Capítulo 16

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Nayeon

Mina inserta las llaves en la cerradura, la puerta se abre, estoy realmente impresionada.

— Pasa.

Respiro profundo armándome de valor, esto es tan nuevo para mí, estar aquí, con ella, con mi jefa y a la vez mi novia. Doy apenas unos pasos, y lo primero que pienso es wow, simplemente wow, ¿serán así de grandes todos los departamentos?, este parece ocupar todo un piso.

Observo todo con cautela, un vestíbulo blanco me recibe, un corto pasillo que lleva directamente a la gran sala, lo primero que llama mi atención son los paneles de enfrente, grandes ventanales con linda vista a la ciudad. Ahora permanecen cubiertos, las cortinas aterciopeladas verde oscuro se encargan de ello.

Los techos son altísimos, los tonos de todo van desde el vainilla, marrón claro, hasta marfil. La iluminación tenue me hace sentir como en uno de esos hoteles cinco estrellas de las películas.

A mi derecha un imponente sofá en forma de U llama mí atención, debajo de él se extiende una alfombra peludita y suave a simple vista. Al frente llamea una chimenea moderna, acero inoxidable, o tal vez platino, ¿quién podría saberlo?, todo aquí parece valer más de un millón de dólares.

A la izquierda está la entrada a la cocina, desde aquí tan solo puedo ver una espaciosa barra y el color blanco extendiéndose hasta allí. Junto a esa zona, en un rincón frente a los ventanales, se destaca un resplandeciente piano negro frente a una pared blanca con un diseño particular, similar al de un panal de abeja.

— ¿Sabes tocar o es solo de decoración? —  pregunto pasando mis dedos suavemente sobre el impecable instrumento.

— Sé tocar — me dice. — Aprendí desde niña, mi padre me obligó a tomar clases y terminó gustándome.

Una idea pasa por mi cabeza, no estoy segura de su respuesta, pero decido preguntar.

— ¿Podrías tocar para mí?.

Mina permanece en silencio, me giro y la descubro mirando el piano, sus ojos van desde él hacia mí.

— No lo sé.

— Por favor — le doy mi mejor cara de cachorro.

— Nayeonnie, no me mires así.

— Toca para mí — repito, y esta vez la respuesta cambia.

— Lo haré, pero en otra ocasión.

— Bien — digo en tono de niña a la cual le han negado una petición, por lo que ella solo ríe y toma mi mano.

— Deja de hacer berrinche y acompáñame a seguir mostrándote el lugar.

Pasamos por la cocina que es bastante amplia, equipada con encimeras de madera oscura y electrodomésticos nuevos. En el centro hay una barra en la que caben perfectamente seis personas.

Seguimos por el mismo camino, junto a las escaleras hay un pasillo de tres puertas, gimnasio, baño y salón de juegos.

Pasamos otra vez por la sala, en la entrada opuesta a la cocina, está el comedor, una enorme mesa con un florero en el centro y varias sillas a la vuelta.

A la par hay una puerta, es la habitación de Mina.

— Lo lamento, debí haber empezado por aquí— me dice con notable arrepentimiento. —Dejaré que te cambies.

— ¿Tú no vas a cambiarte?.

— Mi guardarropa está en el segundo piso — dice. — Cambiate y te muestro.

❝𝑭𝑰𝑭𝑻𝒀 𝑺𝑯𝑨𝑫𝑬𝑺 𝑶𝑭 𝑴𝒀𝑶𝑼𝑰❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora