Capitulo 68

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Nayeon

Cuatro días. Cuatro días sobreviviendo sin Mina. No ha sido fácil, pero estoy tratando de manejarlo. Volví a mi rutina, una normal y sin visitas exprés a una fiesta de millonarios, un paseo en helicóptero o una cena en un restaurante donde el plato valga más que cualquier cosa en mi departamento. Pero estoy bien. Quizá soy feliz comiendo sopa mientras veo alguna película en la televisión, o saliendo a caminar en la tarde en lugar de dormir una siesta como solía hacerlo.

Aun así, hay cosas que no puedo borrar todavía, y sé que es demasiado pronto para pedir algo como olvidarme de que estuvo en mi vida, pero deseo con todas mis fuerzas cerrar los ojos y no ver esa imagen. Dormir una noche sin desear tener sus brazos alrededor de mi cintura o contemplar esos ojos por la mañana apenas al despertarme.

El recuerdo de lo ocurrido regresa y los recuerdos felices se tiñen con matices grises, oscuros, borrosos, como una pesadilla que he tenido hace mucho tiempo y soy consciente que fue real pero que no soy capaz de recordar.
No he hablado con nadie al respecto, no creo ser capaz de explicar lo que ocurrió o lo que está ocurriendo. Estuve evadiendo miradas, preguntas, porque es casi obvio que mi estado anímico no está al cien por ciento y mi mente se desconecta a cada instante en busca de paz.

Y todo eso, solo me hace pensar cuánto más seré capaz de aguantar. Porque cruzo la puerta, camino en los corredores, y trabajo todo el día con el temor de verla, de saber que está cerca, de que si la veo tendré ganas de correr pero mi cuerpo se estancará y pedirá a gritos volver a tenerla. Siquiera con Sooyoung me afectó tanto la pérdida. Amé a una mujer, pero una mujer ahora me amó a mí, y se siente como si me hubiesen arrancado el corazón del pecho.

Es en todo lo que pienso mientras estoy sentada en un café cerca de la oficina. Tengo dos horas libres y pienso que quizá necesito hablar con alguien. Y ese alguien está cruzando la puerta. Ella entra y mira a las mesas hasta que me localiza. Su sonrisa dulce me apacigua y pronto está viniendo en mi dirección.

— Hola.

— Nayeon, me alegra tanto verte.

Tzuyu se sienta en frente, junto a la ventana y sus pequeños ojos se enfocan en mi cara. Extrañaba a mi amiga, una amiga que casi podría considerar una hermana, una de la que me he alejado sin darme cuenta.

— Gracias por venir.

— No agradezcas, te perdí el rastro y pensé que quizá estabas muy ocupada, ya sabes, trabajar para Myoui Mina no debe ser fácil.

Mi sonrisa ante su comentario es amarga, y trato de disimularla.

— No... No lo es.

— ¿Ordenamos un café?

Asiento, y después de mirar la carta llamo al mesero. Después de tomar el pedido estamos solas otra vez y mientras jugueteo con el collar en mi cuello trato de buscar las palabras adecuadas. El collar. Fue lo único que no me quité y no le devolví.

— Dime ¿A qué se debe la invitación?

— Tzuyu, eres mi amiga más cercana, y sabes que estuve algo alejada en este tiempo. Tengo... Tengo demasiadas cosas en mente y creo que sola no puedo manejarlo, no quisiera ponerte un peso sobre los hombros pero yo no creo poder llevar todo esto sola.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora