xiao emocionada, aunque con dolor.
—Iré por la camioneta. Isas, tienes que cargarla y llevarla a la camioneta —dijo Paco.
Isas cargó entre sus brazos a Xiao y la metió en la camioneta. La familia de Isas y Xiao llegaron al hospital.
Sala de partos.
Isas estaba afligido y nervioso al escuchar el grito de dolor de Xiao.
En la sala de partos, Xiao sudaba, e Isas estaba a su lado, agarrándole la mano fuerte para acompañarla. Minutos después, la enfermera se acercó y les dijo:
—Enhorabuena, sus tres bebés varones han nacido sanos y a salvo. Felicidades. Disfruten su tiempo con sus hijos —dijo la enfermera, mostrándoles a los bebés en la cuna.
Xiao no cabía de la emoción, con una gran sonrisa. Después de esperar nueve meses, finalmente tenía a sus hijos en sus manos.
Isas se quedó pensativo. Durante el embarazo de Xiao, solo quedaron como amigos en espera, ya que aún Xiao no se sentía lista para que Isas se hiciera cargo de tres bebés.
Isas observó a Xiao. Ambos se miraron. En eso, los padres de Xiao e Isas interrumpieron.
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Mamá te conseguimos un Ceo
RomansaElla oculto su embarazo, y no dijo nada a su prometido, y decidió huir lejos embarazada, el único detalle era que ella no estaba sola en el proceso de embarazo. Siete años más tarde ella regresa con trillizos en brazos que se parecen a él, ambos se...